El Barça recae con estrépito ante el colista

El Palau Blaugrana se ha convertido en un mar de dudas para su dueño. Comparece el colista de la Euroliga, el Anadolu Efes, y gana de calle. El 85-89 final es totalmente engañoso. El equipo turco tuvo ganado el partido desde el final del tercer cuarto y dominaba por 69-83 a dos minutos y medio para el final. Se desconectó para desesperación de su entrenador Velimir Perasovic en el último minuto y medio. Pero a pesar de su contumacia en el error, era imposible ya culminar la remontada para un Barcelona perplejo por lo mal que jugó, ansioso por llegar a la ducha, refrescar las ideas e indagar en las razones de su mal e ineficaz juego. Un Barça que parecía recuperado de sus cinco derrotas consecutivas tras vencer al Olympiacos y al Bilbao, pero que vuelve a las andadas. Le urge el psicoanálisis cuando a la vuelta de la esquina, el domingo, le espera en la Liga Endesa nada menos que el clásico en Madrid.

Ricky Ledo, un escolta estadounidense de 25 años con una corta experiencia en la NBA antes de convertirse en un nómada del baloncesto, llevó por la calle de la amargura a Pau Ribas, a Koponen, a toda la defensa del Barcelona. Coló los tres triples que lanzó y se fue al descanso con 15 puntos. Constituyó el primer gran factor desestabilizador para el Barcelona.

El Efes de Perasovic actuó con una intensidad máxima, presionando la puesta en acción del equipo de Sito Alonso desde el primer segundo de cada jugada. Y sobre todo se llevó de calle los rebotes, especialmente en el primer cuarto (25-32 al final). Le costó encontrar ritmo ofensivo al Barcelona. Séraphin anotó con desparpajo en el primer cuarto, pero no acertaban los cañoneros y el ajetreo azulgrana no hendía la defensa del Efes. Sanders se hizo un lío, Pressey tiró un triple lejanísimo, el serbio Stimac seguía capturando rebotes y anotando para el Efes. Empezó a cundir una ansiedad excesiva en las filas azulgrana.

Koponen, con dos triples y su agresividad en ataque alivió a los suyos. Mejoró ligeramente en el rebote el Barcelona y tomó carrerilla en el tercer cuarto. Se situó a tres puntos (39-42). Pero entonces Séraphin cometió una absurda y clarísima falta antideportiva sobre Adams. El Efes volvió a abrir brecha (41-51). Oriola le dio brío al Barcelona, que se pasó haciendo la goma todo el tercer cuarto, en momentos a tres cuatro puntos de distancia, pero de inmediato de nuevo a ocho o diez. El Barça era muy vulnerable en defensa, Tomic apenas jugó nueve minutos, Navarro nada, y un montón de jugadores pasaron sin pena ni gloria, con  Pressey, Sanders y Hanga a la cabeza. El Efes si no cómodo, sí muy afianzado en cuanto hacía sobre la cancha, dominó con una soltura y seguridad impropia de un equipo que contaba por derrotas los cinco partidos que había disputado. Y el Barça, hundido y perplejo.

Derrota del Valencia

Nando De Colo jugó tres años en el Valencia, se casó con una valenciana y allí nació su hija. Cinco años después de que dejara el club rumbo a su corta y gris etapa en la NBA con San Antonio Spurs, De Colo volvió a vérselas con el Valencia, aunque por primera vez como rival. El ahora líder del CSKA de Moscú fue precisamente quien gripó el excelente inicio de encuentro del equipo valenciano y quien llevó la batuta de la arrolladora victoria moscovita.

El equipo de Txus Vidorreta llegó a dominar por 11 puntos (6-17), con Doornekamp tan afinado en el tiro como en las intercepciones en defensa, con Van Rossom rápido y certero en la dirección, con el engranaje colectivo a pleno rendimiento, sobresaliente en el rebote ofensivo. Hasta que De Colo, que empezó en el banquillo, entró en acción. A partir de ese momento, el decorado cambió por completo.

El CSKA dio un tirón que le permitió llegar al final del primer cuarto ya por delante (20-19). Higgins empezó a anotar y a exhibir una soltura asombrosa en sus penetraciones, Sergio Rodríguez pasó de ser el que perdía balones a ser el que los robaba y ponía en dificultades a Van Rossom y Vives. El Valencia resistió unos minutos, hasta el descanso. Los acelerones del CSKA le pesaron como el plomo. Un 8-0 primero, un 7-0 un poco después. Pleiss y Dubljevic dieron las últimas bocanadas de esperanza a su equipo.

Pero Vorontsevich empezó la traca de triples, De Colo anotó tres consecutivos y el CSKA se disparó en el marcador. El Valencia se quedó varado en un tercer cuarto en el que De Colo y el CSKA le pasaron por encima (30-16). A partir de ahí, el duelo quedó visto para sentencia. El Valencia, sin posibilidad alguna de revertir la situación (73-52) apenas pudo mitigar el chaparrón. Y el CSKA se dedicó a recrearse, a administrar su abrumadora superioridad. Ni siquiera fue preciso el concurso de De Colo en el último acto. Tuvo suficiente con 20 minutos repartidos entre los tres primeros cuartos para anotar cinco triples y 23 puntos, además de sumar dos rebotes, una asistencia y dos robos de balón. Cum laude.

CSKA MOSCÚ, 94; VALENCIA, 67

CSKA Moscú: Sergio Rodríguez (6), Higgins (16), Kurbanov (8), Khryapa (0), Hunter (8) –equipo inicial-; Fridzon (4), Antonov (2), Vorontsevich (8), Clyburn (3), Kulagin (8) y Hines (8).

Valencia Basket: Van Rossom (3), Green (8), Doornekamp (8), Rudez (2), Pleiss (12) –equipo inicial-; Will Thomas (0), Abalde (2), Dubljevic (11), Vives (6), Rafa Martínez (2), San Emeterio (11) y Sastre (2).

Parciales: 20-19, 23-19, 30-16 y 21-13.

Árbitros: Radovic (Croacia), Zamojski (Polonia) y Kartal (Turquía).

Megasport Arena de Moscú. 7.015 espectadores. Sexta jornada de la Euroliga. El CSKA suma cinco victorias y el Valencia, tres.