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El Barça suelta lastre ante el Olympiacos

Los azulgrana rompen su racha de cinco derrotas ante el líder de la Euroliga en un Palau reivindicativo | El Unicaja se impone en la cancha del Efes (74-79)

Robert Álvarez
Moerman entra a canasta ante Roberts.
Moerman entra a canasta ante Roberts.Alejandro García (EFE)

El Barcelona ganó un partido que necesitaba ganar de todas todas ante un Olympiacos que compareció como líder invicto tras las cuatro primeras jornadas de la Euroliga. Fue un partido que no pareció un partido durante un primer cuarto presidido por una acción de protesta seguida masivamente. La afición se pasó los cinco primeros minutos de pie y en silencio, y durante los cinco siguientes clamó en petición de libertad para los miembros del govern en prisión con gritos de “Llibertat presos polítics” y “No esteu sols”.

BARCELONA, 73; OLYMPIACOS, 51

Barcelona Lassa: Heurtel (6), Koponen (8), Hanga (3), Oriola (11), Séraphin (13) –equipo inicial-; Pau Ribas (4), Pressey (6), Navarro (3), Sanders (7), Claver (0), Tomic (4) y Moerman (8).

Olympiacos: Roberts (5), Thompson (7), Papanikolaou (8), Printezis (5), Milutinov (4) –equipo inicial-; McLean (5), Papapetrou (11), Toliopoulos (4), Agravanis (0), Strelnieks (0), Mantzaris (2) y Bogris (0).

Parciales: 14-14, 18-12, 17-15 y 24-10.

Árbitros: Radovic (Croacia), Rocha (Portugal) y Koljensic (Montenegro).

Palau Blaugrana. 5.743 espectadores. Quinta jornada de la Euroliga.

Ese rarísimo primer cuarto salpicado en el parquet por los alardes de Printezis y los triples de Koponen, acabó con empate a 14. El duelo, ya con la afición azulgrana volcada con su equipo y la banda sonora habitual, transcurrió por los derroteros que perfiló Sito Alonso. El entrenador, todos, reprochaban al Barcelona por su extrema vulnerabilidad defensiva durante las cinco derrotas seguidas que acumulaba, a razón de una media de 85 puntos recibidos por partido. Los jugadores azulgrana se aplicaron en la labor. El Olympiacos se quedó en 26 puntos en el primer tiempo, el Barcelona, poco más, 32. Los destellos eran contados. Séraphin, Koponen, Tomic... Poquita cosa más.

Las evoluciones de Pressey, el base que está bajo la lupa porque no ha dado la medida de lo deseado, reconfortaron a quienes defienden que se trata de valorar lo que aporta en defensa, dirección y asistencias. Para anotar ya está el base titular, Tomas Heurtel. Pero el jugador francés no tuvo su día ante el Olympiacos, oscurecido en su duelo con el estadounidense Bryan Roberts, con un bagaje de 314 partidos en la NBA antes de llegar a Grecia. Pressey se fue creciendo y acabó anotando también dos triples, una novedad en una competición en la que había fallado los seis que había lanzado.

El Olympiacos perdía balones, no acertaba con los triples —acabó con un 2 de 15—, iba hundiéndose poco a poco. Heurtel se olvidó de lanzar y se centró en abrir la defensa griega y asistir, en especial a Oriola que maniobró de maravilla en el interior de la zona. A medida que se abría la brecha, el Barcelona hizo acopio de confianza y empezó a exhibir la soltura en el juego que había perdido durante las dos últimas semanas. El partido quedó visto para sentencia muchísimo antes de acabar, con diferencias siempre por encima de los diez puntos a partir del último cuarto y que llegaron a superar los 20 (70-48).

Reapareció el alero estadounidense Sanders, ausente las últimas semanas, y Víctor Claver, lesionado desde que se rompió el menisco en mayo. Los últimos minutos fueron un paseo para el Barcelona. Escarmentado por sus malas experiencias ante el Estudiantes y el Milan en partidos en los que había llegado a dominar claramente y acabó perdiendo, no dejó de apretar el acelerador. Obtuvo sus mejores guarismos en el último cuarto. Los pívots azulgrana registraron su superioridad con unos números reveladores: 11 puntos y cinco rebotes Séraphin, 11 puntos Oriola y ocho Moerman en una victoria con firma coral.

Spanoulis, uno de los grandes dominadores durante los últimos años en Europa, arrastra una lesión que le ha impedido estrenarse en esta Euroliga. El Olympiacos no había echado de menos a su estrella, hasta que visitó el Palau.

ANADOLU EFES, 74; UNICAJA, 79

Anadolu Efes: McCollum (4), Ledo (5), Batuk (0), Stimac (17), Dunston (8) –equipo inicial-; Motum (16), Balbay (2), Adams (10), Muric (0) y Simon (12).

Unicaja: McCallum (13), Salin (9), Milosavljevic (2), Brooks (3), Shermadini (13) –equipo inicial-; Díaz (2), Nedovic (13), Waczynski (7), Augustine (11), Suárez (6) y Musli (0).

Parciales: 19-25, 16-10, 24-18 y 15-26.

Árbitros: Lamónica (Italia), Mantyla (Finlandia) y Kowalski (Polonia).

Sinan Erdem Dome de Estambul. 4.112 espectadores. Quinta jornada de la Euroliga.

En Estambul, Nemanja Nedovic compareció en el momento más oportuno para zanjar el toma y daca al que se entregaron ayer el Unicaja y el Efes en el semivacío pabellón Sinan Erdem. La dirección y la puntería del base serbio relucieron en los momentos determinantes, después de un primer tiempo en el que se había quedado a cero y había cedido el protagonismo a su compatriota Vladimir Stimac, el pívot que vistió la camiseta del Unicaja en la temporada 2013-2014. La erupción de Nedovic dio al Unicaja una victoria muy importante después de sus tres últimos tropiezos en la Euroliga, especialmente el revolcón que sufrió en Valencia (91-53). Necesitaba el triunfo el equipo malagueño, y más en la cancha de un equipo que había perdido sus cuatro partidos en la Euroliga. El potencial del Efes de Velimir Perasovic está muy por encima de lo que indica su condición de farolillo rojo en la Euroliga. Lo atestiguó durante muchos minutos del partido. Le perdió su irregularidad y las respuestas del Unicaja en varias ocasiones en las que parecía más hundido y a merced de Stimac, Motum, Simon y Adams.

El equipo de Joan Plaza combinó con mucha soltura en el primer cuarto. Se lo permitió su acierto en sus primeros triples (3 de 6) y los espacios que supo encontrar para poner el balón en manos del georgiano Shermadini cerca del aro. El equipo de Joan Plaza llegó a dominar por ocho puntos (13-21). Para entonces, el Efes había fallado los tres triples que lanzó y si la brecha no era todavía mayor se debía, sobre todo, a las cuatro pérdidas de balón de Unicaja y a los cinco rebotes ofensivos del Efes. Eso mantuvo en pie al cuadro turco. Dos exjugadores de Unicaja, Stimac y Adams, lideraron la remontada del Efes (31-28). Stimac reboteó y anotó, Adams, dirigió y también sumó en ataque.

La defensa del equipo turco secó al Unicaja en ese segundo cuarto. Los malagueños solo anotaron 10 puntos. Sufrieron para superar el muro formado por Stimac y Motum y perdieron por completo su acierto inicial en el tiro exterior. McCollum aceleró el juego ofensivo del Efes en el inicio del tercer cuarto. El Unicaja recibió un parcial de 7-0. Cometió demasiados errores, perdió balones, se vio superado de nuevo por las embestidas de McCollum en el uno contra uno y en los rebotes ofensivos que seguía cazando sobre todo Stimac. Pero a la que Joan Plaza ajustó de nuevo las piezas, se produjo un nuevo vuelco. El que cogió carrerilla fue el Unicaja de las manos de Nedovic, Alberto Díaz y Augustine. El partido se igualó de nuevo. Pero el equipo de Plaza no logró estabilizar el juego. Sus desajustes se plasmaban con lentas transiciones de ataque a defensa y una serie de concesiones cerca del aro que explotaron a fondo Motum y Stimac.

El Efes llegó a dominar por nueve puntos en el inicio del último acto (62-53). Fueron vitales entonces los tres triples consecutivos con los que Suárez, McCallum y Nedovic lideraron la última y definitiva remontada de su equipo. James Augustine, con 11 puntos y ocho rebotes, y Ray McCallum, completaron la buena labor colectiva del equipo de Plaza. Stimac, que concluyó con 17 puntos y 11 rebotes, solo jugó tres minutos en el último cuarto. Un dato desconcertante más en la sorprendente deriva del Efes de Velimir Perasovic.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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