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El City pone al borde de la eliminación a un excelente Nápoles

El equipo de Sarri se adelanta con un gol de Insigne, pero la lesión de Ghoulam desencadena una crisis que el conjunto de Guardiola aprovecha metiendo una goleada

Diego Torres
Sterling mete el 2-4.
Sterling mete el 2-4.CIRO FUSCO (EFE)

Han transcurrido cuatro jornadas en la fase de grupos y la Champions está a punto de despedirse del Nápoles, uno de los equipos más excitantes, modernos y organizados de la competición. Su entrada en el partido del San Paolo fue sublime. Obligó al City a perder la calma y a retroceder, dos reacciones dificilísimas de contemplar en el equipo que dirige Guardiola. Durante media hora el Nápoles fue superior. Se adelantó en el marcador con un buen gol de Insigne y parecía controlar el partido cuando la máquina perdió un remache: Ghoulam, el lateral izquierdo, se agarró la rodilla derecha y pidió la sustitución. Fue el punto de inflexión. Un cambio en la marea. Una hora más tarde, al cabo de dos contragolpes fulminantes, el City se impuso por goleada (2-4) dejando al Nápoles a un centímetro de la eliminación.

Clasificado con pleno de victorias, 12 puntos, 12 goles a favor y tres en contra, el Manchester City se marchó de Nápoles dejando atrás a un rival en estado crítico. El equipo que dirige Maurizio Sarri suma tres puntos. Es tercero por detrás del Shakhtar, que tiene nueve puntos a costa del Feyenoord y se ha convertido en el primer candidato a colarse en octavos junto con el City. A falta de dos partidos, el Nápoles afronta el peor escenario. Debe ganarle al Shaktar en la próxima jornada, en el San Paolo, y visitar Rotterdam en diciembre, en la última fecha, con la esperanza de que el City gane en Ucrania.

Hay entrenadores célebres por su carisma, por eso que llaman "imagen", y hay entrenadores como Sarri. El italiano no es mediático pero enseña a sus jugadores a jugar mejor. Dos centrocampistas, Jorginho y Hamsik, son la manifestación viva de su gran trabajo. Asociados a Insigne y Martens, transformaron al Nápoles en un gran equipo. La obra lleva años fraguándose. Este otoño alcanza un punto de perfección por dinamismo y creatividad. De otro modo no habrían podido elevar las líneas hasta meterse en campo contrario, presionar la salida del City, robar y jugar donde no había apenas campo para progresar. Hamsik, Jorginho, Martens e Insigne encontraron siempre el modo de ofrecerse, de apoyar al compañero y de pasar la pelota con la máxima garantía. Los cuatro fueron un ejemplo de oficio y habilidad. A su alrededor funcionó todo. A la derecha luce Callejón y en la banda izquierda destaca el argelino Ghoulam por su sentido de la oportunidad. El hombre supo cómo y cuándo entrar en cada jugada y el equipo encontró una salida limpia por su flanco.

La lesión de Ghoulam fue el pequeño accidente que trastocó la armonía. Sarri recompuso su ausencia con Maggio a pierna cambiada, pero la precisión y la continuidad del arranque se perdieron. El City recobró el aliento con dos lanzamientos de córner. El primero lo ganó Otamendi en el segundo palo, cabeceando por encima de Hysaj. Fue el 1-1. Stones aseguró el remate en otro cabezazo a la salida de un córner después del descanso: 1-2.

El Nápoles mantuvo el pulso. El gol de penalti de Jorginho equilibró el partido en el marcador. Sobre el campo el Nápoles nunca se desordenó. Siempre supo recuperar el control. Fue una pequeña hazaña frente al equipo de Guardiola, que atraviesa un periodo de crecida. El City no deja de ajustarse. Es un conjunto firme, próspero, regular, sorprendente por las alternativas que propone. Gundogan fue titular en Champions por primera vez, síntoma de la bonanza tras la desafortunada temporada pasada. A su lado se agrandó Fernandinho, que vuelve a su mejor versión después de años de melancolía. Sterling, Sané y De Bruyne pusieron el cambio de ritmo. Ningún equipo en Europa pega esos latigazos. Así llegaron los goles definitivos.

El City castigó al Nápoles cuando buscaba los tres puntos acumulando gente lejos de su portería. Una conducción vertiginosa de Sané por el eje del campo desequilibró a la defensa local antes del gol de Agüero (2-3) y un robo de De Bruyne desembocó en el remate-finiquito de Sterling en el último minuto (2-4).

El City se clasifica con honores. A costa de un Nápoles excepcional, líder de la Liga italiana y condenado a sufrir en la Champions.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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