El Valencia gana al Alavés y firma el mejor arranque de Liga de su historia
El equipo de Marcelino sufre en Vitoria pero termina sumando su sexto triunfo consecutivo en el campeonato para mantenerse a la estela del Barcelona
La marcha imperial del Valencia tuvo continuidad en Mendizorroza. Los de Mestalla, intratables, ganan 1-2 y coleccionan siete victorias seguidas entre Liga y Copa. Su inicio de Liga ya es el mejor de su historia. Es el Marcelinato, que no cede, y se asienta en la segunda posición de la tabla. El Alavés, guerrillero, se queda tiritando en el pozo de la Liga y el Valencia, que acabó molido a golpes, se lleva un partido áspero y muy bronco.
Pese a su pelaje inicial de equipo defensivo, con tres centrales y tres mediocentros físicos, el bloque de De Biasi empezó llegando más que el Valencia, desnortado sin Parejo hasta que Soler se acordó de jugar en el centro. El Deportivo Alavés se estiraba y se replegaba bien gestionando perfectamente su ansiedad y su necesidad de puntuar en casa por primera vez en la temporada. Su calendario ha sido de miedo jugando ya contra Barcelona, Real Madrid, Villarreal, Real Sociedad y Valencia. La entidad de sus rivales y sus carencias lo han penalizado.
De Biasi diseñó un once sorpresa, con tres centrales y Pedraza como carrilero zurdo, y una tripleta de medio centros muy agresiva. Wakaso, Tomás Pina y Manu empezaron rascando y mordiendo tratando de marcar territorio. Ese fútbol físico lo suavizaba por la izquierda Alfonso Pedraza, un talento de 21 años propiedad del Villarreal cedido en Vitoria, que le sacó los colores a Martín Montoya. El lateral del Valencia, sin ayudas de Pereira, que no defiende, era desbordado cada vez que Pedraza lo encaraba. Marcelino tapó ese agujero en la segunda mitad y el Alavés, por ahí, se ahogó.
No hubo golazo de Guedes en Mendizorroza. Sus dos últimas exhibiciones lo han dado en conocer en la Liga y los rivales ya lo conocen. Frente al Sevilla sufrió la persecución de Mercado y en Vitoria el Alavés se multiplicó para frenarlo a base de faltas en la mayoría de ocasiones. El portugués va a tener un cazarrecompensas detrás de él allá donde vaya. El precio de su genio. Marcelino, con criterio, lo protegió, sustituyéndolo, en el tramo final del partido. Demasiados golpes.
Simone Zaza prolongó su idilio con el gol. El italiano aprovechó un error de Adrián Diéguez para controlar con la izquierda y enviar un balazo con la derecha a la escuadra. A quemarropa. Zaza lleva nueve goles en diez jornadas y ha marcado, de forma consecutiva, en las últimas seis jornadas.
Y el Valencia se marchó al descanso, molido a golpes por la permisividad de González González, y con el premio gordo. El árbitro, sin influencia en jugadas trascendentes, permitió entradas muy duras que castigaron el juego del Valencia. El Alavés, muy necesitado, llenó Mendizorroza de minas y al Valencia le costó adaptarse.
El empate llegó a balón parado. Con un fútbol duro y físico pero muy primitivo excepto cuando tocaba Pedraza, el Deportivo Alavés marcó a balón parado. Alexis, que venía de marcar en propia puerta en el Villamarín, no se equivocó de portería esta vez y cabeceó a gol tras una errada en la marca de Gabriel Paulista que enojó a Marcelino. “Somos un equipo guerrero, el míster es así y nosotros también”, dijo Alexis a la conclusión del partido. Su frase define el juego del bloque de De Biasi: pandillero pero insuficiente para ganar.
El Valencia digirió mal el gol rival pero en una de las mejores acciones combinativas delante del área rival Rodrigo Ely despejó un balón con la mano para evitar el remate de Rodrigo y el árbitro pitó el penalti. El mismo Rodrigo transformó y estabilizó a los de Marcelino, superados por la contundencia con la que se empleaba el Alavés. Hasta el final, el Valencia encajó los golpes, falló contras y acabo achicando agua del área de Neto.
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