Fuenlabrada abraza el fútbol

El fútbol en Fuenlabrada viste de azul proletario, como el mono de los obreros. En tierra de baloncesto (con equipo en la élite desde 1996), el césped va equilibrando, con paciencia y recursos, su histórica distancia con el parquet. A rebufo de proyectos y hazañas exitosas en el sur de Madrid como las de Getafe, Leganés o Alcorcón, el Fuenla está empeñado en hacerse grande y la cita copera ante el Madrid (21.30, GolT) le ha dado el impulso de focos y titulares. También espera el de la estadística. De los últimos 10 rivales de Segunda B del equipo blanco en este torneo, siete ascendieron el mismo año (Alicante, Real Unión de Irún, Alcorcón, Real Murcia, Ponferradina, Cádiz y Cultural Leonesa).

Al frente del proyecto fuenlabreño, Jonathan Praena, un ingeniero industrial, empresario de la construcción y la hostelería, de 35 años, que en 2015 dio un paso adelante y se hizo cargo del club al que llegó como patrocinador para evitar que cayera en manos de los inversores chinos de una empresa de tecnología móvil. “Si lo han conseguido nuestros vecinos de Getafe y Leganés, por qué no nosotros”, repite Praena en su semana grande de entrevistas. Él es el artífice de un equipo de campanillas para Segunda B. Con Codina de portero, Cata Díaz de central, Paco Candela y Luis Milla (hijo del exjugador de Barça y Madrid) de mediocentros, Juan Quero y Hugo Fraile en los extremos y Dioni Villalba (apodado el Bicho en el vestuario) en la punta de ataque. “Los veteranos como el Cata o yo ejercemos de hermanos mayores. Se trata de armar un vestuario fuerte”, explica Codina, que conoció a Zidane en sus tiempos del portero del Castilla cuando subía a completar los entrenamientos del Madrid de los Galácticos.

“A partido único sería mucho más interesante porque el equipo grande tendría que venir con los machos apretados. Así si perdemos no pasa nada. Pero tenemos el gusanillo de querer hacer un buen partido para ponerles las cosas difíciles”, cuenta el entrenador, Antonio Calderón (histórico del Cádiz y el Rayo). En el equipo también están el centrocampista Rubén Sanz, apurando su carrera con 37 años, y Rubén Anuarbe, que tras colgar las botas ejerce de delegado. Ambos vivieron el memorable Alcorconazo de 2009, cuando los amarillos del sur de Madrid eliminaron al Madrid de Pellegrini (4-0 en la ida; 1-0 en el Bernabéu). “Es una utopía, pero los aficionados soñamos con repetir aquello”, cuenta Miguel González Blázquez, socio 172 del Fuenla, que se emociona cuando repasa el crecimiento del club estos años. “El año pasado fueron seis autobuses de aficionados a Valdebebas contra el Castilla y este año otros tantos al Cerro del Espino contra el Atlético B”, cuenta Miguel, que esta noche irá gratis al campo por ser abonado de tribuna. Otro gesto del presidente Praena, que ha impuesto el lema de cabeza, corazón y alma.

Desde que se conoció el emparejamiento con el campeón de Europa, el Fuenlabrada ha crecido hasta los 1.400 socios, más del doble de los que tenía hace un año, 400 más que al comienzo de esta temporada, la que el club espera sea la del ascenso a Segunda. Con 1,5 millones de euros de presupuesto y un equipo cargado de experiencia y pujanza los azulones ensayarán ante el Madrid sus sueños de grandeza tras años de anonimato en La Aldehuela.

El vetusto estadio construido en los años 70 junto a los terrenos del cementerio de la ciudad (de 194.000 habitantes), se cambió en 2011 por el funcional Fernando Torres, en el barrio de la Universidad. El nuevo estadio municipal, que nació con un aforo de 2.000 espectadores, crecerá hasta los 7.500 asientos para recibir al Madrid. El Fuenlabrada se mantuvo en Segunda B durante siete temporadas consecutivas, entre 1994 y 2001, y vivió una segunda etapa en el tercer escalón del futbol profesional entre 2003 y 2008. Pero tardó un lustro en regresar.

Ya en su nueva casa y con nombres ilustres en el banquillo, que fueron dando repercusión al proyecto (Cosmin Contra, Josip Višnjic, José María Salmerón, Fernando Morientes), el Fuenla fue cuajando en 2ªB y el año pasado, por primera vez en su historia, disputó el playoff de ascenso a Segunda. Perdió ante el Villanovense, agraciado con el gordo copero de medirse al Barça el curso 2015-16. Pero la ambición estaba marcada. Fuenlabrada abraza el fútbol.