El Everton despide a Ronald Koeman

El Everton invirtió algo más de 158 millones de euros en fichajes este verano, la mayor partida presupuestaria de su historia, en un movimiento acorde con la estrategia de transformación economico-deportiva que venía acometiendo desde hace cinco temporadas, y que entendía viable tras haber completado una última campaña notable de la mano de Ronald Koeman. Un entrenador que cumplía su tercer año en Inglaterra (dirigió al Southampton entre 2014 y 2016), donde se había labrado una imagen de experto en explotar todos los recursos disponibles a su alcance.

Si bien en el último lustro la bolsa de ingresos televisivos ha permitido que se reduzca la franja entre los clubes de la Premier, una maniobrabilidad más alta dentro del mercado no asegura en sí misma el éxito. Y de eso se dio cuenta el propio Koeman cuando desde las altas instancias del Everton le comunicaron ayer su cese como entrenador de los toffees, después de haber completado un arranque de temporada muy por debajo de cualquier expectativa prevista.

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“El presidente Bill Kenwright, el Consejo de Administración y el principal accionista Farhad Moshiri quisieran expresar su gratitud a Ronald por el servicio que le ha brindado al club durante los últimos 16 meses y por guiar al equipo al séptimo puesto en la campaña de la Premier League de la temporada pasada”, informó el club a través de su página web.

Fiasco en Europa

La fe en Koeman terminó por desaparecer en los despachos del Everton tras la última derrota de liga ante el Arsenal en Goodison Park (2-5), y que sitúa al club en puestos de descenso, 18º, con solo ocho puntos (dos victorias, dos empates y cinco derrotas). Ni siquiera en la Liga Europa ha encontrado desahogo un equipo sin mordiente, donde es último del grupo E por detrás del Atalanta, Olympique de Lyon y Apollon, con un solo punto en el casillero.

No parece actualmente la Premier ese oasis en el que los entrenadores contaban con más tiempo que en otros países para tratar de plasmar su proyecto deportivo. No en vano, Koeman es el tercer técnico en lo que va de temporada que tiene que hacer las maletas antes de tiempo. El primero fue su compatriota Frank De Boer, que abandonó el Crystal Palace tras cosechar cuatro derrotas en las primeras cuatro jornadas, convirtiéndose en el despido más precoz en la historia de la Premier tras haber completado solo 77 días en el cargo. A De Boer se le unió el martes pasado Craig Shakespeare, del Leicester City, al que se medirá precisamente el Everton este domingo en el King Power Stadium, a pesar de haber firmado un contrato por tres temporadas el pasado mes de julio.

Solo Arsène Wenger, cuestionado también por parte de la afición del Arsenal, parece inmune a este virus más propio de España o Italia, donde la longevidad de los entrenadores siempre ha resultado una excepción. Sin embargo, con el despido de Koeman, Inglaterra empata con España, que también ha visto cómo se movían tres de sus banquillos en lo que va de temporada: Luis Zubeldía (Alavés), Fran Escribá (Villarreal) y Manuel Márquez (Las Palmas).

La salida de Lukaku al Manchester United y la llegada en su lugar de Wayne Rooney, que a sus 31 años fue detenido por conducir borracho en septiembre, ha generado un agujero en el ataque del Everton que ninguno de los fichajes, especialmente Sandro, el único delantero que firmaron en su lugar, han sabido cubrir. La contratación más cara fue la del mediocentro islandés Gylfi Sigurdsson por 49 millones de euros, y que en 12 partidos acumula un solo gol.