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El vestuario del Barça prefirió jugar el partido

Tras saber que habría sanción si se suspendía, una minoría de los jugadores pidió no disputarlo y los capitanes que hubiera público

Jordi Quixano
Las gradas vacías en el duelo ante Las Palmas.
Las gradas vacías en el duelo ante Las Palmas.Manuel Q. Alonso (Getty Images)

Después de que los Mossos d’Esquadra garantizaran la seguridad de los aficionados del Camp Nou pero no la del Nàstic —a pesar de que el Barça les pidió encarecidamente que dieran marcha atrás—, de que LaLiga no pudiera suspenderlo por la negativa de los Mossos, de que la Federación Española les advirtiera con la sanción de la derrota en el partido ante Las Palmas, más otros tres puntos adicionales, y la pertinente multa económica, el presidente Josep Maria Bartomeu bajó al vestuario junto a la comisión delegada para hablar con los jugadores y entrenadores. Allí, en un cuarto de hora, el presidente adoptó la decisión de disputar el encuentro ante la UD Las Palmas a puerta cerrada.

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Bartomeu, que ya había llamado por teléfono a Valverde e Iniesta para informarles de la situación, explicó a los futbolistas y preparadores el proceso iniciado durante la mañana y las negativas que sucesivamente obtuvieron. Pero aun así, quiso consultar con la plantilla su voluntad al respecto. “Era lo lógico porque son los protagonistas y aunque podíamos tomar la decisión de forma unilateral, queríamos saber qué les parecía a ellos”, resuelve una fuente oficial del Barcelona. Por lo que todos pudieron pronunciarse, aunque ya con la certeza de que no se podía suspender sin una represalia. Todos los jugadores que hablaron —fueron pocos—, menos una minoría liderada por Piqué, querían disputar el encuentro. “Pero hubo otros que no se pronunciaron y los capitanes nos pidieron que se jugara con público porque eso les beneficiaba”, cuentan desde el club. Aunque el Barça, en este caso con la voz cantante de Bartomeu, hizo caso omiso a su petición porque entendía que era un riesgo y una irresponsabilidad hacerlo ante la amenaza pública de una invasión de campo. “Podía suceder cualquier cosa y nunca se sabe qué les hubiera pasado a los futbolistas”, esgrimen desde las oficinas del Camp Nou.

Resulta que la voluntad de Piqué y la gran minoría no convenció al grueso de la plantilla. “Nos jugábamos seis puntos y después de los esfuerzos que hacen cada semana por ganar, alguno podía haberse descabalgado”, argumentan desde la entidad. Piqué, de forma ejemplar, aceptó la decisión consensuada y así lo expresó al finalizar el encuentro al tiempo que se le escurrían las lágrimas. “No fue posible el aplazamiento y el club ha tenido un gesto con las circunstancias excepcionales que había en Cataluña”, señaló Valverde tras el duelo; “el aspecto del Camp Nou vacío es impactante, tal vez más que no jugar. No lo sé”. Bartomeu también habló: “Lo hicimos por la excepcionalidad de la situación, para que el mundo vea lo que ha sucedido aquí”. Y, aunque sin gente, los jugadores ganaron el encuentro.

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