España, un equipo con muchas balas

Algún día iba a tocar sudar la victoria. Después de completar una preparación extra, con tres partidos sencillos más la jornada de descanso, a España le llegaba el turno de medirse al primer rival serio: Croacia. Con un gen competitivo que se acentúa ante los grandes, como ya demostraron venciendo a la selección en los Juegos, los croatas tienen jugadores NBA y también piezas relevantes en la Euroliga, todos con experiencia en duelos apretados.

Eran previsibles y hasta lógicas las dificultades del partido y los problemas para entrar en juego. Cuando vas tan sobrado en los primeros encuentros cuesta mucho más encontrar el ritmo y leer las defensas. Además, aparecen enfrente ataques más consistentes y con más alternativas. En este caso, Croacia optó por abrir a sus cinco jugadores para aprovechar su movilidad y sus opciones de ventaja. Como ejemplo el de Saric, un jugador muy móvil que pasa a la perfección y tira incluso mejor. También los tiros abiertos de Simon y Tomas.

Un mal inicio de partido ante un rival tan competitivo y de tantas alternativas puede acabar con cualquiera, pero España tiene muchas balas. Ante Croacia, el primero que entró en acción fue uno que siempre está, aunque sea en la sombra, y que, como buen comodín, sirve para todo. San Emeterio abrió la lata con sus tiros y sus penetraciones para enjugar ese parcial de 10-1 y devolver la iniciativa a la selección. Pero quizá más importante que su aportación ofensiva fue la sobresaliente defensa sobre Bogdanovic, porque lo secó en los minutos clave, impidiendo que se sumara al festival de otros compañeros. Ahí se evitó un serio problema.

Junto a él también brilló Sergio Rodríguez, con puntos importantísimos en el tramo final para dar fuelle al equipo en ese toma y daca decisivo. Si sumamos a todo ellos la valentía, el gorrazo, y la intimidación de Juancho en la penetración de Bogdanovic, tenemos el primer puesto.

Al margen de la victoria, lo bueno de este encuentro resultó su ritmo alto y de muchos contactos, con tensión y técnicas —por cierto, inexplicables al final y que podían haberse cargado el partido—. Ahora sí podemos decir: Bienvenidos al campeonato de Europa.

En partidos anteriores no he nombrado al seleccionador, Sergio Scariolo, pero su gestión está siendo sobresaliente, dando minutos a la gente más joven durante las primeras jornadas, rotando al equipo para que todos aporten, y llegando a un partido como el de Croacia con todos enchufados y con la tensión del torneo en las piernas.

Por buscar un pero al partido este sería el no haber aprovechado los rebotes ofensivos, 20 para un total de 45, frente a los 33 de Croacia. Esas segundas opciones suelen ser la clave que decide las medallas.

Los 40 minutos no fueron perfectos, pero este era el partido que había que ganar. Ahora todo apunta que el rival en el cruce de octavos será Turquía, el anfitrión. La batalla ante Croacia vendrá bien para tener claro que, para alcanzar el oro, todo el camino no puede una alfombra roja.