Soler rompe el muro estonio y la sub-21 arranca con buen pie el camino a Tokio 2020
Un zapatazo del volante del Valencia da el triunfo a los Celades en el primer partido de clasificación para el Europeo de 2019, que decide también la presencia en los Juegos Olímpicos
Con un zapatazo de Carlos Soler rompió España sub-21 el infranqueable muro formado por Estonia (0-1) y debutó con triunfo en su camino hacia el próximo Europeo de la categoría y los Juegos Olímpicos de Tokio. Más de una hora resistió la defensa estonia al incesante asedio del equipo de Albert Celades. Comandados por los Ceballos, Mayoral, Merino, Oyarzabal o el propio Soler, los nuevos exponentes ofensivos de la generación posterior a 1996, no dejó de percutir España una barrera fija de nueve hombres que se mantuvo en pie una veces por su solidez, otras por el desatino español.
Salió Celades en el primer partido oficial de la nueva etapa con el mismo esquema y once que presentó en el amistoso del viernes. Con el único cambio de Carmona por Pol Lirola en el lateral derecho, el técnico andorrano confirmó el fin de la verticalidad y la velocidad y el regreso al fútbol de toque. Siendo los volantes sus jugadores de mayor calibre y recorrido no se atisbaba otra opción para una Rojita que no hizo otra cosa que tocar y tocar en su visita a Estonia. Con una presión adelantada, apenas olió pelota un rival menor que fio toda su suerte a colocar una primera barrera de tres, otra de seis a la altura del área y dejar a su tanque suelto por si España fallaba y tocaba correr y atacar. No pasó nunca.
La Rojita contrarrestó el 6-3-1 estonio con un 2-5-3 instalada completamente en campo contrario. Ahí, en 52 metros, se vivieron 90 minutos de acoso y derribo. Un asedio al que daban forma Merino y Rodri y en el que inventaban Ceballos, Soler y primero Oyarzabal y después Pedraza, que sustituyó al vasco, lesionado. Por la izquierda irrumpía Aarón, por la derecha Carmona y en punta aguardaba un errático Mayoral, que se hartó a fallar en Tallin. De izquierda a derecha, como un péndulo, movía el balón la sub-21. Como en bucle, no paró de intentar filtrar pases Ceballos ni de martillear por el flanco derecho la dupla formada por Soler y Carmona.
Estonia, sin saber muy bien cómo y fiada cada vez más a la suerte, se mantenía viva. Ni a fuego lento, con jugadas elaboradas, ni por la vía rápida, a base de zapatazos, era capaz de liberarse la Rojita. Así estuvo más de una hora, hasta en uno de Soler encontró el premio. Desde más allá de 20 metros cargó la diestra el volante del Valencia y la puso en la escuadra. Solo así pudo España superar el muro Estonio y arrancar con triunfo su camino al Europeo 2019 y a Tokio 2020.
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