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España se refuerza en la pitada

La amenaza de una manifestación contra Piqué en el Bernabéu aglutina al vestuario de la selección, que ve en el conflicto una oportunidad de consolidar la idea de equipo

Diego Torres
Piqué, a la izquierda, en el entrenamiento de ayer.
Piqué, a la izquierda, en el entrenamiento de ayer. Juan Carlos Hidalgo (EFE)

El temperamento levantisco de Gerard Piqué, a quien sus detractores imputan no solo el antimadridismo sino también la antiespañolía, ha generado un conflicto popular que trasciende el fútbol y que amenaza con estallar en la cara de la selección de España justo este sábado, cuando se juega la clasificación del Mundial frente a Italia. Es el día decisivo para conseguir el pasaje directo a la Copa del Mundo de 2018 y es mucho más que eso. Dicen en el entorno del seleccionador, Julen Lopetegui, que aquí no solo están en juego los puntos más importantes de la liguilla. El sábado en Chamartín se decidirá si España es o no es un equipo. Si existe o no existe unión entre sus integrantes. Si los gestos son vacíos o en el seno del grupo se está forjando la clase de complicidad que distingue a los campeones.

Lopetegui, Ramos, Busquets, Iniesta, y el propio Piqué, principales líderes del actual ciclo, observan la amenaza de manifestación popular contra el central del Barcelona como una oportunidad. “El público español debe respetar a todos los jugadores que defienden nuestro escudo”, avisó Ramos el lunes, “y Piqué es uno de ellos”.

La corriente separatista en Cataluña y sus resistencias trasladan al fútbol un aire perturbador que pega de lleno en la selección y en jugadores como Piqué, que no ha dejado de ventilar su vocación de dirigir al Barcelona desde el sillón presidencial. Cuando denunció que España es un país condicionado por quien "mueve los hilos" desde "el palco del Bernabéu", señalando al presidente madridista Florentino Pérez y deslizando una conspiración para desvirtuar la competición, el central del Barça tocó la fibra sensible de parte del público que le recibirá este sábado.

Afirman sus compañeros que el propio Piqué parece motivado ante la inminente producción de adrenalina. Uno de los miembros del cuerpo técnico señala la clase de discurso que se repite en el hotel de la selección. “Esto es como Fuenteovejuna”, dice; “aquí somos todos uno; pero no basta conque nos lo digamos de puertas para adentro. Hay que recordar cuáles son nuestros objetivos, cómo estamos y cómo nos mostramos. Hay que actuar. Y actuar también es declararlo públicamente, como han hecho Ramos y Nacho”.

“Es verdad que en los últimos partidos que hemos jugado en España ha habido algunos pitos a Piqué aunque tampoco tan significativos”, dijo ayer Nacho, modelo de canterano madridista. “Lo que yo tengo que pedir como compañero de Piqué es que el Bernabéu esté con Piqué. Toda España nos estamos jugando una clasificación para un Mundial, que es lo más importante. Piqué es un jugador de la selección y siempre nos ha demostrado que está con nosotros al cien por cien. Lo único que tengo que hacer es pedir el máximo apoyo para él como para todos los demás”.

España es una selección heterogénea. La tensión interna es indisimulable desde hace años. Pero es en esas fuerzas contradictorias donde, según Lopetegui, puede estar la clave del éxito. Los técnicos son conscientes de que armonizarlo no es fácil. Son muchos los equipos de fútbol que se han deshecho por efecto de las banderías internas y externas. La selección, sin embargo, posee algo que sus integrantes consideran un elemento propio de los equipos que son capaces de sobrellevar estas divergencias: aquí hay jugadores de una experiencia y un temple poco común. Como ejemplo recuerdan la reacción de Piqué a las burlas de Carvajal el día que el Madrid celebró el alirón en Cibeles. El culé se apresuró a decir en público que aquellos cánticos jaleados por la hinchada era parte del juego. Este sábado, la unidad por encima de las facciones también será parte del juego, según expresan la mayoría de jugadores. Los madridistas, ante todo.

Si Busquets o Iniesta salen a defender la figura de Piqué, mucha gente lo percibiría como un acto de protección entre compañeros del Barcelona. La autoridad de los jugadores del Madrid en este punto resulta imprescindible y así lo han intuido ellos. Carvajal también se ha unido al movimiento cuando en estos días lanzó la advertencia: "Si pitan a Piqué nos pitan a todos".

La gente parece responder. Miles de personas se reunieron ayer en Las Rozas para asistir al entrenamiento de la selección. El ambiente vibraba con la presencia de una multitud de niños emocionados ante un puñado de ídolos. Los coros espontáneos entonaron cánticos a Isco, Asensio y Villa. Como si a la afición que se prepara para asistir al España-Italia le importara un bledo el tema más escabroso de los telediarios deportivos. Piqué no oyó ni un reproche.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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