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Festín goleador para abrir la Premier

El Arsenal remonta en los instantes finales al Leicester para quedarse con los puntos y de nuevo con Giroud como suplente y salvador

Olivier Giroud celebra el gol del triunfo del Arsenal.
Olivier Giroud celebra el gol del triunfo del Arsenal.Shaun Botterill (Getty Images)

Le acaban de fichar a un compatriota, Lacazette, con la mayor inversión económica de la historia del club para ponerle en el disparadero. “Tengo demasiados delanteros”, dijo esta pretemporada Arsène Wenger. No cesan los rumores sobre su salida del Arsenal, pero Olivier Giroud es el indiscutible héroe del equipo. Batió el último penalti que le dio el triunfo al equipo en la Supercopa inglesa el pasado fin de semana y ahora, saliendo otra vez desde el banquillo, apareció para rescatar a los gunners en la apertura de la Premier League y evitar que sumasen tres derrotas consecutivas en estrenos ligueros en el Emirates. Todo en un festín goleador (4-3) con el Leicester, siete tantos en un partido con remontada postrera.

Horarios de la primera jornada

La competición se abre en Inglaterra con un partido aparentemente sencillo para el campeón, Chelsea. El City visita al recién ascendido Brighton y el United cierra la jornada con un duelo en Old Trafford ante el West Ham. El Huddersfield regresa en Selhurts Park a la máxima categoría tras 45 años de abstinencia

Viernes 11

Arsenal – Leicester 4-3

Sábado 12

13,30 h. Watford – Liverpool

16,00 h. Southampton – Swansea

16,00 h. WBA – Bournemouth

16,00 h. Everton – Stoke City

16,00 h. Crystal Palace – Huddersfield

16,00 h. Chelsea – Burnley

18,30 h. Brighton – Manchester City

Domingo 13

14,30 h. Newcastle – Tottenham

17,00 h. Manchester Utd. – West Ham

El Arsenal tiene que resolver varios problemas y da la sensación de que, por más que maniobre, Wenger se encuentra con una manta corta que le destapa pies o cabeza. Con Lacazette y a la espera de lo que ocurra con el futuro inmediato de Alexis Sánchez, que vio el partido desde la grada según reportó el club londinense con problemas abdominales, el Arsenal tiene pegada. Pero justo ahora no le sobra ese fútbol combinativo que tantos años atrás le convirtió en uno de los equipos más excitantes de contemplar. Imposible no reparar en lo que supone Cazorla, que apenas ha podido jugar 25 partidos en las dos últimas campañas, en este equipo. Mantiene un cierto poso jugón el Arsenal, un rescoldo, pero para colmo arrastra notables ausencias atrás porque Gabriel y Mertesacker están lesionados, Koscielny sancionado y Mustafi, corto de preparación se quedó en el banquillo. La pelota no salió limpia y tampoco el dúo de mediocentros que dispuso Wenger con Elneny y Xhaka le ayudó en esa tarea.

Así que el Arsenal marcó de inicio, en su primera llegada, pero nunca acabó de sentirse cómodo en el partido, apenas cuando Özil le alumbraba. El mediapunta alemán combatió las tinieblas para asociarse con Welbeck y algo menos con Lacazette, delantero que tiene más incidencia en el área que fuera de ella. Pero el delantero procedente del Olympique Lyonnais tiene olfato. Abrió el candado realizador de la Premier League con un gol de nueve, un remate de cabeza sin despegar los pies del suelo. La primera llegada del Arsenal hizo diana, también la del Leicester, que antes del quinto minuto ya había empatado tras interpretar a la perfección un saque de esquina en corto que acabó con un centro profundo que descolocó a la tibia zaga londinense. Okazaki remató la dejada de Maguire y gritó que el Leicester sigue entre nosotros, el mismo equipo que necesita bien poco para extraer máximo rendimiento, que se acomodó en el dominio del rival, en una presión ante la que no se despeinó y esperó el error para ponerse por delante en el marcador. Fue poco antes de la media hora de partido, cuando parecía que el Arsenal iba a coger vuelo, pero abortó el despegue en una nefasta salida de la pelota en la que entre los centrales y los mediocentros se hicieron un lío. Erró Xhaka al final, que sigue sin mostrar que su valor se acerque a los 45 millones que se pagaron por su ficha hace un verano.

Vardy, que no duda y menos a la contra, aprovechó el tachón de su oponente, puso en ventaja al Leicester, acalló el Emirates e hizo tiritar a su propietario. El Arsenal ya se pudo caer en ese instante, desconfiado de sus posibilidades, nada sobrado de fe. Okazaki pudo volver a castigarle en otro nuevo error en el despliegue, pero la última acción de la primera parte le dio vida a los gunners. Y otra vez estuvo Özil para cocinar la salsa, el empate rubricado por Welbeck, que no dejó de circular para convertirse en un segundo delantero centro cerca de Lacazette.

Nada sacó al Leicester del partido, ni un gol para abrir la primera parte ni otro para cerrarla. Regresó del descanso como si nada, con el poderío de sus mejores días y esa facilidad tan celebrada para sacar fruto de las oportunidades que genera. Le valió otro córner, esta vez directo al corazón del área, para volver a ponerse en ventaja en un renacer de la pareja Mahrez-Vardy. La puso el argelino y la remató el inglés, que entró como un cuchillo entre la mantequilla del marcaje zonal del Arsenal.

Wenger esperó hasta que restaban poco más de veinte minutos para rehacer la alineación y retirar a Holding y Elneny, dos de los futbolistas que más naufragaban. Entraron Ramsey y Giroud para acumular hombres en el frente del ataque. Poco mejoró en el Arsenal en lo colectivo, pero sí mucho en lo individual porque Ramsey tiene talento y Giroud el oficio del goleador. El primero se mostró para bajar un centro aparentemente inocuo, orientarse y batir a Schmeichel ocho minutos antes del noventa y poner viento en las velas del Arsenal y en las de Olivier Giroud, del que se apunta que puede salir del equipo, pero que es un favorito de la grada. Marcó de cabeza con un zaguero colgado del brazo y desató la pasión de la grada, que no deja de gozar haciendo los coros mientras adapta su apellido a la tonadilla de Hey Jude. A ese ritmo abandonó la gente el Emirates.

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