Un portero renuncia a México por jugar para Estados Unidos
Jesse González de 22 años, de padres mexicanos, ha decidido jugar por el equipo estadounidense pese a competir por el 'tri' en un mundial juvenil
El caso de Jesse González es un ejemplo de una familia mexicana que emigró hacia Estados Unidos. Él nació en el pueblo de Edenton del condado de Chowan, Carolina del Norte. Sus padres se mudaron a Dallas, Texas para criarlo. Defendió la portería de México hasta que Estados Unidos le sedujo para jugar con ellos.
La partida se da en un momento en la que la portería de México ha carecido de sangre juvenil. El promedio de edad de los porteros incluidos en la Copa Confederaciones es de 31 años. Entre ellos Guillermo Ochoa (31 años), Alfredo Talavera (34) y Rodolfo Cota (29) mantienen un promedio de edad de 31. Los guardametas que jugarán la Copa Oro también han alcanzado el punto límite de la madurez Jesús Corona (36), Moisés Muñoz (37) y Miguel Fraga (29).
Jesse empezó a ser portero desde pequeño. Le tocó ver a la distancia los últimos años de esplendor de aquel Jorge Campos o a su referente, Oswaldo Sánchez. Se formó en la academia del FC Dallas, un equipo de la Major League Soccer que ha apostado para fichar a los latinoamericanos que viven en la ciudad. González empezó a despuntar. Con 18 años le ofrecieron un contrato. Allí trabajó con un chico que tenía la misma situación que él, Richard Sánchez, un portero que eligió a México para representarlo en un mundial juvenil que ganaron en 2011.
Dos años después su entrenador, el colombiano Óscar Pareja, le colocó en el once inicial para jugar en la liga frente al Vancouver y Jesse encajó su primer gol. En ese año sumó sus primeros 15 partidos en la MLS y le valió que la selección de México le considerara como su portero titular durante las eliminatorias y el campeonato mundial sub-20. Era, junto con Gibrán Lajud y Raúl Gudiño, una de las esperanzas para tomar el relevo de la portería de México.
Jürgen Klinsmann, quien en 2016 aún era el seleccionador de Estados Unidos, intentó reclutarle. El chico se rehusó. "Desde niño quise portar la camiseta de México, fue mi sueño y hay que pelear por eso", comentó Jesse al portal Mediotiempo. El propio guardameta aceptó que su agrado se inclinaba hacia México.
Los esfuerzos de la Federación estadounidense de fútbol volvió a ofrecerle la posibilidad de jugar por Estados Unidos, ahora para que formara parte de la convocatoria preliminar que disputará la Copa Oro. Jesse aceptó incluso cuando su nombre está apuntado a la lista de reservas. El futbolista solicitó a la FIFA su cambio de nacionalidad en la cancha.
Hace más de seis meses, Alejandro Zendejas, uno de los compañeros de Jesse, renunció a ser la estrella del fútbol estadounidense para jugar en las Chivas de Guadalajara. Su apuesta fue, en parte, correspondida luego de ser campeón en la categoría sub-20, no obstante, ha sido cedido a Zacatepec, un equipo de segunda división.
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