Maverick Viñales: “No soy mucho de pedir ayuda”
Siente la presión y le gusta, quiere estar en el podio cada fin de semana porque la regularidad es el camino hacia el título. Así es y se siente el piloto español en su primer año con la M1
Asegura no estar nunca del todo satisfecho. Y aunque no pone ejemplos, Maverick Viñales (Roses, Girona; 22 años) da detalles durante la charla: se siente súper orgulloso de su victoria en Le Mans, pero le ha encontrado una pega: “no hacía bien la curva cinco, en aquel punto Valentino era más rápido que yo”, se recrimina después de revisar la carrera, puro espectáculo. Siente la presión. Y le gusta. Quiere estar en el podio cada fin de semana. Cree que es un objetivo realista; y necesario si, como es su caso, uno quiere ganar el título. Si alguna vez se sintió infravalorado lo utilizó para fortalecer su carácter: “Al final, tienes que demostrar las cosas, quién eres, el talento que tienes y lo duro que trabajas”. Lo está haciendo este año con una Yamaha. Es el líder del Mundial y hoy (14.00, MovistarTV) sale desde la pole.
Pregunta. Cuando llegó al Mundial, con 16 años, decía que quería estudiar Derecho y ser notario. ¿Cuándo se dio cuenta de que esa no sería su vida?
Respuesta. Aquel mismo año. Te roba mucho tiempo esto de competir en el Mundial. Son muchos viajes y pasas mucho tiempo fuera de casa.
P. Es de un pueblo de mar y viene de una familia de pescadores, ¿nunca le tiró el oficio?
R. No, nunca. Me gusta ir a pescar, pero por mi cuenta, no como ellos, que salen con el barco, muy temprano, y están en el mar doce horas seguidas. Es muy duro.
P. ¿Cómo era el Maverick de aquel 2011?
R. Súper tímido. No sabía inglés apenas. Y me costaba mucho expresarme, sobre todo con la gente que no conocía. Sigo siendo tímido. Y mucho. Pero, aquí, en el paddock, he mejorado mucho. Y he aprendido a tratar con los medios. Pero, por lo que respecta a la ilusión, las ganas, mi objetivo sigue siendo el mismo. Estoy muy contento de ello y de que desde el primer año la motivación sea cada vez mayor.
P. El Maverick adolescente iba siempre acompañado de su padre, ¿por qué decidió que no viniera más?
R. Digamos que esto, al principio, era como un juego. Ahora ya es un trabajo. Tienes que estar concentrado al 100%, intentar tener las mínimas distracciones posibles. Ahora cada uno se ocupa de lo suyo. Mi padre me ayudó mucho de pequeño, ha sido una de las mejores ayudas que he podido tener; la disciplina que me inculcó ha sido muy beneficiosa, pero ahora mismo esto es otro mundo. Aquí tenemos que estar los técnicos, yo y poco más. Llevo conmigo a la gente con la que convivo cada día, pero nada más.
Me gusta entrenarme solo. Soy una persona muy independiente, siempre he hecho las cosas a mi manera
P. ¿En quién busca apoyo?
R. Me fijo mucho en mí mismo para tomar decisiones. Cuando he tenido un mal día, por supuesto, me apoyo en quienes tengo cerca, como Alex [Sala, su asistente] o mi chica. A veces, también juego con mi perro, que me puede hacer muy feliz. Intento refugiarme en mi gente más cercana, aunque no soy mucho de buscar ayuda, intento hacerlo todo solo.
P. ¿Le gusta la soledad?
R. No es que me guste. Pero, digamos que soy una persona muy independiente. Siempre he hecho las cosas a mi manera. Sí que me gusta salir a entrenarme solo, a mi aire. Me gusta entrenar rápido y pocas horas.
P. Llega aquí después de una magnífica carrera en Le Mans y de ganarle un cuerpo a cuerpo a Rossi. ¿Cómo se imagina un duelo en el gran premio de Italia?
R. Más difícil todavía. Aquí, en Mugello, la pista es muy rápida y hay muchas zonas de adelantamiento. Tendríamos que preparar un final de carrera realmente bueno, en el que la moto funcionara muy bien. En el siguiente duelo con Rossi no he pensado. Cuando me lo encuentre, decidiré cómo lo hago. Pero está claro que si tengo la moto al 100% tengo que conseguir tener opciones hasta la última curva.
Utilizo mucho el freno de atrás; con otras motos puede resultar muy positivo, pero con esta a veces no lo es. Tengo que copiar el estilo de Jorge
P. ¿Qué le hace sentirse más orgulloso de la carrera de Le Mans?
R. Más que aquella última vuelta, me enorgullece el hecho de que Valentino me pasó, me sacó seis décimas, y en lugar de decir no puedo, cerré los ojos y seguí apretando hasta el último segundo. Eso me hizo estar muy contento: el no rendirme, el decir aquí estoy yo, puedo hacerlo, no se me va, ahora llego. Y pude hacer dos últimas vueltas de las que me siento muy satisfecho.
P. El año pasado, temporada de muchas caídas por el neumático delantero, fue uno de los pilotos más regulares. ¿Se le da especialmente bien encontrar los límites de la moto?
R. El año pasado tenía muy buenas sensaciones con el tren delantero y sentía dónde estaba el límite. Por eso no cometía errores. Lo que ocurre normalmente es que el neumático se bloquea, y en ese momento era cuando el año pasado tenía un plus: notaba muy bien cuándo se iba a bloquear y muchas veces levantaba la moto, o dejaba el freno un poco antes para que no se terminara de bloquear. Este año he querido pasar la línea alguna vez y he fallado. Siempre he sentido muy bien el límite del tren delantero, así que poco a poco estamos poniendo la Yamaha más a punto y estoy cogiendo más experiencia.
P. Explíqueme cómo la gimnasia artística puede ayudarle a prevenir lesiones importantes.
R. Es un deporte que te da elasticidad y agilidad. Prevenir una lesión en una caída es difícil, porque depende mucho del tipo de accidente y de cómo caigas; a veces, no se puede hacer nada. Pero puedes trabajar para intentarlo: ganar elasticidad te ayuda a prevenir, por ejemplo, luxaciones en los hombros; o si en una caída te das un golpe fuerte en la cabeza, disminuyes el riesgo de lesión en las cervicales.
P. ¿Y cómo ha adaptado su estilo a la Yamaha?
R. Todavía tengo que cambiar cosas. Tengo que intentar ser un poco más fino en la entrada a la curva. Hay algunas curvas en las que mi estilo me funciona muy bien, porque freno muy tarde y realmente gano más de lo que pierdo haciendo paso por curva, pero hay otras en que no es así. Tengo que copiar un poco el estilo que tenía Jorge [Lorenzo] y tener las dos opciones para poder escoger. Aunque hacer este cambio de chip es realmente difícil; poco a poco lo voy asimilando.
P. A Wilco Zeelenberg, su analista de pista, le impactó su capacidad para parar la moto y jugar con su cuerpo para controlarla.
R. Veo vídeos y tengo la percepción de que llevo la moto de forma diferente a como la llevan otros pilotos de Yamaha, lo que no significa mejor. Utilizo mucho el freno de atrás, algo que con otras motos puede resultar muy positivo, pero con esta a veces no lo es, porque bloqueo la rueda y me cuesta entrar a las curvas. Son aspectos del pilotaje que todavía tengo que mejorar.
P. Llevar la moto más completa y más dócil, ¿le obliga a aspirar a la victoria siempre?
R. La Yamaha parece la moto más fácil de llevar, pero no lo es. Cuando tienes que pasar el límite la moto se mueve mucho. Y cuesta. Llegar hasta un punto es fácil, pero pasar ese punto es difícil. Y eso es lo que más valoro de Valentino, porque cuando intentas hacer algo que ella no quiere se vuelve difícil, le cuesta entrar a la curva y las frenadas se complican. Tener una moto dócil no te obliga a ganar, te obliga a hacer buenos resultados. Para ganar tienes que tener una moto perfecta. Y en eso influyen muchas cosas: los neumáticos, el agarre de la pista… Depende mucho del circuito en el que estés. Además, a principio de temporada teníamos dos chasis: uno ofrecía más agarre y el otro venía mejor para los cambios de dirección: el primero era muy agresivo, el otro más dócil; íbamos jugando un poco entre uno y otro según fuera el circuito. Pero ahora ya tenemos una única moto, la definitiva. Y puedo asegurar que no es tan dócil. Voy todo el día a una rueda.
P. Se le señala como el favorito, ¿quién es su gran rival?
R. Ahora mismo, Dani. Está a 17 puntos y es el segundo clasificado. Está en un gran estado de forma y haciendo uno de los mejores campeonatos hasta el momento desde que está en MotoGP. Es nuestro principal rival, pero Marc también estará ahí y Valentino. No nos podemos olvidar de ellos.
P. ¿Idolatra a Rossi como cuando era pequeño?
R. Sí, eso no cambiará. Es un sentimiento que tengo desde pequeño. Nos tenemos un gran respeto mutuo. Me lo demostró en Le Mans. Hicimos una buena carrera, fue una lástima que se fuera al suelo. Hubiera sido un final muy emocionante.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.