La lotería premia al Valencia ante el Baskonia
Un final estruendoso da la primera victoria a los taronja en Vitoria
Tan igualados están Baskonia y Valencia que el factor cancha de estas semifinales se decidió en el average general de la temporada regular. Y le cayó al Baskonia, pero ayer se lo robó el Valencia en un final de infarto con una polémica decisión arbitral en la falta deliberada de Sastre sobre Ledo que no fue considerada antideportiva. Tres segundos para una pitada a los árbitros, para desencajar la mandíbula del técnico baskonista Sito Alonso y para que Larkin se tuviese que jugar un triple lejanísimo que se fue al tablero. Y el Valencia acabó ganando por 82-83 y anotando su primer punto de la eliminatoria.
Baskonia, 82 - Valencia, 83
Baskonia: Laprovittola (7), Diop (2), Hanga (12), Tillie (11) y Ledo (10) --quinteto inicial--; Shengelia (10), Beaubois (5), Blazic (2), Larkin (17), Voigtmann (6), y Sedekerskis (-).
Valencia Basket: Diot (9), Rafa Martínez (-), San Emeterio (24), Sikma (5) y Dubljevic (15) --cinco inicial--; Vives (-), Oriola (9), Sastre (14), Thomas (3) y Sato (4).
Parciales: 22-21, 19-12, 23-25, 18-25.
Árbitros: Hierrezuelo, Conde y Castillo. Eliminado Vives por parte del Valencia por 5 faltas personales.
Pabellón Fernando Buesa Arena: 9.312 espectadores.
Un Valencia que fue siempre a remolque del Baskonia, que dominaba el rebote y ganaba en intensidad a su rival, pero que se puso por delante en el marcador en el momento justo, en el tramo final del último cuarto, el que decide los partidos, el que mide los nervios. Y entre otras cosas, lo consiguió gracias al exbaskonista San Emeterio, intratable en ataque, con un surtido variado de soluciones para cualquier problema, Dubljevic le ayudó en ocasiones, Sastre en otras, mientras Baskonia resultaba más coral, aunque la presencia de Larkin es siempre como encender una lámpara de Aladino. Ricky Ledo se destapó por fin como el jugador resolutivo que el Baskonia fichó para suplir al lesionado Budinger.
En plena efervescencia de los azulgrana, consiguieron llevar el marcador hasta los 10 puntos de diferencia, pero inmediatamente resucitaba el Valencia de la mano de San Emeterio y restituía el orden establecido, es decir, la igualdad que define a ambos equipos y que se llevó hasta el paroxismo de la última jugada. Nunca se sintió ganador el Baskonia, pero nunca pensó que podía perderlo dominando el rebote, acelerando Larkin, Ledo, Hanga el acierto anotador.
Pero de pronto el balón comenzó a convertirse en una liebre saltarina. Una racha de perdidas alternas, de jugadas confusas, de errores en el pase, de exceso de aceleración llevó el encuentro al suspense final, a la lotería de aciertos y desaciertos (incluidos algunos errores arbitrales que castigaron a ambos equipos). Pudo pasar cualquier cosa, y pasó que el Valencia estuvo más templado y compró más boletos para la rifa. Y le tocó el premio gordo.
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