El Valencia hunde al Barcelona en la ‘foto finish’
El equipo de Bartzokas cierra su horrible temporada en un partido dramático y el de Pedro Martínez jugará las semifinales
Dos triples fallados por Rice en los estertores de un partido dramático a más no poder cerraron la temporada más horrible del Barcelona en los últimos tiempos y sellaron el pase del Valencia Basket a las semifinales de la Liga Endesa. El equipo de Pedro Martínez salió vencedor de un duelo taquicárdico, con un final al sprint, que necesitó de foto finish. La tensión se hizo insoportable y hubo segundos eternos en La Fonteta. La imagen de Diagné, el joven pívot senegalés lesionado, llorando en el banquillo mientras todavía se estaba ventilando el asunto ilustra la enorme tensión que presidió los acontecimientos. Ganó el Valencia por 67-64.
VALENCIA, 67; BARCELONA, 64
Valencia Basket: Diot (5), Rafa Martínez (12), San Emeterio (13), Sikma (6), Dubljevic (10) –equipo inicial-; Sato (0), Vives (2), Oriola (2), Sastre (9), Kravtsov (1) y Will Thomas (7).
Barcelona Lassa: Rice (18), Oleson (9), Perperoglou (7), Vezenkov (2), Tomic (14) –equipo inicial-; Munford (0), Claver (0), Eriksson (3), Koponen (3) y Renfroe (8).
Parciales: 19-14, 12-12, 18-21 y 18-17.
Árbitros: García, Conde y Castillo. Eliminaron por faltas personales a Vives (m.35) y Oleson (m.39).
La Fuente de San Luis de Valencia. Tercer partido de los cuartos de final de la Liga Endesa. El Valencia gana por 2-1 y se clasifica para las semifinales.
El equipo de Pedro Martínez estuvo siempre por delante en el marcador, pero el ejercicio de funambulismo fue extremo y duró una eternidad, desde que Rice recuperó en el tercer cuarto la compostura que había perdido por completo en el primer tiempo y Tomic se batió en situaciones tan extremas como las que condicionaron el partido del Barcelona. Y el Valencia se desenvolvió a golpes de riñón, impelido por las acometidas de Dubljevic en un momento, de Sastre, en otro, casi siempre de San Emeterio. Un punto arriba, un punto abajo. Un triple, o tres que no entran, los que fallaron Renfroe —la bola se paseó por el aro— y por dos veces Rice en los últimos 20 segundos o tres tiros libres fallados por Tomic en las tres series que lanzó en los últimos cinco minutos, comportaron consecuencias cruciales. El Valencia jugará las semifinales por cuarto año consecutivo. El Barcelona se quedará fuera de ellas desde 2006; es más, no comparecerá en la final por primera vez desde entonces.
El ejercicio de resistencia del equipo de Georgios Bartzokas resultó conmovedor en su último partido. Fue un digno colofón para una temporada indigna. Porque el Barcelona compareció en cuadro, con un solo pívot-pívot tras la espantada de Vezenkov y la lesión de Diagné, que se añadió a la retahíla de bajas, las de Pau Ribas, Doellman, Navarro. Y por si ello no fuera suficiente, Claver, cuando estaba siendo uno de los mejores hombres de su equipo, se lesionó también en el tercer cuarto y ya no pudo volver a la cancha. A eso hay que añadir que Rice cuajó una primera parte horrible, sellada con 0 puntos, seis tiros fallados y tres balones perdidos. De ahí que la entereza con la que volvió a tutear el Barcelona al Valencia en la segunda parte, en la que Rice fue el Rice de las grandes ocasiones, con 18 puntos y el mando absoluto de los ataque, hace más difícil ensañarse en una evaluación final que por fuerza debe ser demoledora.
El Barcelona ha quedado retratado esta temporada: ningún título en su haber, 11º en la fase regular de la Euroliga, despedido de la Liga en cuartos de final, también derrotado tanto en la Copa como en la Supercopa, con un balance de 37 victorias y 32 derrotas. Y lo que es peor, con la evidencia de que, dentro del marasmo de lesiones, ausencias y contratiempos de todo tipo que ha sufrido, su gestión ha sido nefasta.
El Valencia, escarmentado por su fiasco en la final de la Eurocup ante el Unicaja, acabó imponiendo su energía, traducida en 14 rebotes más, en un partido con un componente emocional determinante. Perdió 11 balones en la primera parte, perdió el hilo en varios momentos de la segunda, pero nunca se dejó adelantar por el Barcelona. En un partido de ese cariz, los pasos adelante de San Emeterio, Dubljevic y Sastre, valieron su peso en oro.
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