Verdasco apaga al fenómeno Zverev

A sus 33 años, Fernando Verdasco puede considerarse un especialista en reventar pronósticos. Aunque alcanzó su pico competitivo en 2009, con las semifinales del Abierto de Australia, es hoy día un rival de doble filo, porque si se levanta con el pie torcido no suele haber demasiada historia en la pista, pero si lo hace inspirado es capaz de tumbar a cualquiera. Este martes derribó a un prototipo perfecto para alcanzar el número uno, Alexander Zverev, que llegó a París con tan buena inercia que se le incluía en el listado de favoritos al título.

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Venía el alemán de conquistar Roma, la antesala a Roland Garros y el torneo más similar al grande francés en cuestiones técnicas, y de batir al mismísimo Novak Djokovic sobre esa arena. También de haber alzado el trofeo de Múnich y de haber vencido a Verdasco con una exhibición en la Caja Mágica de Madrid. Sin embargo, este martes cedió contra el español, quien volvió a erigirse como un domador de fieras y cerró de forma victoriosa un pulso que comenzó la tarde anterior y se suspendió por la escasez de luz.

Al final, 6-4, 3-6, 6-4 y 6-2 (después de 1h 53m), el primer gran pelotazo en esta edición. “No he pensado en su buen momento ni en si yo tenía más experiencia. Sencillamente he intentado hacerlo lo mejor posible en cada punto”, resolvió el madrileño, que contabiliza ya 23 triunfos frente a tenistas del top-10. “Cada partido aquí, a cinco sets, puede dar muchos giros. Aquí, en París, cada partido es muy largo”, analizó aún sobre la pista, a primera hora de la tarde. Le aguarda ahora el local Pierre-Hugues Herbert (26 años, 82 del mundo), al que ya ha derrotado este año en Indian Wells.

Afincado ahora en Doha, el español no ha firmado buenos resultados en la gira preparatoria, si bien es cierto se topó con adversarios de altura en Roma (David Goffin), Madrid (el propio Zverev) y Houston (Steve Johnson); no así en Hungría, donde patinó contra Laslo Djere (184). No obstante, su inicio de curso fue notable (semifinales de Qatar y final de Dubái) y conforme mayor es el reto, mejor carbura. Esta vez era el joven alemán, el fenómeno Sascha; el chico, se dice, que está llamado a gobernar el futuro del tenis y en el que tanto la ATP como las firmas comerciales han hallado un filón por su carismático estilo de juego y su imagen (1,98 y 86 kilos).

Zverev (59 errores no forzados) figura hoy día en el número 10 del ranking y en teoría este era el primer torneo en el que aterrizaba con la vitola de hombre a seguir, con posibilidades incluso de poder hacer algo importante. Sin embargo, en su trastabillado estreno, fragmentado en dos días, se cruzó por delante un rayo. Se llama Verdasco y no teme a nadie.