Zidane: “Me gustaría subirme a la mesa a bailar”

Se sentó Zidane en la sala de prensa de La Rosaleda en la que parecía que iba a hacer una rueda de prensa más y empezaron a escucharse gritos desde fuera. No hacía falta ser Sherlock Holmes para adivinar lo que pasaría unos segundos después. Al responsable de comunicación le dio tiempo a levantarse antes de que irrumpieran en manada Marcelo, Lucas, Danilo, Morata y Asensio. Voló espuma de champán hasta las primeras filas de la sala de prensa. El impecable traje del técnico francés quedó empapado mientras sus jugadores cantaban “¡campeones, campeones, oe oe oe oe!”. La misma escena se vio en la sala de prensa del Estadio Da Luz cuando el Madrid de Ancelotti consiguió la Décima.

Se soltó Zidane, feliz, relajado. “Hoy sí, hoy sí puedo decir que estoy contento”, dijo con la alegría contagiosa de un niño. Parecía un jugador más, con las mismas ganas de juerga de los que acababan de interrumpir su comparecencia. “No hay palabras para definir lo que siento. Me gustaría subir aquí a la mesa y bailar…”, dijo. Le invitaron a hacerlo. “Pero no lo voy a hacer... por dentro estoy contento, bailo por dentro”, prosiguió el técnico después de ganar su cuarto título (Champions, Supercopa de Europa, Mundialito y Liga) en 17 meses de banquillo.

“Intuyo que maneja muy bien el vestuario porque así se ha demostrado a lo largo del año. Pero no me atrevo a dar un juicio sobre su trabajo porque no tengo experiencia para manejar ese tipo de vestuarios. Hay que felicitarle porque va camino de hacer una historia bonita en un club tan difícil de entrenar como el Real Madrid”, le piropeó Míchel al mismo tiempo que destacaba las virtudes del Madrid campeón de Liga.

“Es un equipo compacto, con mucha calidad en todas las líneas y que tiene una cosa que muchas veces no se ve: el carácter de equipo campeón. Han hecho cambios y el equipo no bajaba de nivel”, prosiguió el técnico del Málaga, que reivindicó la honestidad de su equipo, que algunos habían puesto en entredicho por su pasado madridista. “Nosotros sabíamos que no íbamos a regalar nada, he planteado los entrenamientos exactamente igual que las demás semanas. Lo de dudar forma parte de un espectáculo y malo además, porque las sospechas siempre son malas. Se ha demostrado que mis jugadores merecen mis felicitaciones, todos los que han dudado de nuestra honestidad que esperen otra ocasión, con otro deporte y otras personas”, comentó el entrenador del Málaga.

Zidane dijo poco después que no se le había caído ninguna lágrima, pero que no descartaba que pasara. Vivió los nueve meses de Liga como un parto, por interminable. Siempre se quedó en segundo plano, para dejar el protagonismo a sus jugadores. Ayer, cuando faltaba menos de un minuto para que el árbitro pitara el final y los suplentes ya estaban saltando abrazados contando los segundos para irrumpir en el terreno de juego, él se sentó en el banquillo y dejó los focos a los futbolistas. Ya después, con todos en el centro del campo, fue a abrazar a Isco y levantó en brazos a Modric. Le faltó subírselo a los hombros.

“Demasiada calidad”

“Más que del entrenador, el éxito es del grupo, la clave del éxito de este equipo es el grupo que ha estado unido todo el año, el que ha jugado menos y el que ha jugado más. Los que sufren, luchan y juegan son ellos”, comentó el técnico del Madrid, que el día de su presentación, en enero de 2016, dijo que todo saldría bien porque con el trabajo es imposible que las cosas salgan mal.

“La clave está en eso, en el trabajo y en creer en lo que estamos haciendo. Cuando crees en una cosa, si trabajas y tienes esta plantilla... pues se consiguen las cosas”, añadió Zidane. ¿Lo que más le ha hecho disfrutar y sufrir?, le preguntaron. “Sufrir he sufrido cada tres días… hay mucha tensión, pero es bueno porque vivimos para eso, cada uno vive por su trabajo y yo vivo con pasión lo que estoy haciendo. El momento que más he disfrutado es hoy. Después de cinco de espera... no tengo palabras”, contestó.

“Hoy es el día más feliz de mi vida profesional, ganar una Liga como entrenador es completamente diferente. He ganado todo con este club como jugador, pero la Liga como técnico es lo máximo”, concluyó. También fue la primera Liga para Kroos y Modric, entre otros. “Tenemos demasiada calidad. Y en el día a día, en cada entrenamiento, demostramos esfuerzo y entrega”, dijo el croata. “Es un grupo del que estar orgullosos”, apuntó Benzema. “Este vestuario se merecía esta Liga”, aseguró Sergio Ramos, que antes de unirse a la fiesta de sus compañeros fue a dar la mano a todos los jugadores del Málaga.