Al baloncesto le funciona el videoarbitraje

El videoarbitraje funciona de maravilla en el baloncesto. Se aplica en todos los partidos de las competiciones organizadas por la ACB y el acierto en los veredictos es casi pleno. La célebre jugada en la que Sergio Llull cometió un campo atrás en los cuartos de final de la Copa entre el Real Madrid y el Andorra no dejó esa percepción. Pero hay que tener en cuenta que los árbitros, que se equivocaron en su apreciación, no pudieron recurrir al Instant Replay —nombre oficial del videoarbitraje—, porque en el reglamento no está contemplada esa posibilidad en el caso del campo atrás. Aquella acción dejó tareas pendientes para adecuar mejor las normas a las mil y una situaciones del juego.

El videoarbitraje en el baloncesto lleva varios años de adelanto al del fútbol. Si vale o no un triple de Llull porque pisó o no la línea de 6,75 metros, si un lanzamiento de Rice se produjo dentro del tiempo de posesión, si tal o cual jugador estuvo implicado en una tangana… Esas son algunas de las acciones que los árbitros pueden revisar.

Se ha conseguido que el tiempo medio de revisión de cada jugada sea de 30 segundos. Un protocolo permite a los árbitros advertir con antelación a los operadores del Instant Replay sobre la jugada que quieren revisar. Disponen de dos monitores, uno para el operador y otro para el árbitro, que puede pedir más zoom, diferentes tomas o pasar la imagen adelante y atrás, explica Xavi Torrico, miembro del departamento de arbitraje de la ACB.

El fútbol ha empezado a utilizar el VAR, un sistema de videoarbitraje que se estrenó con polémica en el Mundial de Clubes en diciembre, que funcionó mucho mejor en el amistoso Francia-España, el 29 de marzo, y que se prevé aplicar en el Mundial de 2018. Las pruebas en la Liga de baloncesto comenzaron en 2006 y la utilización se extendió paulatinamente. Tras la firma del contrato entre la ACB y Movistar + en 2015, empezaron a ser retransmitidos todos los partidos y el Instant Replay funciona ya en todas las canchas. En cada una, se cuenta con cinco cámaras que barren todos los rincones de la pista y una adicional que apunta a los marcadores del tiempo de posesión y de partido.

“El objetivo es reducir el índice de error. Para los árbitros es una ayuda ideal. Ellos confían en esta herramienta. Se ha ido mejorando y las imágenes son muy claras. Tanto la Liga Endesa como en el departamento de arbitraje estamos muy satisfechos”, afirma Francisco Monjas, director de arbitraje de la ACB. El responsable del Instant Replay es el árbitro principal de cada encuentro. Antes de recurrir a él debe haber adoptado una decisión. Para rectificarla, debe observar una acción “nítida, clara y contundente” en la repetición. El acierto, tras consultar el Instant Replay, es de un 99%. El único error se produjo en un Barcelona-Valencia de la pasada temporada. “Se cambió la decisión cuando no existía una imagen clara y nítida”, admite Monjas en relación al triple de Doellman que los árbitros dieron por válido en primera instancia y anularon tras ver la repetición.

La ACB y la Asociación de Árbitros solicitaron hace meses a la Federación Internacional (FIBA) que se permita a cada entrenador pedir la revisión de una jugada en cada partido. “No nos contestaron, pero esperamos que antes de la próxima temporada se permita esa posibilidad”, cuentan desde la ACB.