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La prioridad de Ramos

El capitán de España asegura que es más importante preservar la filosofía de juego basada en la posesión del balón que ganar títulos

Diego Torres
Ramos y Lopetegui en San Denis.
Ramos y Lopetegui en San Denis.FRANCK FIFE (AFP)

Pocos jugadores disfrutan tanto con la jefatura como Sergio Ramos. El capitán de la selección soñaba desde adolescente con ser "un líder" y ahora que ha cumplido 30 años y está formando una familia numerosa se siente feliz de comandar el clan, el Madrid y la selección. El hombre se expande. Lo abarca todo y es más minucioso de lo que parece. Cree que —en esta era de telerrealidad— los mensajes públicos forman parte de aquello que un líder debe controlar. Y el mensaje que lanzó en Saint Denis, en la monumental sala de conferencias del Stade de France, no admitió lugar a dudas: España es el tiki-taka y el tiki-taka es España.

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“Venimos de una época donde la selección ganaba siempre”, dijo. “Ahora la gente valora mucho menos el trabajo que hemos hecho anteriormente. Pero es cierto que tampoco hay que volverse loco. El fútbol tiene eso: a veces ganas y a veces pierdes. Por encima de todo tienes que dejar tu sello de identidad, que es nuestra filosofía de juego”.

Ramos salió al paso de las turbulencias de tipo ideológico que envuelven e impregnan al equipo. Primero, la desafección de un sector de la hinchada que parece aburrirse ante las largas posesiones de balón, olvidando que por esa vía España salió de un pozo de cuarenta años de oscurantismo y derrotas. Segundo, el debate interno, ante la iniciativa del seleccionador, Julen Lopetegui, de introducir “variantes” para practicar un juego más frontal, elevar el ritmo de las transiciones, e incluso dar algún paso atrás para que Diego Costa encuentre espacios para correr hacia adelante.

“Yo creo que estamos volviendo a recuperar esos dominios constantes del juego y de los partidos”, señaló Ramos. “Es cierto que cada rival es un mundo, pero vamos a intentar mantener eso. Ojalá encontramos una regularidad que nos permita lograr los objetivos”.

Frente a Israel, el viernes pasado durante la quinta jornada de la fase de clasificación para el Mundial de 2018, la selección tuvo momentos sublimes muy poco saludados por la hinchada de El Molinón. Momentos de juego que recordaron las grandes gestas del equipo, y en los que, inexorablemente, intervinieron Busquets, Iniesta, Thiago y Silva, con Ramos y Piqué limpiando las jugadas desde atrás, y Alba y Carvajal participando en la elaboración desde los laterales. En París, el capitán reivindicó ese plan. A su lado, cruzado de brazos, Lopetegui se expresó perfectamente en francés y en castellano, serenamente y dejando entrever un punto de ira.

La suplencia de Morata

El seleccionador se enfadó cuando le preguntaron si, en vistas del calendario de Liga y Champions que se avecina, no creía que alguno de sus jugadores se pondría de perfil a la hora de enfrentar a Francia en un amistoso en el que no se juegan ningún punto.

“No conoces a los jugadores”, zanjó. “No tengo ninguna duda de que los jugadores cuando se pongan las camisetas van a salir al cien por cien. El partido es suficientemente atractivo, bonito e interesante. Pero aunque no fuera así, estoy seguro de que no saldrían con el freno de mano echado. Los jugadores que tengo aquí son, además de muy buenos, tremendamente profesionales y están tremendamente comprometidos”.

Lopetegui prolongó su sobresalto cuando un periodista francés le inquirió por el motivo de la suplencia de Álvaro Morata y si necesitaba hacer algo distinto para tener la confianza del entrenador de España. “¿Que qué necesita Álvaro para jugar más con la selección? ¡Que le pongan!”.

No quedó claro a quién se refirió el técnico con ese "¡que le pongan!". Si hizo alusión a Zidane, que no pone a Morata en el Madrid, restándole ritmo competitivo; o a sí mismo, que no le pone demasiado en la selección.

“Álvaro”, concluyó el míster, “es un jugador nuestro, estamos encantados con él; es joven, está preparado y hemos contado con él en todas las convocatorias. No tengo dudas de que va a gozar de muchos minutos en el futuro”.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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