La Premier no casa con la Champions
Los equipos ingleses se dan de bruces en la máxima competición europea frente al dominio de sus rivales españoles, alemanes y franceses
Los batacazos de la Premier en la Champions se reproducen en el último lustro. Inglaterra solo ha pisado cuartos en cuatro ocasiones (United, City, Chelsea y ahora Leicester), por detrás de España (15), Alemania (9) y Francia (6). Solo el Chelsea, el último campeón (2012) y el City disputaron en una ocasión las semifinales y salieron mal parados. El calendario, su exigente liga y la falta de juego merman su competitividad.
El peaje de las navidades. “No cambiaría una tradición tan fuerte en navidades, pero quizá se podría parar dos semanas en enero...”, convino hace unos días Mourinho para la revista United we stand. El anhelo, compartido por la mayoría de los protagonistas de la Premier, era una herejía no hace tanto. “Mi compañero Frank Leboeuf lo sugirió en su día y lo máximo que consiguió es que le dijeran que se volviera a su país”, recuerda Gustavo Poyet, que jugó en el Chelsea y dirigió al Brighton y Sunderland.
“Las otras ligas aprovechan el parón para recargar baterías. No es casualidad que los equipos ingleses decaigan en febrero y marzo”, expone Osvaldo Ardiles, institución del Tottenham en los años 70 y 80; “pero más que quitar una tradición tan linda, los equipos europeos deberían empezar las copas en rondas avanzadas”. Recoge el testigo Marc Muniesa, central del Stoke: “En 10 días juegas cinco partidos. Es una locura”. Joel Robles, portero del Everton, añade: “Es un no parar y eso se nota en las piernas”. Interviene Oriol Romeu, medio del Southampton: “En esos días no solo no descansas, sino que la caña se multiplica por dos”. Se suma Pako Ayestarán, ayudante de Benítez en el Liverpool que conquistó Europa en 2005: “No tener un respiro conlleva a rotar menos y no poder corregir los estados de fatiga”. Poyet es tajante: “Si no paras y no desconectas, te destrozas”. Quizá por eso, por no jugar en Europa, ganó el Leicester el año anterior y el Chelsea domina esta Premier.
No hay rival pequeño. Frase recurrente que en Inglaterra se corrobora a cada jornada. “El Chelsea nos ganó hace tres semanas cuando faltaban cuatro minutos y hace dos empatamos con el City”, explica Muniesa. “Cuando el Madrid y el Barça juegan en casa es casi un hecho que van a ganar”, opina Ardiles; “pero en Inglaterra los rivales te exigen más”. Lo aprueba Poyet: “Aquí te la lía cualquiera. Es más difícil jugar en campo del último que en cualquier otra liga contra un rival de media tabla”. Romeu agrega: “El mister ha rotado en partidos y hemos perdido puntos porque bajamos el nivel. Pero jugar en la Premier siempre con el 11 titular es imposible”. Joel apunta: “En Inglaterra todos los domingos se juegan finales”. Ayestarán remata: “La igualdad de los equipos viene dada por el reparto equitativo de los derechos televisivos, y jugar siempre al límite desgasta”.
Sin evolución en la selección inglesa
Inglaterra se mide hoy a Alemania en el Signal Iduna Park de Dortmund (20.45 beIN Sports), amistoso enmarcado en las fechas FIFA. El domingo, se batirá a Lituania para certificar su liderato en el grupo F, ya con dos puntos de renta frente a Eslovenia. Pero la selección no ha dado alegría alguna a su afición desde 1966, cuando conquistó el Mundial que se celebró en su casa.
"Hay buenos jugadores, pero también mucha juventud. La clave es que para que jueguen bien por esas fechas, tendrían que estar más frescos y tranquilos, liberados", se posiciona Poyet. Ardiles le lleva la contraria: "Antes se podía decir que los ingleses jugaban más partidos, pero ahora la mayoría de los que disputan los grandes torneos juegan aquí, por lo que ya no es una excusa. Para mí, es la pregunta del millón de dólares". El resto, en cualquier caso, sí que encuentra una explicación al bajo rendimiento de los pross.
“El desarrollo de las academias y formación de los jugadores no ha ido en consonancia con la evolución del fútbol. En Inglaterra no hay tanto futbolista formado en el juego posicional y eso se nota”, argumenta Ayestarán. “Creo que aunque son buenos y tienen calidad, les falta experiencia. Y eso, en torneos así, es imprescindible”, dice Joel. Y Muniesa añade: “El problema está en la base, en cómo les enseñan a jugar porque técnica y tácticamente se trabaja poco. Aquí se potencia el correr más que el rival y eso les limita ante el resto”.
La tele manda. Tras superar al Rostov en la Liga Europa, Mourinho lamentó: “Es difícil jugar el lunes con 10 hombres, luego el jueves y acabar el domingo a las 12 de la mañana”. Pero con la tele no hay tutía porque dará a la Premier 7.000 millones de euros por tres temporadas. El Leicester, el campeón, recibió 122 millones —10 menos que el Arsenal porque se emitieron más sus partidos— y el último, el Aston Villa, se quedó en 87,5. “Mourinho está en su derecho a quejarse porque quiere que sus jugadores rindan. Pero esto también es un negocio y hay que mirar las dos partes”, replica Joel. “Poco se puede hacer con la tele. Paga una barbaridad y algún peaje había que tener”, agrega Ayestarán. Le sigue Muniesa: “Las televisiones mandan y ya se puede quejar uno que dará igual”.
El dinero no da el juego. Con tantas pounds no extraña que hayan desembarcado técnicos como Guardiola, Mourinho, Klopp, Pochettino… Pero no funcionan en Europa. “Desde 2007, la evolución del fútbol pasa por un juego más posicional”, dice Ayestarán; “pero se necesita tiempo para que cuaje en Inglaterra”. Le secunda Poyet: “Para jugar contra los grandes debes tener un grado de entendimiento futbolístico grande porque te mides a distintos sistemas y maneras de jugar. Eso no se da tanto en Inglaterra. Aquí el 80% de los partidos sabes que son de ida y vuelta”. Romeu agrega: “Aunque en los equipos grandes hay poco entrenador inglés, sigue habiendo juego directo en la Premier”. Y Muniesa apostilla: “Hablé con gente del cuerpo técnico del City y del Tottenham y me dijeron que tenían equipo para la Premier pero no para Europa”.
Por lo que se apunta a los jugadores. “Para mí no son malos”, defiende Joel. Ayestarán discrepa: “El fútbol inglés está inflado económicamente y se paga por los futbolistas dinero que no valen. Hay más dinero que jugadores. Las plantillas del City, United y Liverpool están lejos de los otros grandes”. Lo mismo cree Ardiles: “No creo que ningún equipo inglés tenga la calidad de los jugadores del Madrid, Barça o Bayern”.
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