Carenados súper aerodinámicos y motores más dulces para MotoGP en 2017
Así se presenta la nueva temporada del Mundial de motociclismo, con un Viñales muy consistente sobre la nueva Yamaha y una Honda menos agresiva para Márquez
Acostumbrados en Yamaha a cotejarlo todo decenas de veces, la agudeza de la fábrica de los diapasones esta pretemporada pilló a sus rivales a contrapié. Se presentaron en Malasia con una suerte de carenado doble. Prohibidas (por motivos de seguridad) las alas aerodinámicas con las que Ducati había revolucionado el paddock los últimos dos cursos, la casa japonesa diseñó un revestimiento sensiblemente más ovalado pues tenía los apéndices ocultos en su interior. El objetivo: favorecer la canalización del flujo de aire y que los efectos sean similares a los que tenían las alas: mayor estabilidad a gran velocidad, especialmente.
Al igual que había marcado el paso Ducati unos años antes, lo ha hecho Yamaha este curso. El resto de marcas han ido copiando su propuesta. No tuvo listo su nuevo carenado la fábrica italiana hasta el último test de pretemporada, este pasado fin de semana, en el circuito de Losail (Qatar). Lo mismo que Honda, que ya bastante tenía con el cambio radical que ha decidido hacer esta temporada al optar por un motor big bang en lugar de su habitual screamer (la diferencia está en los tiempos de explosión del motor).
El calendario del Mundial
26 de marzo. GP de Catar
9 de abril. GP de Argentina
23 de abril. GP de las Américas
7 de mayo. GP de España
21 de mayo. GP de Francia
4 de junio. GP de Italia
11 de junio. GP de Catalunya
25 de junio. GP de Holanda
16 de julio. GP de Alemania
6 de agosto. GP de la República Checa
13 de agosto. GP de Austria
27 de agosto. GP de Reino Unido
10 de septiembre. GP de San Marino
24 de septiembre. GP de Aragón
15 de octubre. GP de Japón
22 de octubre. GP de Australia
29 de octubre. GP de Malasia
12 de noviembre. GP de la Comunitat Valenciana
Así las cosas, la moto que parece presentarse más en forma a este inicio de Mundial (la primera carrera se celebrará, también en Qatar, el 26 de marzo) es la Yamaha. La M1 con el 25 en el frontal, más bien. El nuevo fichaje de la casa, Maverick Viñales, ha sorprendido a su nuevo equipo por su rapidísima adaptación. Fornido y ambicioso, tiene las cosas claras y escoge con facilidad las piezas que le hacen ir más rápido y de la forma más cómoda. Ha sido el piloto más rápido en términos absolutos en Malasia, primero, en Australia, después, y en Qatar, también. Ha encontrado ya una buena base y tiene, además, ritmo de carrera, la combinación perfecta. De modo que el chico ya piensa en la victoria: “Cuando te ves liderando así, es cierto que tienes ganar de ir a por más”, decía este domingo.
La revolución experimentada por la M1 (con carenado aerodinámico o sin él, pues no se utilizaría en todos los circuitos) ha sido tal que ha pillado por sorpresa al propio Valentino Rossi –“La moto es muy diferente, todavía es difícil de entender, me falta confianza con el tren delantero”, decía ya en Phillip Island–, de modo que el italiano, subcampeón en 2016, llegó al circuito de Losail con mucho trabajo por hacer, muchas cosas que probar y sin tener clara cuál debía ser la dirección a seguir. Y se marcha, todavía, algo confuso. “No sé dónde está la solución; faltan dos semanas, esperemos no necesitar que ocurra un milagro y encontrar antes la forma de ir rápido. Aún no hemos entendido cómo hacer que la moto sea competitiva”, reconoció.
Nada que ver con la realidad que vive Marc Márquez. Aunque su rendimiento en Losail no es comparable al ofrecido en Malasia o Australia (terminó octavo en la tabla de tiempos, a más de seis décimas del de Yamaha y con tres caídas en la jornada del domingo), el curso empieza mejor que el pasado. Veloz a una vuelta y con un ritmo de carrera demoledor, el piloto de Honda, ha logrado que por fin escuchen sus súplicas en la fábrica del ala dorada. Aunque ahora tenga la sensación de que su moto no corre o de que se les escapa “algo en electrónica” con el nuevo propulsor big bang, los beneficios son mayores que los inconvenientes. El carácter del motor es mucho más dócil hoy, la moto es menos agresiva y menos física, tracciona mejor y la entrega de potencia es más dulce, peticiones que los pilotos de la casa llevan años reclamando. La mejora es evidente, y lo demuestran, también, los tiempos de Pedrosa, tercero el domingo, a 0,139 segundos de Viñales. “Estamos más contentos que hace un año aquí”, concedía. La aceleración sigue siendo un problema, sí, pero después de tanto tiempo trabajando con un motor tan distinto resulta obvio pensar que van a necesitar algo de tiempo para ajustar el nuevo.
Quien más problemas ha tenido este invierno ha sido Jorge Lorenzo. Fichar por Ducati no era una elección fácil. Y adaptarse a una moto tan distinta tampoco lo será. Porque tendrá que adaptarse él a la moto y no al revés. A una moto que tiene un hándicap: el paso por curva, que siempre fue el punto fuerte del pilotaje del mallorquín. Una moto, cada día más compacta, menos agresiva, y más dócil. Una máquina súper potente en las rectas y que él está aprendiendo a llevar en las curvas tirando de freno trasero. Tiene muy buen agarre atrás, pero el ex de Yamaha siempre necesitó de mucha confianza con el tren delantero, punto que todavía falla. La prohibición de las alas, reconoce Gigi Dall’Igna, ingeniero de la casa, ha afectado al rendimiento de la moto.
Aún así, en el de Qatar, circuito amigo, los tiempos mejoraron considerablemente. Y terminar la pretemporada cuarto, a menos de dos décimas de Viñales (con Dovizioso segundo, a 71 milésimas) le da mucha moral para el inicio del campeonato. “Habrá que aprovechar que en esta pista la moto va bien, pero hay que seguir trabajando para que a la larga vaya bien en todos los circuitos. Ahora mismo me siento al 70% de mi potencial con la Ducati”, dijo el tres veces campeón de MotoGP.
Donde unos se debilitan otros han aprovechado para fortalecerse. Pero el año da para muchos cambios. Y en MotoGP el hombre lleva a la máquina. No al revés.
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