Benzema asume los galones la tarde en la que Ipurua ovaciona a Modric

En Eibar, de repente, se hizo de noche a las cuatro de la tarde. El sol asomó un rato, secó la lluvia de la mañana, pero en cuanto se fue de nuevo se desató un vendaval de agua durante diez minutos. Tuvieron que encender las luces en Ipurua. Parecía el tiempo una metáfora de lo que ha sido el Madrid en los últimos meses. Un equipo capaz de lo mejor —como el partido perfecto contra el Sevilla en Copa—, de ganar 40 partidos seguidos, y un equipo también capaz de lo peor, de dejarse cinco puntos de doce y de olvidarse de jugar bien al fútbol.

Pero siempre que llueve escampa. Y Zidane tuvo una tarde sin sobresaltos en el campo del Eibar. Su Madrid, sin Bale ni Cristiano, respondió fuera de casa y lo hizo con las segundas líneas. Jugaron Nacho y Danilo en los laterales, jugó Lucas con Asensio, que había desaparecido de las convocatorias. En la tarde en la que el técnico francés buscaba la reacción del equipo, apareció Karim Benzema para asumir los galones.

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Siempre se le achaca no dejar huella cuando el equipo más lo necesita y esconderse en los momentos más complicados; ayer anotó un doblete —no marcaba en Liga desde principios de enero contra el Granada—, dio el pase en el tercer gol y empezó la contra en el cuarto. “Estoy a muerte con él y con todos mis jugadores”, le había defendido Zidane el viernes cuando le preguntaron si estaba satisfecho o preocupado por los números del delantero francés en Liga (llevaba cinco goles, con los de Eibar, siete).

“Estoy contento por su partido, por los dos goles, pero sobre todo por las jugadas en el tercero y en el cuarto. Ha estado en los cuatro goles, Karim ha hecho un partidazo. Estoy contento no sólo por él, sino también por la actuación de todos porque para que a él le llegue el balón tienen que jugar los demás”, analizó Zidane.

Ipurua ovaciona a Modric

Y jugaron los demás. Jugó James, que también rompió su sequía goleadora en Liga que se prolongaba desde la cuarta jornada (Cornellà) y jugó también Asensio que, con la vuelta de todos los lesionados, llevaba unos cuantos partidos en la grada. “No es fácil cuando no juegas mucho y Asensio ha jugado como si lo hubiese estado haciendo cada tres días”, le piropeó Zidane. Habilidoso y generoso, el mallorquín tuvo su premio marcando el cuarto gol. En la contra lanzada por Benzema vio a James solo y le pasó el balón, cogió el rechace que dio en el palo y anotó un tanto nada sencillo.

Jugó el Madrid al ritmo de Modric, el líder del equipo, el que lleva la batuta y ordena a sus compañeros en el campo. Hasta el público de Ipurua se rindió al croata, le homenajeó con una ovación cuando Zidane le cambió en el minuto 69. “No es habitual, pero cuando el contrario te ovaciona es que has hecho una gran actuación. Luka es un jugador fundamental para nosotros porque hace jugar al equipo y porque maneja bien los tiempos del partido. Fuera del campo es un espectáculo, es un profesional y sus compañeros le quieren mucho”, aseguró Zidane que respiró tranquilo.

“Estoy contento por la reacción. Hay momentos de la temporada donde tienes que sufrir y a veces hasta jugar mal. Mi equipo no siempre puede jugar bien, entramos fuerte y con ritmo y marcamos tres goles rápidamente. Es importante cuando juegas fuera y en un campo así. Es una buena señal para nosotros”, dijo. El martes espera el Nápoles (que ganó 1-2 a la Roma) en el San Paolo. Otra prueba de fuego.