Murray es mucho Murray
El número uno alza su primer trofeo del curso tras derrotar a Verdasco en la final de Dubái (6-3 y 6-2)
Nada nuevo, una historia recurrente. En los instantes delicados, Fernando Verdasco tiende a deshacerse y le ocurrió una vez más ante el escocés Andy Murray. Arrancó bien la final del torneo de Dubái para el español, pero a la que se le torció un poco fue perdiéndole la cara al partido y entregándose. Resultado: 6-1 y 6-2 (en 1h 12m). Es decir, primer trofeo de la temporada para el número uno, el primero también para él en el emirato. Después de caer en la cuarta ronda del Abierto de Australia y la final de Doha, a Murray le convenía emitir una señal de autoridad y así lo hizo.
Si se activa, el escocés es como una tuneladora. Duró Verdasco lo que duró su chispa, porque luego llegó el chispazo. Todo parecía ir bien para el madrileño, 33 años, porque en el marco de un arranque un tanto caótico, de sube y baja, se desenvolvió mejor que el británico. De inicio, tres roturas consecutivas y muchos errores de Murray, descentrado y errático. Ocurre que el de Dunblane (30 años) ha ido adquiriendo poco a poco la virtud que le ha conducido a la cima, la capacidad para revertir las malas circunstancias y sobreponerse a sí mismo y sus cortocircuitos.
Todo lo contrario que Verdasco, perdido y quejoso desde que el escocés le rompiera por segunda vez el servicio (3-3) y pusiera la directa. Cinco juegos consecutivos y el español, después de enviar la bola al pasillo y ceder el primer parcial, brazos en jarra y la batalla de siempre consigo mismo. Lo dicho, nada nuevo. A partir de ahí, un recital de constancia por parte de Murray, que volvió a demarrar para 3-1 en el segundo set y progresó con comodidad hacia la victoria. Un triunfo que le reportó su título número 45.
No obstante, Verdasco cerró una semana prolífica, firmando una final y recaudando una cifra de puntos (300) que le permitirá desfilar a partir de mañana entre los 30 mejores del circuito. Pinta bien su año, pero todo depende de él, actualmente el 35 del mundo, y su dichosa guerra. "Tengo que estar contento con la semana que he hecho", afirmó el español. He perdido en la final con el número uno del mundo y supongo que es algo normal. Obviamente uno quiere desplegar su mejor tenis, pero hoy no he encontrado mi ritmo. Él tampoco me ha ayudado", remató Verdasco.
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