Vídeos y entrenamientos más técnicos: el método de Simeone para salir de la crisis

Diego Pablo Simeone tiene una concepción redentora del trabajo. En la victoria o en la derrota siempre apela al estajanovismo diario para mantener el éxito o escapar de las malas rachas colectivas o individuales. “El trabajo siempre premia”, es una de las frases de cabecera de un entrenador que venera el sacrificio y el sudor.

Esta temporada, Simeone se ha enfrentado al bache de resultados y de juego más preocupante en los cinco años que lleva en el Atlético. La gestión de la crisis llevada a cabo por el entrenador y sus ayudantes ha sido acorde con su creencia de que solo en el empeño diario se encuentra el maná que garantiza la obtención de resultados. “Hay que seguir, hay que seguir”, es otra de las coletillas del técnico cuando comprobaba que la multitud de pruebas y uso de jugadores en distintas posiciones no se reflejaba en el marcador.

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El foco para tratar de enderezar el rumbo fue puesto por el cuerpo técnico del Atlético en los entrenamientos. La versión más convincente que el equipo está ofreciendo en los últimos partidos responde a un trabajo de perfil más técnico, con el objetivo de resolver situaciones del juego con balón y sin él que no se ejecutaban con corrección. Tanto el cuerpo técnico como algunos jugadores admiten ese cambio en las sesiones de trabajo como beneficioso. Ayer mismo, a dos días del decisivo partido con el Barcelona, el plantel disfrutó de un partido de futvoley.

Ese tipo de entrenamientos, más digeribles para un plantel sometido a una gran exigencia física, han sido muy específicos por las apreturas del calendario. Los ejercicios destinados a la mejora han sido muy concretos ante la falta de tiempo para entrenar por la apretada rutina de viajes y partidos.

En el plantel admiten que la otra pata en ese intento por cambiar la dinámica de resultados y de juego ha sido el incremento en las sesiones tácticas de vídeo. En varios de los entrenamientos que Simeone ha programado en las últimas semanas en el Vicente Calderón la sala de prensa fue habilitada para la visión compactada de acciones que destapaban errores defensivos. En el debe estadístico del Atlético esta temporada se encuentra el número de goles encajados. En lo que va de Liga (19) ya suma más goles en contra que en todo el campeonato pasado (18). Con más frecuencia de la habitual en un equipo considerado el mejor del mundo en defensa se han dado episodios que resquebrajaban la solidez del equipo. En el intento por volver a ser ese bloque capaz de encajonar al rival desde una presión adelantada o de imponerse en las segundas jugadas en campo contrario, el Atlético ha concedido muchos contragolpes que terminaron en gol.

En ese incremento de las sesiones de vídeo se han tratado y mucho esa clase de descuidos que tanto daño le han hecho al Atlético. En Leverkusen, pese a los dos goles encajados y los apuros que el Bayer le generó con el 2-3 en el marcador, Filipe Luis hizo un análisis que apuntaba también a una mejoría en la tarea de no conceder contragolpes: “Nos hicieron dos goles, pero hicimos un partido sólido. Donde estaba el balón había tres o cuatro jugadores nuestros, no dejamos que nos hicieran ninguna contra”. Con el contragolpe, el Barcelona, saque largo de su portero incluido, le hizo daño al Atlético en la ida de las semifinales de Copa. Mañana, de nuevo, someterá a prueba esa mejora de la que habla Filipe Luis.