El Real Madrid, una semana para coger vuelo
Los blancos recuperan contra el Valencia el primero de sus dos partidos aplazados y Zidane lo ve como un momento clave para ampliar la ventaja sobre sus perseguidores
El último partido de Rafa Benítez en el banquillo del Real Madrid fue en Mestalla el 3 de enero de 2016. El técnico español ya estaba sentenciado desde antes de las navidades, pero dirigió al equipo en el campo del Valencia. Todos sabían que, pasara lo que pasara, no seguiría al frente. Se despidió con un empate a dos y con el público local rindiéndole homenaje con esta pancarta: Rafa, nos regalaste los mejores momentos de nuestras vidas. Gracias". Los blancos se pusieron por delante en el marcador dos veces, pero Dani Parejo primero, y Paco Alcácer después, empataron el encuentro.
Un día después—era el cuarto empate para el Madrid de Benítez, que se había dejado 17 puntos de 54 posibles—, Zinedine Zidane era presentado en el Bernabéu como nuevo técnico, bombero, salvador y capitán de un barco a la deriva. Este miércoles el francés pisará Mestalla (18.45, beIN) en una situación completamente diferente de la que vivía el equipo en la última visita al Valencia.
El debate ahora es si el Madrid de Zidane, que se ha permitido el lujo de ser líder con dos partidos menos y que en la Liga solo ha perdido un encuentro, golpearía definitivamente a sus perseguidores de ganarle al Valencia. El de esta tarde es el primero de los dos duelos aplazados que recupera. El de Mestalla se retrasó por el Mundial de Clubes y el otro, contra el Celta en Balaídos, por culpa del temporal que azotó a Galicia a finales de enero, no tiene todavía fecha. En Mestalla debutó Zidane como jugador del Real Madrid a finales de agosto de 2001. Una tarde para olvidar (derrota de los blancos por 1-0).
“Teníamos un buen equipo y ahora lo tenemos también. Todos los mejores están aquí porque esto es el Real Madrid. Ya sabéis que no me gusta hacer comparaciones”, dijo ayer, asegurando que le seducen los ambientes hostiles, como el de Mestalla, al que comparó, esta vez sí, al que vivía en su época de jugador de la Juve cuando visitaba a la Fiorentina. “Me gustan los partidos difíciles y complicados como este, con la gente que aprieta. Es una motivación para ellos, pero también lo es para nosotros”, explicó.
Contra los de Voro —que llevan dos partidos seguidos sin encajar gol— el técnico tiene a su disposición a toda la plantilla. De nuevo, ha hecho descartes (Danilo, Coentrão, Asensio y Mariano). No adelantó si Gareth Bale jugará de inicio, pero sí anunció que lo hará Cristiano. La política de rotaciones que el técnico ha seguido desde el principio de la temporada, lejos de despistar al equipo, lo ha hecho más fuerte.
El sábado contra el Espanyol cambió a siete jugadores con respecto a la victoria contra el Nápoles. Cambian los factores, pero no el resultado. “No hago rotaciones solo por rotar o para que todos estén contentos, sino porque todo el mundo es importante y porque realmente creo de corazón que todos los jugadores pueden marcar la diferencia. Creo en esto y se lo traslado a los jugadores y ellos creen en lo que yo quiero. Tal vez haya diferencia de nivel entre un futbolista y otro, pero no a nivel del equipo”, explicó.
Un momento clave
Repitió lo que ya dijo el sábado después de la victoria contra el Espanyol: “Viene un partido importante, en el que solo van a sumar dos equipos”. No hay más rivales que jueguen mañana. El Madrid, con dos encuentros menos, aventaja al Barcelona en un punto y al Sevilla en tres. Una victoria de los blancos pondría tierra de por medio con un Barça que todavía se está lamiendo las heridas después de la aplastante derrota en la Champions (4-0) contra el PSG. Además, los azulgrana visitarán el domingo el Calderón (mientras que el Madrid irá a Vila-real).
A Zidane le preguntaron el martes si estas dos salidas son cruciales para la Liga. Lleva huyendo de la palabra crucial desde que empezó la temporada. Entre otras cosas porque siempre dice que todos los duelos son complicados y que no sirve de nada ser primero en enero y en febrero. Pero se acerca marzo.
“Son momentos críticos, con partidos importantes y difíciles, son dos seguidos fuera de casa. Es un momento clave para nosotros porque cuando lleguemos a marzo empezará el final de la temporada… Como todos los encuentros son críticos para mí, habrá que empezar por el de mañana [por hoy]”, aseguró. Es el mismo mensaje que les ha transmitido a los jugadores: “La Liga es difícil, estamos en febrero y estamos bien, pero no significa nada”.
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