Muere Van der Westhuizen, el ‘golden boy’ de Sudáfrica
El medio-melé, clave en el título mundialista de 1995, fallece por los efectos de la ELA
En la hazaña sudafricana de evitar que los todopoderosos All Blacks lograran un ensayo en 100 minutos durante la final del Mundial de 1995 hubo muchos héroes. Aunque la historia ha personificado la epopeya en su capitán, François Pienaar, a la altura estuvo un esfuerzo heroico del medio-melé, Joost van der Westhuizen. Pocas opciones tuvo Jonah Lomu de romper la retaguardia sudafricana, pero cuando lo hizo, Van der Westhuizen placó al huracán neozelandés que unos días antes había asfaltado a los ingleses. Y lo hizo con dos costillas rotas. Es la instantánea más emblemática del Golden boy de Sudáfrica, una figura mediática y adorada, con sus escándalos a cuestas. Ha fallecido este lunes a los 45 años en Johanesburgo, un lustro después de que le diagnosticaran Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) y dar la vuelta al mundo para concienciar a la sociedad de ella.
Van der Westhuizen recordaba así su placaje a Lomu: “Fue un orgullo. Estábamos tan bien preparados que nos habríamos placado los unos a los otros para cogerle. Si no hubiera sigo yo, otro lo habría hecho”. Era un medio-melé con habilidad para anotar –logró 190 puntos en 89 partidos internacionales con los Springboks- pero su capacidad para posicionarse en el campo y su dimensión defensiva fueron claves para que su país levantara en casa su primer entorchado mundial en la prórroga. Los puntos (15-12) los puso el pie de Joel Stransky, pero la labor defensiva del número 9 fue esencial. Su perfil fue novedoso para la época. Encabezó una nueva hornada en la posición, más completos, físicos y con una clara consciencia táctica.
“Joost será recordado como uno de los grandes Springboks, no solo de su generación, sino de todos los tiempos”, ha asegurado el presidente de South Africa Rugby, Mark Alexander. Van der Westhuizen tuvo el record de ensayos de Sudáfrica durante más de una década –logró 38 entre 1993 y 2003- hasta que Bryan Habana superó todos los récords de voracidad y durabilidad. El ala, aún en activo, suma 66 ensayos y señalaba a Van der Westhuizen como una de las influencias decisivas en ese puente generacional que une a los campeones del 95 con la generación que repitió título mundialista en Francia en 2007.
Van der Westhuizen fue diagnosticado a los 40 años, ocho después de su retirada. La esperanza de vida de cinco años que le comunicaron entonces ha terminado cumpliéndose. La J9 Fundation, la entidad que creó para concienciar al mundo de su enfermedad, ha confirmado su fallecimiento después de haber ingresado el sábado en un hospital de Johanesburgo en la mañana del sábado. Exjugadores y personalidades del deporte como el irlandés Brian O’Driscoll han expresado a través de las redes sociales su pésame” Un jugador increíble y un luchador hasta el final. El primero de los 9s modernos”.
La sociedad sudafricana idolatraba a Van der Westhuizen como una suerte de David Backham local. La fama no le evitó escándalos, como una grabación sexual que destrozó su matrimonio con la cantante Amor Vittone y el núcleo familiar con sus dos hijos. Él, orgulloso de haberse ganado la vida en un deporte altruista, reconoció su egoísmo. Le costó su reputación de Golden Boy, ese jugador amado, mimado al extremo, que le hizo superar las barreras del deporte.
Quedará en el recuerdo su participación en una hazaña de la historia del deporte como fue aquel título mundialista en 1995. Y también el viaje, con un punto de redención personal, que hizo por todas las catedrales del rugby mundial. Ese hombre que muchos recordarán en silla de ruedas, recibiendo los aplausos en el césped del público antes de cualquier cita emblemática moderna, paró a Lomu con dos costillas rotas. Sus almas rugbísticas ya descansan juntas.
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