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El Sevilla se topa con Asenjo y empata ante el Villarreal

El meta del práctico equipo de Escribá, que también gozó de ocasiones, le detuvo un penalti a Nasri e hizo dos paradones a Ben Yedder e Iborra

Rafael Pineda
Asenjo trata de despejar ante Ram.
Asenjo trata de despejar ante Ram.RAUL CARO CADENAS (EFE)

El Sevilla no pudo con el Villarreal. Lo intentó siempre, hasta el final, fiel a su idea, pero no encontró el gol. El buen planteamiento defensivo de Fran Escribà se tradujo en la consecución de un punto merecido. Le ayudó su portero, Asenjo, que olvidó malas actuaciones en esta Liga y demostró su valía. Le paró un penalti a Nasri. Además, voló en un remate de Iborra en el tramo final del encuentro. Fue encomiable el esfuerzo del Sevilla, que peleó sin descanso, amarrado a esa idea que pregona su técnico. El punto no le vale para pelear por la Liga. En otros encuentros, hizo menos para ganar. Su valiente apuesta, no obstante, pudo salirle peor, puesto que Adrián gozó de dos grandes ocasiones de gol. En un tramo final demasiado valiente, se demostró que el punto no le valía a Jorge Sampaoli. Quiso más, sin tener en cuenta ese argumento de que un punto es un punto. Sin embargo, para la verdadera guerra del Sevilla, el empate tiene su valor, sin duda.

Defendió bien el Villarreal. Con inteligencia, favorecido, eso sí, por la inexplicable decisión de Undiano Mallenco, que no vio un claro penalti de Víctor Ruiz a Jovetic al minuto de juego. Una jugada que despertó el enfado de la afición, que recordó lo sucedido con Pareja la pasada jornada en Cornellá. Escribà lo tuvo claro. Su planteamiento con tres hombres en el centro del campo creó siempre superioridad ante N’Zonzi y Nasri. Con solvencia en defensa, el Villarreal pudo incluso adelantarse en una clara ocasión de Adrián, que debutaba en su nueva etapa amarilla. El resto fue correr y armarse ante el ejercicio del Sevilla. Los de Sampaoli tocaron y tocaron, sin desesperarse, pero con escasa eficacia ante el magnífico repliegue del Villarreal. Pero el Sevilla tiene recursos. Incluso ante sistemas tan bien montados es capaz de crear ocasiones. La más clara, además del penalti no pitado a Jovetic, fue un remate de Ben Yedder que Asenjo se encontró sobre la línea de gol. También Vitolo lo intentó en un jugadón que acabó con un disparo desviado. Si el canario tuviera el don del gol sería un jugador de los que marca una época.

Nasri perdona

La paciencia, sin duda, debería convertirse en la mejor arma del Sevilla. Los equipos que persisten en la idea, sin alterarse, sin nervios, sacan al final resultados positivos. Al Sevilla le faltaba convertir en peligro tanto control de balón.

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Algo sonó en la conciencia de Undiano cuando pitó penalti en una carga de Mario a Vitolo. Decisión típica de colegiado diplomático, de esos que sabe que ha metido la pata antes. Nasri lanzó flojo y Asenjo estuvo muy listo. El francés se echó a todo el equipo a sus espaldas, pero esta vez no contó con el apoyo de N’Zonzi, ahogado, de Vázquez, sin aire, y de Jovetic, perdido en demasiadas batallas. No ayudaron los cambios y el encuentro fue caminando hacia un desenlace trepidante. La tuvo Iborra en un remate con la cabeza después de un pase tremendo de Nasri con el exterior.Surgió la figura imponente de Asenjo, que le dio punto a su equipo.

También Rami, con un cruce increíble en un contragolpe de Cheryshev. A veces, cuando no ganas, es importante no perder. Sampaoli no piensa así. Escribà, que puede lamentar las ocasiones erradas por Adrián, respira con el empate, logrado en uno de los campos más difíciles de la Liga. Eso sí, sin la animación de los Biris, callados por el momento. A veces, cuando caminas tanto en el filo de la navaja para ganar los partidos, no siempre la suerte y las circunstancias te empujan al triunfo. El Sevilla se atasca: un punto de cuatro en los dos últimos encuentros.

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