Dime quién es el mediocentro y te diré cómo juegas

Aunque se tiende a simplificar el juego del Barça a partir de Messi, hilo conductor del éxito azulgrana, hay un rasgo que define la personalidad del equipo y que es muy anterior a la llegada del jugador de Rosario. Acostumbrado a que su identidad estuviera condicionada por el jugador del momento —por ejemplo Maradona— o el entrenador de moda —se puede hablar de Menotti, Lattek o Venables—, el Barça empezó a tener un registro futbolístico el día en que Cruyff se sentó en el banquillo del Camp Nou y puso en la alineación a un joven de La Masia de nombre Milla.

El Barça tiene un problema estructural desde que partió Alves: no hay sustituto para Sergi Roberto ni tampoco para Busquets

El estilo ha quedado marcado desde entonces por la figura del mediocentro, un puesto que han ocupado centrocampistas, y de vez en cuando volantes-centrales como Koeman, Guardiola, Celades, Edmilson, Márquez, Xavi o Iniesta, Touré, Keita y actualmente Busquets. La opción de formar con un doble pivote solo se contempla en caso de necesidad, como ocurrió el domingo en el último cuarto del partido del Villamarín, o de desorientación, momentos que evocan al tiempo de Robson o al período inicial de Rijkaard.

No es casual que para saber el partido que les espera, algunos barcelonistas comenten a la entrada al estadio: “Dime quién es el mediocentro y te diré cómo vamos a jugar”. Hay muchos candidatos a ocupar la demarcación más vital en ausencia de Busquets. La tradición asegura que su sustituto natural sería Sergi Roberto, ahora en funciones de lateral derecho por decisión de Luis Enrique. A pesar de invertir 123 millones en seis fichajes, el Barça tiene un problema estructural desde que partió Alves: no hay sustituto para Sergi Roberto ni tampoco para Busquets.

No acudió el entrenador al mercado ni ha recurrido a La Masia después de la cesión de Samper al Granada. Amante de sorprender al rival, Luis Enrique baraja distintas opciones en cada partido: Mascherano, Rakitic, André Gomes, Denis Suárez y Sergi Roberto. El Jefecito funcionó como tapón para ganar a la Real: el equipo defendió muy bien y sus transiciones fueron rápidas a cambio de perder control y posesión, signos característicos del Barça. No se habló del juego hasta que se rompió el partido y apareció Messi.

Hasta el momento, Mascherano, André Gomes y Rakitic han sido las opciones del técnico para suplir a Busquets

El titular en el Villamarín fue Rakitic y el Barça fue desbordado por el Betis. Los azulgrana perdieron 58 veces la pelota, una menos de las que tocó Messi. La prueba fue tan fallida que se anuncian cambios para el Calderón. Volverá Mascherano o podría salir André Gomes, un futbolista que el técnico ha utilizado en las distintas posiciones del medio campo, el más utilizado de las incorporaciones en 2016-17. El juego, de todas maneras, cambia en función del elegido y, en cualquier caso, ninguno equilibra al equipo como Busquets.

No hay un jugador más completo como mediocentro que Busquets, indiscutible tanto para los que hablan de evolución como los que denuncian una involución del estilo, pieza angular con y sin el tridente, el futbolista que junta las líneas y da sentido al juego de ataque o contragolpe del Barça. Acostumbrado a que la fuente del fútbol puede salir desde los costados —antes Xavi y ahora Iniesta— o, desde donde quiera Messi, el equipo no asimila la ausencia de Busquets. Todo es posible a su alrededor y todo resulta indefinido sin Busi.