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Marco Asensio, el aprendiz avispado

El mediapunta del Madrid, que llegó al equipo este verano, ha adquirido tanta importancia para Zidane como Isco y James

Eleonora Giovio
Asensio se marcha en velocidad de Vietto durante el partido de Copa contra el Sevilla.
Asensio se marcha en velocidad de Vietto durante el partido de Copa contra el Sevilla. PACO PUENTES (EL PAIS)

Marco Asensio cumple 21 años en un par de días. Este verano se aferró al dorsal 20 de la primera plantilla del Madrid con la dedicación que tienen los recién llegados y la humildad de un chico al que no le han regalado nada. “Si se queda, sabe lo que hay. No voy a engañar a nadie”, dijo Zidane después de la pretemporada en la que el joven mallorquín (que se llama Marco por Van Basten) destacó por fútbol, esfuerzo y entrega. Era el último en llegar y el último de la cola. Siete meses después, ha adquirido tanta importancia como otros compañeros más experimentados, caso de James e Isco. Lleva más partidos (20), minutos (1.062) y goles (siete) que el malagueño (19, 1.020 minutos y cuatro tantos) y el colombiano (18, 982 minutos y cuatro dianas), aunque ambos se han perdido partidos por distintas lesiones. De hecho, James es baja para el partido de Copa de hoy ante el Celta.

“Está bien, el otro día lo demostró, jugando bien, con personalidad, sabe dónde está, sabe cuál es su papel y que a veces es complicado porque es igual de bueno que los demás… Lo sabe perfectamente, tan perfectamente que cuando juega siempre lo hace bien”, decía Zidane después del golazo que Asensio marcó en el Sánchez Pizjuán en la vuelta de los cuartos de la Copa contra el Sevilla. Recibió el balón casi en su área, se pegó una carrera de 70 metros en 11 segundos, ocho toques y marcó su séptimo gol de la temporada. El tercero en la Copa.

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En cada debut, el joven mediapunta ha ido dejando huella y festejando goles. Marcó en la final de la Supercopa contra el Sevilla, marcó en su primer partido en Liga (en la primera jornada contra la Real Sociedad), marcó también en su estreno en Champions, en casa contra el Legia Varsovia, y en su estreno copero, contra la Cultural Leonesa.

Tranquilo y reservado, Asensio vive con su padre y su hermano en Madrid (la madre falleció hace unos años). Dicen en Valdebebas que no exterioriza casi nada y, cuando lo hace, siempre es de puertas para dentro. En el vestuario ha hecho piña con Nacho, Morata, Isco, Sergio Ramos, Kroos, Marcelo, Carvajal y Danilo. Se gastan bromas y se retan a diario después de los entrenamientos, ya sea al fútbol o al baloncesto. Juegan a ver quién es más malabarista.

“Marco tiene una familia no de 10 sino de 12 y es un apoyo muy importante. Tiene humildad, mucha. Tanto que llamó la atención de varios de sus compañeros en el Mallorca. El día que firmó con el Madrid, en diciembre de 2014, se sorprendieron por verle igual que siempre. Me decían: ‘Clemente, cualquiera habría ido de estrellita y se habría comprado un coche más grande para celebrarlo, él venía con el de siempre”, cuenta por teléfono Clemente Marín, que fue ojeador del Mallorca durante 25 años y descubrió a Asensio un sábado por la tarde cuando jugaba en el Playas Calvià. Y añade: “Marco nunca se dejará ir en los entrenamientos, porque es un trabajador. No va de chulo, no va de estrella, no se mete con nadie. Él va a lo suyo: a trabajar”.

El Madrid pagó 3,9 millones de euros al Mallorca en diciembre de 2014 para hacerse con el joven mediapunta. Llegó a la capital en verano de 2015 y en el club decidieron cederle una temporada para que jugara con continuidad en Primera. Su aprendizaje fue en el Espanyol, donde jugó 37 partidos y marcó cuatro goles. Allí también había tenido su aprendizaje Lucas Vázquez antes de regresar a Chamartín. Decía el extremo que en el Espanyol había aprendido a jugar sin balón, a correr, a pelear y a pensar más en el equipo que en él. Decía también que había tenido que adaptarse a jugar con más sacrificio. Es lo que aprendió también Asensio en un equipo que tuvo que sufrir para evitar el descenso.

Papel de revulsivo

“Sé que es complicado hacerse un hueco en el Madrid porque tiene a los mejores del mundo. Intentaré aportar mi granito de arena”, dijo el joven jugador este verano cuando desembarcó en el Bernabéu. La timidez y ser consciente de la cantidad de estrellas que había en la plantilla del Madrid, no le impidieron tener sus minutos. Es más, los aprovechó como nadie. Empezó la temporada como titular debido a las bajas de Cristiano Ronaldo y Benzema, y regresó al banquillo cuando ambos se recuperaron. De vuelta a su papel de revulsivo (ha jugado de inicio 11 veces) lo asumió con naturalidad.

En las rotaciones impulsadas por Zidane, Asensio es uno de los jugadores más utilizados por el técnico francés. Ha jugado por la derecha y por la izquierda en el 4-3-3 y de enganche, como en Las Palmas, en el 4-2-1-3. “Zidane ha hecho lo que ningún otro entrenador del Madrid había hecho antes: tirar de los 24 que tiene. Lo dijo y lo ha hecho. Y eso a Marco le ha venido muy bien”, insiste su descubridor.

“No me sorprende la progresión de Marco porque siempre ha sido así, ha ido avanzando poco a poco hasta comerle el terreno a los demás”, confiesa Pepe Gálvez, que entrenó a Asensio en su época de juvenil. Dice también que le ve más estructurado físicamente. “Se ha hecho más hombre”. Un hombre de 20 años que ha sorprendido a todos por su capacidad de leer el juego y de controlar las situaciones.

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Sobre la firma

Eleonora Giovio
Es redactora de sociedad especializada en abusos e igualdad. En su paso por la sección de deportes ha cubierto, entre otras cosas, dos Juegos Olímpicos. Ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS; ha sido colaboradora de Onda Cero y TVE. Licenciada en Ciencias Internacionales y Diplomáticas por la Universidad de Bolonia y Máster de EL PAÍS.

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