España remonta a Islandia en el arranque del Mundial

Le costó a España entonar la voz y recitar el estribillo, pero a la que hizo unas gárgaras y recordó la letra ofreció una buena actuación, afinada y melódica. Arrancó el Mundial con una victoria frente a Islandia (27-21), dejando la sensación de que todavía puede dar mucho más, lo cual es muy bueno, porque sin la necesidad de poner el turbo redujo a su primera adversaria. Se activó tras un despegue en falso e ilusionó con un arrebato en el segundo tiempo para resolver su puesta de largo con suficiencia. Dejó buenos destellos y la constancia de que no especulará, aunque se despertase remolona para abordar a Islandia.

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Está el cuadro nórdico muy lejos de sus mejores días, en plena transición generacional, así que mientras la nueva hornada va dorándose se apoya en los viejos bastiones. Esta vez, en el meta Bjorgvin Gustafsson (31), un vikingo tatuado que repelió los tres primeros lanzamientos desde los siete metros –a Valero Rivera, Daniel Sarmiento y Álex Dujshebaev– y estuvo inmenso la mayor parte de la noche. Entre que a España le costó encender el termostato y el portero islandés tuvo su día y lo sacaba todo, ya fuera con una axila, un bíceps o hasta con la coronilla, la historia del estreno comenzó un tanto torcida, excesivamente enrevesada.

En el primer periodo, a España le faltó el punto de intensidad que sí interpretaron los nórdicos. No hubo chispa ni tampoco velocidad. Defensa blandita, piernas apelmazadas y ninguna noticia desde los costados, puesto que la línea de creación no conseguía conectar con los extremos. Y, si no hay noticias de Rivera o Víctor Tomás, malísima señal. Las opciones de España en este campeonato pasan por la intensidad defensiva, el robo y el vértigo en la transición, premisas que figuran en mayúsculas en el nuevo libreto, el del técnico Jordi Ribera, pero de las que hasta bien avanzado el encuentro no hubo rastro.

Casi 28 minutos hubo que esperar para ver la primera acción de manual, hasta que se fabricó el contragolpe modélico y Gedeón Guardiola definió en caída, con una rosquita de fuera adentro. Hasta entonces, paradójicamente, fue el tiro exterior lo que sostuvo a los Hispanos, con Sarmiento en la dirección. El virtuosismo del canario y las perforaciones del dúo navarro, Iosu Goñi y Eduardo Gurbindo, fueron la mejor respuesta a la optimista propuesta coral de los islandeses, más enchufados y mejor dispuestos en la puesta en escena inicial.

Al descanso, 10-12 a remolque. Faltaba luz, un faro. España miró a Joan Cañellas, el candil, el hombre que todo lo ve y todo lo descifra, y con él en el eje se fueron despejando poco a poco las brumas y el cielo empezó a clarear. De la pálida versión de la primera media hora se pasó a una con mucho mejor tono, percutiendo David Balaguer desde el flanco derecho y Pérez de Vargas en la línea habitual, es decir, soberbio bajo los palos. Tremendo lo de este chico, o más bien gato, porque reacciona como un felino. Ahora sí, una España sin el freno de mano, con manos, piernas y agresividad, con ayudas y anticipaciones. Así que a los 39 minutos ya se puso por delante (16-15) y a partir de ahí fue desmigando a Islandia y poniendo tierra de por medio.

Les costó desperezarse a los chicos de Ribera, a esta España renovada y en formación, hambrienta en cualquier caso. Tardó un rato, pero tras los bostezos y quitarse las legañas, después del café y el paso por la ducha, del aseo de rigor, se puso el traje, cogió el maletín y ganó el pleito en el juzgado de Metz. Llegó el arreón y todo se puso en su sitio. Comenzó con buen pie, con un concierto ameno que dejó al público con ganas de más. Las piezas del nuevo puzle han de ir ensamblándose y mientras tanto no hay mejor intervalo que el de una victoria para empezar.

RESULTADOS DE LA 1ª JORNADA

GRUPO A
- Francia, 31 - Brasil, 16.
- Polonia, 20 - Noruega, 22.
- Rusia, 39 - Japón, 29.

GRUPO B
- España, 27 - Islandia, 21.
- Eslovenia, 42 - Angola, 25.
- Macedonia, 34 - Túnez, 30.