La era de Paco Jémez arranca con una victoria

La ansiedad fue el sinónimo ideal para nombrar a Paco Jémez. El entrenador de Cruz Azul se presentó ante sus hinchas en la primera fecha del torneo Clausura 2017, el rival era el Necaxa. Logró que su equipo se quedara con la victoria 1-0 con su sello: con la posesión del balón, un tremendo desgaste físico y con una apuesta por el ataque.

Jémez no desentonó con su estilo mostrado en España. Salió a la cancha con un traje, corbata y camisa azules, un atuendo discreto, era la presentación ante unos aficionados que han cosechado decepciones en los últimos años. El torneo de liga no se les ha dado desde 1997, cuando lo ganaron. Estuvieron cerca de romper esa malaria en cinco ocasiones al llegar a la final, pero todas las perdieron. El arribo del exentrenador del Rayo Vallecano les devolvió las esperanzas.

Jémez dispuso de un parado táctico agresivo: un  4-2-1-3. La clave de su estrategia fue una línea defensiva férrea encabezada por Julio César Domínguez y Julián Vázquez. En la media de contención dispuso del grandulón Gabriel Peñalba y de Rafael Baca. Así neutralizaron cualquier ataque de Necaxa por el centro. La ofensiva de Cruz Azul demostró estar a punto, o al menos así lo lucieron los volantes ecuatorianos Ángel Mena y, sobre todo, Joao Rojas, quien no paró de correr por la izquierda.

El gol de Cruz Azul cayó luego de una serie de sucesos provocados por Rojas. Él robó el balón y consiguió el tiro de esquina. Los celestes cobraron rápido y le dejaron el balón al lateral izquierdo Adrián Aldrete, quien chutó de lejos. La trayectoria del balón se fue directo a la esquina, lejos de los guantes del guardameta de los rayos, Marcelo Barovero. Así, desde el minuto 19 del primer tiempo los vestidos de azul dominaron el partido.

Pero a Paco Jémez eso no le satisfacía. Incitó a sus pupilos para que buscaran el segundo gol. Les pidió que se tomaran el tiempo para las jugadas a balón detenido; sin embargo, durante todo el partido no pudieron aprovechar los 15 tiros de esquina que consiguieron. El equipo de Cruz Azul lució el trabajo de preparación a tope que ha impuesto el español: sus chicos no deben dejar de moverse, mostrar un desgaste físico. Prueba de ello fue el veterano Christian Giménez, de 35 años, quien jugó los 90 minutos y con sendos recorridos al ataque. 

Las cámaras de fotógrafos y de la televisión mexicana se enfocaron al ávido entrenador europeo. Durante el partido permaneció de pie y no detuvo las indicaciones a sus muchachos, en especial a la zaga defensiva, esa que anuló el juego de Necaxa. Jémez sacó los tres puntos de casa, con una escuadra que generó más jugadas de las que concretó. Las esperanzas de los hinchas de Cruz Azul son como un ave fénix, renacen cada torneo, ahora con un toque español.