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El Deportivo sobrevive tras verse naúfrago

El equipo de Garitano iguala una desventaja de dos goles ante un Alavés que dejó pasar la oportunidad de sentenciar la eliminatoria en Riazor

El deportivista Borges disputa la pelota con el delantero alavesista Santos.
El deportivista Borges disputa la pelota con el delantero alavesista Santos.Cabalar (EFE)

La Copa siempre guarda lo inesperado. Nunca se acaba hasta que el árbitro sopla tres veces en su silbato. Así se inyectó vida el Deportivo en una eliminatoria que tenía cuesta arriba y que se resolverá el próximo miércoles en Mendizorroza partiendo casi de la paridad. Tiene, pese al empate, la ventaja de dos goles a domicilio el Alavés.

Los visitantes marcaron en Riazor al principio y al final de la primera parte y el marcador al descanso era tan contundente como para colegir que habían participado en un festival. No fue así, pero por más que pudiera parecer exagerado no hubo ausencia de merecimientos. Siempre le sopló el viento tras la espalda al equipo que prepara Pellegrino, pero lo aprovechó para volar, desplegarse con ambición en las contras y taparse sin balón. Se lo cedió al Deportivo, que lo gestionó bien por dentro y algo peor por fuera. Más allá de los relevos habituales en los partidos de Copa a Garitano se le han caído los dos hombres de banda del once tipo que había encontrado. Carles Gil se ha lesionado y Ryan Babel se fue al Besiktas tras cumplir contrato el 31 de diciembre. Ahora el foco vuelve a estar sobre Bruno Gama y Marlos Moreno, dos futbolistas diferentes a los ausentes, dos regateadores que comenzaron la temporada con galones de titularidad y los perdieron.

Marlos ejemplificó el quiero y ni puedo del Deportivo, que durante bastantes minutos lo hizo todo bien hasta los últimos veinte metros. Allí molestó al Alavés sobre todo en las acciones a balón parado. Por ahí tuvo Arribas el empate. Había fallado el zaguero al medir un centro en el gol inicial de Santos, que supo bajar bien el balón y definir con categoría ante Rubén. Y el Alavés se armó en la ventaja, replegado, pero atento a llegar con bastantes hombres en las transiciones. Por ahí encontró alguna vez más al Deportivo despistado, remiso en la marcha atrás. Y le golpeó de nuevo segundos antes de irse al receso en una nueva muestra de codicia porque, cuando otros se guardan a la espera de los pitidos del árbitro, el magnífico Marcos Llorente buscó la profundidad para pisar el área y forzar un penalti de Mosquera que concretó Edgar.

En los últimos minutos de la primera parte desde el banquillo del Deportivo salió la orden de que los extremos cambiasen de flanco. Por ahí transitaron sin mayor oficio ni beneficio hasta que Garitano miró el calendario, retiró del campo a Borges y Emre Çolak, dos indiscutibles que tendrán que fajarse el viernes en campo del Espanyol, y vistió una línea de mediapuntas con Marlos cerca de Joselu, Bruno de nuevo en la derecha y la zurda para el canterano Óscar Pinchi. Nada mejoró para el Deportivo. El Alavés controló más el juego y pareció menos expuesto, pero el capricho futbolístico quiso abrir el partido en una acción individual de Bruno Gama, que embocó entre las piernas de meta Ortolá el primer intento de los coruñeses dirigido entre los tres palos. Sonó entonces la corneta en Riazor, con Marlos en el banquillo y Pinchi en punta con Joselu. Se volvió a tapar el Alavés, pero no logró aguantar la ventaja porque sobre la bocina Arribas tocó el enésimo balón ganado por el Deportivo en el área rival y Joselu empaló a la red. Por el camino, en un frenético final, se había quedado en el limbo arbitral un penalti sobre Juanfran y remate de Albentosa que Ortolá sacó, felino, de la escuadra.

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