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No hay nada más raro que un villancico

A veces da la sensación de que Dios, arrebatado por la poesía, antes que dar explicaciones prefirió pegarse un tiro

Quique, durante un entrenamiento del Espanyol. JUAN BARBOSA
Quique, durante un entrenamiento del Espanyol. JUAN BARBOSA

Quique Sánchez Flores ha dicho que él se rodea de gente sencilla y trabajadora, que quiere lejos de sí todo lo que huela a raro. Lo de menos es que se refiriera a Luis Enrique, que no quiso darle la mano ni antes, ni durante ni después del derbi, prefiriendo cantar villancicos en las ruedas de prensa a dar explicaciones. Ya lo dijo el poeta, antes que dar explicaciones, me pego un tiro. Sin embargo, lo raro se contrapone a lo normal. Comer turrones en Navidad es normal. El Espanyol pierde el derbi 4 a 1, es normal. El paro juvenil es normal. Las residencias geriátricas son normales, como los cráteres de la luna. Sánchez Flores tiene un hijo del Barça que quiere una camiseta de Messi, normal. Los gemidos de dolor colapsan las urgencias hospitalarias e hieren los oídos de las enfermeras, pero no llegan hasta los despachos donde se deciden los recortes, que se aplican sin piedad. Lo normal.

“Llegaré a tiempo a mi casa de China para ver el derbi por la tele” Chen Yangsheng

Sánchez Flores agasaja públicamente a Messi al finalizar el derbi provocando el enfado de gran parte de la afición periquita, normal y normal. El entrenador pide mil disculpas, mil veces normal. Muchas mujeres quedan embarazadas y paren, como es normal, y su cerebro se modifica para potenciar la conexión con el bebé mientras que el cerebro del padre se queda normal, tal como nos temíamos. El Alcorcón elimina de la Copa al Espanyol, y el árbol, el belén, las luces, el gentío, el gasto, la comida, el pobre a su mesa, todo es de Navidad y normal. Mr. Cheng, presidente del Espanyol, asegura que su pasión por el club va en aumento mientras su cara sigue tan inexpresiva como siempre, o quizás más de lo normal. Y declara, tras asistir a la junta de accionistas en Barcelona: “Llegaré a tiempo a mi casa de China para ver el derbi por la tele”. Podría calificarse de espeluznante, pero es normal. Fichar a un jugador chino para el primer equipo, es lo que se ha hecho toda la vida. Tradición, ortodoxia, costumbrismo. Qué bello es vivir según los cánones y al margen de los cánones. Los Reyes Magos, el consenso institucional, abuelas que paren hijos subrogados, la juventud que abarrota los prostíbulos, el Alzheimer arrasando la memoria, negros, judíos, masones, rojos, transexuales y periquitos. Todo normal.

Hamlet olía a podrido al este de Dinamarca y Sánchez Flores huele a raro. A veces da la sensación de que Dios, arrebatado por la poesía, antes que dar explicaciones prefirió pegarse un tiro.

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