La policía sospecha que hay más víctimas del entrenador
La juez de La Laguna deja en libertad con cargos a Miguel Ángel Millán, que se negó a declarar
Durante las 60 horas que pasó en la comisaría de La Laguna, el entrenador de atletismo Miguel Ángel Millán no abrió la boca. Según su abogado, José Manuel Niederleytner, la policía se tomó dos días para tomarle declaración, y cuando lo hizo, fue el detenido quien se acogió a su derecho a no declarar. “No sabemos de qué se le acusa”, señaló el abogado. Tras pasar a disposición judicial, continuó con su decisión de no decir nada. Poco después, la titular del juzgado número 3, el que se encontraba de guardia en la localidad tinerfeña, lo puso en libertad con cargos.
Millán, de 66 años, tuvo que entregar su pasaporte, lo que le impedirá irse a pasar unos días a la casa que posee en Marruecos, y tendrá que presentarse los días 1 y 15 de cada mes en el juzgado número 2, en el que la juez María Celia Blanco instruye la causa abierta por la denuncia presentada por el joven Eduardo, de 19 años, quien relató el acoso sufrido en 2011 y 2012, cuando era un niño que practicaba heptatlón en el Club de Atletismo Tenerife.
La policía, que investigó y ayudó a la madre a localizar posibles víctimas anteriores de Millán, ha bautizado su trabajo como Operación Decathlon, según manifestó ayer en una nota informativa. En el comunicado refleja sus sospechas de que después del denunciante el entrenador hubiera seguido acosando a otras víctimas. “En su denuncia, el denunciante manifestaba que lo acaecido con él no era un hecho aislado sino que este individuo iba abusando de forma secuencial de diversos alumnos a lo largo del tiempo y que sospechaba que en la actualidad estuviese abusando de algún menor”, indica la nota. La policía precisa que en su momento la juez levantó el secreto de sumario y posteriormente archivó la causa.
Además, los investigadores recuerdan que dos de los jóvenes que declararon como testigos, apoyando las denuncias, en Barcelona y en La Laguna, habían nacido en 1990, y que los hechos relatados ocurrieron entre 2005 y 2008, por lo que aún no habrían prescrito.
Aunque en la página web del club figuraba hasta ayer Millán dentro de su organigrama como miembro del comité técnico, su presidente, Héctor González, explicó que quizás deberían haberlo actualizado antes pero que el entrenador, jubilado desde hace dos meses, hacía tiempo que no tenía “vínculo directo ni exclusivo” con un club que fue fundado en 2006 y del que Germán Millán, hijo del encausado y también entrenador nacional, es vicepresidente.
Silencio de la federación
“Miguel entrenaba libremente a atletas de todos los clubes que él quería, de la isla y del resto del archipiélago”, señaló González, entrenador de saltos que se hizo cargo del grupo de atletas de Millán cuando este se retiró. “Era el entrenador de un importante grupo de atletas destacados del club y por eso se le consideraba colaborador y se le invitaba a acudir a las competiciones, nada más”.
Tampoco habló mucho la Federación Española de Atletismo, de cuyo comité técnico Millán fue responsable de pruebas combinadas hasta el 7 de noviembre, cuando el anterior presidente, José María Odriozola, informado de la denuncia, le apartó del cargo. Odriozola también era presidente de la española en 1993, cuando Millán abandonó sorprendentemente Alhama de Murcia, donde había puesto en marcha una estructura extraordinaria para atletas de combinadas, para establecerse en Canarias tras un breve paso por Extremadura.
El presidente actual de la federación, Raúl Chapado, quien en menos de un mes de mandato ha tenido que gestionar los casos de Sergio Sánchez y Adel Mechaal en el equipo del Europeo de cross, considera ambos asuntos una broma al lado del problema de Millán. “Es un caso tan delicado que cualquier declaración puede influir en su desarrollo judicial, que respetamos”, dijo Chapado. “No sé lo que se hizo en el pasado, pero yo seré transparente y no interferiré mientras se desarrolle la investigación”.
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