Una cámara para los árbitros del Mundialito

El Madrid jugará el jueves la semifinal del Mundialito contra el América, que acaba de cumplir cien años. Los jugadores del conjunto mexicano llevan el recordatorio –escrito con número, 100- en sus sudaderas. “Cumplimos los cien el 12 de octubre, pero llevamos de celebración desde enero, hemos organizado hasta campañas de donación de órganos y de preservación del águila real” explica Quentin Paquelier, jefe de mercadotecnia y comunicación del club. La plantilla y el cuerpo técnico acaban de terminar de cenar. Igual que el Real Madrid, en otro hotel, a 500 metros de distancia de donde se alojan los muchachos de La Volpe. Llueve fuera y se respira mucha humedad desde la bahía de Tokio. Hay paseos peatonales muy coquetos a su alrededor, luces navideñas y una noria gigante que indica la hora. Quedan 48 para el duelo entre ambos equipos.

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Para los demás, los que han jugado rondas previas a las semifinales, el Mundialito arrancó el jueves de la semana pasada. Lo ha hecho con una iniciativa de la FIFA, la del video-arbitraje (VAR en sus siglas en inglés). El pasado mes de marzo el organismo de fútbol internacional aprobó el uso experimental del vídeo. 12 países se han apuntado a estos ensayos de dos años de duración –que tienen que ser solicitada por cada Federación-, entre ellos no está España. Sí Alemania, Australia, Bélgica, Brasil, Catar, Estados Unidos, Francia, Italia, México, Holanda Portugal y República Checa). De ser aprobada, se convertiría en obligatoria a partir de 2019.

En Osaka y Yokohama, las dos ciudades donde se disputa el Mundialito, ya se está probando. También se utilizó en los partidos internacionales de Italia contra Francia y Alemania en los últimos parones por las selecciones. Los asistentes encargados de analizar las posibles acciones ‘conflictivas’ o los posibles errores, están cerrados en una sala de control con varias pantallas delante. Analizan únicamente cuatro aspectos: si hay penalti o no, si el colegiado expulsa a un jugador que no es, si es gol o no y si el árbitro saca amarilla al futbolista equivocado.

Para muchos es una forma de desvirtuar al fútbol y de convertir a los colegiados en unos robots, para otros, cualquier ayuda que puede facilitar el trabajo de los árbitros, es más que bienvenida. “Todo lo que sea ayudar, bienvenido sea y esto desde luego ayuda”, explica Iturralde González, colegiado durante 17 años. "Al igual que los dispositivos de detección automática de goles, el sistema de videoarbitraje se ha concebido para dar un apoyo complementario al árbitro. Queremos que el partido fluya y, como siempre, las decisiones definitivas estarán en manos del árbitro. Esta es nuestra filosofía", explicaba hace poco Massimo Busacca, el jefe del comité de árbitros de la FIFA. Tanto los asistentes, como los colegiados han participado a varias sesiones de entrenamientos, teóricas y prácticas en las que se han simulado acciones de juego específicas para ir tomando decisiones. 

A diferencia de otros deportes, como el tenis por ejemplo donde son los propios jugadores los que piden la ayuda del vídeo –el ojo de halcón en este caso- en el fútbol y en este ensayo no. Ni los futbolistas ni los entrenadores tienen potestad para ello. “Si el asistente lo ve muy claro, por ejemplo, que era penalti y no se ha pitado, avisa al colegiado a través del pinganillo. Este es el que, en última instancia, toma la decisión”, explica Iturralde.

Sobre si aumentará o disminuirá las polémicas arbitrales, asegura que esas no se acabarán nunca. “Hay un pequeño problema en las imágenes, además, porque los asistentes sólo disponen de las que les proporciona el torneo”. Y a veces ni con 25 repeticiones el espectador común y corriente termina de verlo claro. “Si el árbitro duda, pide que se revisen las imágenes y puede incluso acercarse a la zona técnica para que se las muestren en un iPad”, asegura el excolegiado español.

¿Miedos? “Pues uno es que se ralentice y desvirtúe la esencia del fútbol. El segundo, que la tele magnifica todo. Y tercero, como en toda fase de experimentación, el árbitro tendrá que acostumbrarse a una nueva forma de pitar. Por eso la ayuda del vídeo no es algo que se pueda implantar de hoy a mañana. Muchos colegiados dudarán: ‘cuándo tengo que ir a revisar las imágenes, cuándo no, cuándo me harán falta más, etc., etc.”, resume Iturralde al mismo tiempo que asegura que la verdadera prueba será probar este sistema en partidos de gran trascendencia como puede ser un clásico.