Pablo Laso y la fuerza del Palacio
El técnico cumple 400 partidos con el Madrid orgulloso del idilio con su afición
La biografía de Pablo Laso está unida al Real Madrid de baloncesto por el libro de familia y por la enciclopedia. Su padre, Pepe Laso, formó parte del equipo que a comienzos de los 60 revolucionó el baloncesto español y europeo con el libreto pionero e iconoclasta de Pedro Ferrándiz; y, 35 años después, el propio Ferrándiz, como secretario técnico del club, fichó a Laso júnior para un conjunto en reconstrucción tras la conquista de su octava Copa de Europa y la posterior marcha de Sabonis a la NBA. “Es un jugador irrepetible y me duele no haber coincidido para haberle dado todas las asistencias posibles”, dijo Laso acordándose de Sabonis en su primera presentación de blanco, en mayo de 1995. El Pablo Laso jugador estuvo dos temporadas con Obradovic y apenas una docena de partidos con Miguel Ángel Martín antes de echarse la manta a la cabeza y hacer las maletas rumbo a Cáceres. Solo ganó una Recopa con la camiseta blanca de tirantes.
Desde aquella salida de Laso en 1997 y hasta su segunda llegada al club, en junio de 2011, el Madrid solo ganó cuatro trofeos en 14 temporadas: la Liga de Sergio Scariolo, en 2000; la de Bozidar Maljkovic, en 2005, con el triple de Herreros en Vitoria; y el doblete de Liga y ULEB con Joan Plaza en 2007. En poco más de cinco cursos, el Laso entrenador ha conquistado 12 títulos y ha disputado 16 finales sobre 22 posibles. Esta noche ante el Zalgiris (21.00, Movistar+) el entrenador vitoriano llega a su partido 400 en el banquillo madridista. “Son muchos como para elegir uno. Hemos tenido partidos muy completos en todas las competiciones pero siempre digo que la final de la Copa de 2012 que ganamos en Barcelona en mi primer año, con Llull como MVP, es el que más recuerdo. Malos también tengo alguno en la lista, pero prefiero no acordarme”, contó el técnico en la víspera de la emblemática fecha. “Si estoy 400 partidos más aquí significaría que está yendo todo muy bien. Lo firmaría ya. Me ruborizo porque cuando miro las cifras de Pedro [Ferrándiz] o de Lolo [Sainz] son impresionantes. Antes se jugaban menos partidos y su contabilidad significa que estuvieron muchísimos años”, detalla.
La contabilidad de Laso ya está en el podio de la historia del Madrid. Su equipo ha ganado 310 partidos: 167 en casa, 120 fuera y 23 en cancha neutral; y ha perdido 89: 59 a domicilio, siete en territorio neutral y tan solo 23 como local. “Llenar el Palacio de los Deportes todos los días es otro título. Es una de esas victorias que no cuenta, pero es una grandísima victoria. Cuando llegué teníamos la sensación de que el Palacio era nuestra casa, pero también tuvimos que jugar en la Caja Mágica algunos partidos. El club hizo grandes cosas para volver a enganchar a la gente y a lo largo de estos años hemos traído jugadores importantes, de los que transmiten. Nuestro estilo de juego ha logrado que la grada se identifique mucho con nosotros y eso se ve en cada partido. El reconocimiento de los nuestros y del exterior me enorgullece. Esto no da victorias, pero el ambiente en nuestro pabellón y la implicación de la afición es muy importante en este recorrido”, analiza.
“El cargo desgasta”
El Palacio tan solo ha visto 10 derrotas de su equipo en los 71 partidos de Euroliga disputados por el Madrid como local durante la era Laso, cinco de ellas en la tortuosa temporada pasada cargada de lesiones y contratiempos y cerrada en el playoff de cuartos ante el Fenerbahçe de Obradovic. En la Liga, la contabilidad del conjunto madridista es de 13 derrotas en 120 partidos en casa. En la Copa, los blancos han disputado 13 partidos, han conquistado cuatro de las últimas cinco ediciones y solo han perdido un partido: aquel 108-111 con el Barça en los cuartos de 2013. Nueve de los 12 títulos del Madrid han llegado en duelos directos con el conjunto azulgrana con el que presenta un balance de 27 victorias y 21 derrotas en 48 partidos.
“Casi todos me conocían y por cuestiones de calendario fueron llegando poco a poco y fui hablando uno por uno con ellos. Mi llegada pedía más charlas individualizadas que plantarme delante de los jugadores y dar un discurso. Intenté conocer lo que opinaban y lo que sentían, trasladarles mi idea… Lo recuerdo positivamente. También recuerdo mi primer partido, en la pretemporada. Fue en Cáceres y perdimos”, rememora Laso sobre su llegada al vestuario en 2011. ¿Desgasta el cargo? le preguntaron ayer. “Soy positivo y me veo muy bien, pero cuando veo fotos antiguas sí noto el paso del tiempo. Claro que el cargo desgasta, pero cada día vengo con mucha ilusión a trabajar. Si te gusta lo que haces es todo muy fácil, pero estamos expuestos a la crítica siempre. En mis seis años aquí ha habido críticas hasta porque el equipo estaba mal físicamente y a mí Juan Trapero [preparador físico del equipo] me parece Dios. En este tiempo nunca me he planteado tirar la toalla. No es mi manera de ser. Pero los entrenadores tenemos una profesión en la que sabemos que no somos eternos en los sitios”, cerró Laso en la reflexión sobre sus 400 partidos.
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