Cilic sufre más de la cuenta para superar a Delbonis y pone a Croacia 1-0
Sin jugar un gran partido, el croata vence al argentino por 6-3, 7-5, 3-6, 1-6 y 6-2 y en más de tres horas
Hay una hinchada que todo lo puede. O casi. Y ellos lo saben. "Esta hinchada se merece, se merece ser campeón. Ponga huevos la Argentina, ponga huevos y corazón", cantan todos. Están en el estadio del Arena Zagreb, pero levantan prendas celestes y blancas. Es el comienzo del cuarto set y Delbonis rompe el saque de Cilic. Acaba de ganar el set el argentino, pero sigue abajo tras perder los dos primeros. Desde aquí hay que contar el partido entre el croata Marin Cilic (6º del mundo) y el argentino Federico Delbonis, porque hasta ahí, todo era del local, amplio favorito en los papeles y en el desarrollo del partido. Y todo fue, finalmente, de Cilic, pero no de la manera en la que él pensaba. El croata se llevó el primer punto de la final tras batallar más de tres horas con el argentino (6-3, 7-5, 3-6, 1-6 y 6-2).
Hasta el tercer set, el croata ni siquiera había sufrido oportunidades de break en contra y había ganado, absolutamente, todos los puntos importantes. Delbonis se encargó de despertar a la hinchada argentina, dormida hasta el momento, pero una de las armas más peligrosas del equipo albiceleste. Ellos le devolvieron la energía necesaria para hacerlo entrar en el partido y desde allí ni Delbonis ni su gente pararon. La magia de la Davis, donde un tipo que perdió más partidos de los que ganó en su vida (84-92) puede transformarse en gigante a 15.000 kilómetros de su casa.
Con la presencia de al menos 4.000 aficionados argentinos, que llegaron al Arena Zagreb una hora antes del partido y de 11.000 croatas, que fueron entrando sobre la hora del encuentro, se vivió el aroma clásico de la Copa Davis. Ambas hinchadas animaron a sus jugadores como si de cada punto, de cada pelota, de cada detalle, dependiera el partido entero. Y Cilic lo había entendido a la perfección en los primeros dos parciales. Si bien no exhibió una notable superioridad sobre Delbonis, golpeó cuando tenía que golpear.
En el primero, el croata quebró rápidamente en el cuarto juego y después se preocupó por mantener su servicio, sin dejar que el argentino tuviera oportunidades de break. Algunos errores no forzados de Delbonis en momentos clave y ciertas inseguridades en su primer servicio (una efectividad de tan solo 45%), le facilitaron la tarea a Cilic, que se llevó el parcial por 6-3. Un dato curioso: Cilic no realizó ningún tiro ganador en el primer parcial.
Cilic comenzó a mostrarse más errático en el segundo set. Cometió más errores no forzados (19), le dio alguna oportunidad a Delbonis, pero el argentino nuevamente volvió a equivocarse. Lo tuvo 5-4 y jugó un gran punto pero falló en la definición y se le escapó el break. Había sido la única vez, hasta el momento, en la que lograba ganar tres puntos del servicio de Cilic en un mismo juego. Con el set 5-5, una doble falta del argentino le regaló el break a Cilic que no perdonó. El croata sentenció el parcial con su saque por 7-5. Había mantenido la concentración durante todo el partido, sin exhibir un tenis vistoso, pero muy efectivo.
La afición argentina no dejó de cantar, para intentar despertar a un Delbonis superado, que por momentos pareció cerca, pero que siempre permaneció lejos. El clásico "Ohhh, Argentina, vamos, ponga huevos, que ganamos" se hizo sentir a pesar de que el encuentro era cortado, con puntos cortos y sin grandes emociones.
Parecía sentenciado el primer punto de la serie, pero sacó fuerzas Federico Delbonis para dar más pelea en el tercer set. Más relajado, Cilic cedió su servicio en el comienzo de ese parcial. Delbonis se colocó 2 a 0 arriba en el marcador, pero volvió a mostrarse inseguro con su servicio, hizo dos dobles faltas y le devolvió el break al croata, inmediatamente después de romper su saque. El argentino se recuperó, sin embargo, y volvió a ganar el servicio del croata. Así, más suelto, arriesgando más, con más tiros ganadores, se llevó el tercero por 6-3, ante un Cilic apático.
En el cuarto, el argentino se desató y mostró su mejor versión. Todo lo que intentaba le salía. Delbonis aprovechó las tres oportunidades que tuvo y, ante un Cilic desconocido, lento de piernas y nervioso se llevó el set por 6-1. El croata terminó en el vestuario unos minutos antes de regresar para el quinto y último set del partido. El banquillo local le pedía a su gente que animará a su jugador estrella.
Ya era un duelo de hinchadas, porque el público croata entiende que allí también se juega la Davis. Solo restaba saber quién aguantaría mejor la presión, porque a esa altura, la magia de la Davis había hecho que Delbonis y Cilic estuvieran al mismo nivel. Gracias a un break tempranero en el último set, los que terminaron cantando y gritando como si fueran argentinos, fueron los propios croatas. Ganan 1 a 0 y están más cerca de su segunda Copa Davis.
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