El Madrid aplica la inercia competitiva para vencer al Unics Kazán
Los de Laso se imponen al limitado equipo ruso con Carroll y Felipe al frente
Hasta llegar hasta su inagotable fórmula del éxito, el Madrid de Laso llevó a cabo un ejercicio de alquimia competitiva consistente en diferenciar los partidos importantes de los accesorios. Un aprendizaje con el que ahora se entregan en los duelos trascendentales y resuelven los burocráticos, como el de la novena jornada de la Euroliga ante el limitado Unics Kazán. La firmeza de Felipe Reyes (16 puntos y siete rebotes), los puntos de Carroll, la faena de Hunter y la constancia de Llull bastaron para superar a uno de los colistas de la competición en tiempos de recarga de baterías.
REAL MADRID, 89 - UNICS KAZÁN, 75
Real Madrid (25+15+22+27): Doncic, Llull (14), Maciulis (9), Reyes (16), y Ayón (6) -equipo inicial-, Randolph (8), Rudy (12), Carroll (11), Hunter (10), Nocioni (3) y Draper.
Unics Kazan (17+20+18+20): Langford (13), Parakhouski (19), Colom (10), Panin y Kaimakoglou (5) -equipo inicial-, Johnson (5), Antipov (6), Banic (12) y Williams (5).
Arbitros: Christos Christodoulou (GRE), Emin Mogulkoc (TUR) y Uros Obrknezevic (SRB). Sin eliminados.
Incidencias: Partido correspondiente a la novena jornada de la Euroliga de baloncesto disputado en el Palacio de Deportes de Madrid (WiZink Arena) ante 8.620 espectadores.
Repitió Laso el quinteto que armó tras la derrota liguera en el Palau y que tan buen resultado le ha dado en la última quincena del calendario ante CSKA, Iberostar Tenerife, Panathinaikos, Barça y Gran Canaria, con un balance de cuatro victorias y una derrota por la mínima en Moscú. Llull, Doncic, Maciulis, Felipe Reyes y Ayón, han encontrado el equilibrio en la fórmula que permite al Madrid gestionar unas aplicadas puestas en escena que establecen tendencias positivas. La repitieron ante el Unics Kazán con una defensa vigorosa, un solvente dominio del rebote y una ágil circulación en ataque (25-14, m. 9). Maciulis desde el perímetro (9 puntos de salida) y Ayón en la pintura marcaron territorio ante la tropa de Langford y Parakhouski. Pero el demarraje inicial no fue muy lejos.
Apenas tres días de respiro le bastaron a los blancos para abrir otro ciclo competitivo en un cuentakilómetros que ya registra 18 partidos en menos de dos meses. Una espiral de desgaste físico y psicológico en la que los estados de forma y las sensaciones fluctúan casi de partido a partido. Y, en la necesaria distinción entre los compromisos esenciales y los rutinarios, el Madrid confirmó que aún está cogiendo aire tras su sprint de la semana pasada con la histórica victoria en Barcelona (63-102) como hito. El repertorio y la actitud del Unics tampoco dieron de sí lo suficiente como para desatar las hostilidades y el partido abrazó una inercia amuermada en la primera mitad (40-37, m. 20).
Hubo tiempo para la contabilidad cuando Jaycee Carroll saltó a pista para sumar su partido oficial número 364 con la camiseta del Madrid igualando así la marca de Louis Bullock (2004-2010), que hasta ayer era el jugador extranjero con más encuentros disputados con el club blanco. Y también hubo margen para el recuerdo de tiempos recientes. No muchos repararon en él, pero en el banquillo del conjunto ruso, ejerciendo de técnico ayudante de Evgeny Pashutin, estaba Lele Molin. El encargado de tramitar a ras de parquet la espantada de Ettore Messina, el que dirigió al equipo en la Final Four de 2011 en Barcelona, el antecesor de Laso. Una toma de conciencia escalofriante del excelso recorrido de este equipo de la nada al todo.
Ahora, incluso en su versión más desapasionada, el Madrid no falta nunca a su exigencia competitiva. Hacía más frío en el Palacio que en la República de Tartaristán, marchaba por delante el Unics Kazán (42-43, m. 25), pero aparecieron un par de triples de Felipe y Rudy, la hiperactiva productividad de Hunter y una espectacular ráfaga de Carroll (11 puntos consecutivos) y los de Laso pasaportaron a su rival con la suficiencia de quien solventa un trámite funcionarial (68-57, m. 32). Estiró su cuenta Parakhouski hasta los 19 puntos, alcanzó Colom su media de 10 y lució la brega de Banic bajo los aros, pero los verdes nunca dieron sensación de aspirar a la sorpresa.
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