Claudio Marchisio enfrenta sus peores recuerdos en el Sánchez Pizjuán
El centrocampista de referencia de Italia y la Juventus vuelve a cruzarse con Vázquez después de romperse la rodilla en abril, en un choque con el argentino
Cuando se reencuentre con El Mudo Vázquez en las inmediaciones de la banda derecha del ataque sevillista, por la mente de Claudio Marchisio pasará el recuerdo de uno de los peores momentos de su carrera. La última vez que se midió al mediapunta argentino, el 17 de abril en el Juventus Stadium, su rival defendía la camiseta del Palermo. Al cuarto de hora de partido, Vázquez hizo una conducción y cuando intentó robarle la pelota se rompió el ligamento cruzado interior de la rodilla izquierda. Fue un gesto fortuito. Un apoyo inoportuno y la articulación de Marchisio se venció. Obtuvo el alta competitiva hace tres semanas.
En el fútbol italiano no existe un centrocampista más completo que este tirillas inquieto de visión periférica, zancada de galgo y cara de actor principal de Jesucristo Superstar. Es un caso extraño por partida doble: porque es un excelente volante y porque se desarrolló en un desierto del que brotan cada día menos centrocampistas de nivel. Su debut con 20 años en la Juventus, en 2006, fue un suceso casual. “Se lo debo a Calciopoli”, dijo, antes de viajar a Sevilla; “porque si no hubieran castigado a la Juventus con el descenso a Segunda mi debut habría sido mucho después. Fue una oportunidad para los jóvenes”.
Su figura se consolida con el tiempo. Ya nadie discute la importancia de este hombre capaz de administrar el mediocentro, oficiar de enganche, marcar los ritmos o asociarse para irrumpir en el área contraria. “Marchisio habría jugado en mi Milan”, proclamó Arrigo Sacchi hace unos días, parangonándolo con Donadoni y Ancelotti, dos futbolistas que interpretaron múltiples papeles en el equipo de referencia de finales de los 80. Frente al Sevilla, si los ensayos se plasman en la hierba, el turinés intercambiará roles con Khedira y Pjanic en un mediocampo integrado por tres elementos flexibles.
“¡Marchisio será titular!”, dijo el técnico, Massimiliano Allegri, cuando ayer le preguntaron si finalmente entraría en el equipo, a propósito de la ola de lesiones que mantiene a Chiellini, Higuaín y Dybala lejos de la acción. A falta de pegada se impone la llegada. Cuadrado, Alves, Mandzukic, Marchisio y Khedira compondrán un escuadrón de poderosos veteranos en torno al refinado Pjanic. “En este vestuario hay una gran madurez”, advirtió Alves. “Mi experiencia no es imprescindible”.
El 1 de noviembre se cumplió una década desde la primera vez que Marchisio se puso el uniforme de los profesionales de un club al que ingresó con siete años. Salvo el paréntesis de la sesión en el Empoli, en la temporada 2007-2008, ha jugado toda su vida en la Juventus.
Este martes los senderos del fútbol le devuelven a la banda que habita El Mudo.
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