Tablas entre Colombia y Chile en la asfixiante atmósfera de Barranquilla
Dos intervenciones de Claudio Bravo, que se marchó lesionado, salvaron a La Roja tras un buen inicio de partido ante un rival que fue a más
Colombia y Chile firmaron un empate (0-0) que les mantiene en la pelea por lograr un billete directo para el Mundial de Rusia, que no acaba de dejar satisfecho a nadie, pero que pareció justo en un duelo de desgaste que puede dejar tocados a ambos equipos, a Colombia de cara a su partido del próximo martes en Argentina porque sus dos centrales, Óscar Murillo y Jerry Mina, dejaron lesionados el partido; a Chile porque el meta Claudio Bravo tampoco pudo acabarlo y el centrocampista Aránguiz vio una amonestación que acarrea suspensión ante el duelo frente a Uruguay.
No hay tiempos muertos en el fútbol y es probable que tampoco exista el entrenador que alguna vez no hubiese querido pedir uno. Ocurre en baloncesto que se piden en ocasiones no tanto para impartir instrucciones en la confianza de que surtan efecto como con la intención de cortar el juego del rival. En el Metropolitano de Barranquilla, bastante por encima de los treinta grados en el mercurio, el árbitro decretó un parón de casi tres minutos mediada la primera parte. A ese receso llegó Chile dominadora, superior a Colombia, desdibujada, acompañada de una demanda que ya había brotado en la grada y que pedía a Falcao sobre el césped.
Colombia estaba caída. Su redivivo delantero, de vuelta a una convocatoria de José Pékerman tras un año y un mes lejos de la selección, esperaba una oportunidad en el banquillo. No había noticias de James, que sí estaba sobre el césped, pero no tocaba bola. Chile mandaba, pero el colegiado mandó parar y todo cambió. Tanto, que al descanso Claudio Bravo era la figura de la Roja y la mantenía viva tras dos intervenciones brillantes a remates de Óscar Murillo y Miguel Ángel Borja.
El partido fue así de caprichoso, de ritmo lento como no podía ser menos en un contexto tan tórrido. Había que hilar fino en la presión y dosificar el físico, así que Chile no se fue tan arriba como en otras ocasiones. Pero le bastó para desactivar de inicio a Colombia, que sorprendió con una alineación en la que para ejercer como referencia en punta no dispuso a Falcao o a Bacca sino a un debutante, Borja. En la que, además, los dos hombres que entraban por las bandas, Berrío y Cardona, no se aguardaban en el once. Buscó la amplitud Pékerman, pero no la encontró. Tampoco la salida por el medio, donde James desapareció y “La Roca” Sánchez y Abel Aguilar bastante tenían con contener. A Chile le faltó colmillo para obtener réditos de la tibia puesta en escena local. Los pudo hallar Vidal con una volea desde la frontal que se fue cerca del palo apenas superado el cuarto de hora de juego. O Fuenzalida, que encontró un agujero en el flanco izquierdo de la zaga colombiana ante un despistado Farid Díaz, al que tampoco le sobraban ayudas.
Pero la hidratación le sentó a Colombia como si le hubiesen enchufado cafeína en vena. Fue ponerse el balón en juego y empezar a manejarlo en campo rival. Como si al Metropolitano le hubiesen dado la vuelta. Sin alardes, pero con constancia se trabajaron los locales dos opciones de gol que desbarató Bravo. Pero Chile ya estaba en problemas y todavía se sintió más en ellos cuando a la hora de partido el portero del Manchester City solicitó el cambio tras lesionarse. Colombia buscó entonces el triunfo sin ambages porque situó a dos socios cerca de James, primero a Muriel, luego a Macnelly Torres. Bajó el balón al piso, lo jugó en corto y le fue mejor que en aquella búsqueda de una profundidad que no había encontrado con el plan inicial. Chile guardó el empate que antes no supo convertir en victoria, pero en la suma final puede que eche de menos haber tenido una mayor ambición porque es el primer punto que obtiene a domicilio ante un rival directo. En Uruguay, Paraguay y Ecuador se fue derrotado y dos de las tres salidas que le quedan son a Argentina y Brasil.
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