Rice: “Somos unos guerreros”
El vestuario azulgrana celebra su consistencia para dominar con solvencia el clásico pese a las bajas. 61-25, la valoración al descanso
La fotografía del Barça antes del partido era la de un equipo diezmado por las lesiones. En un rincón del Palau, Claver, con el brazo izquierdo escayolado; Pau Ribas, con muletas y la pierna izquierda inmovilizada; Navarro, Doellman y Lawal, todos fuera de combate, presenciaban cariacontecidos el calentamiento de sus compañeros. La rotación de Bartzokas para el clásico quedó reducida a ocho piezas, pero bastó con la mitad (Tomic, Perperoglou, Oleson y Rice) para arrollar a un Madrid hipotenso y desconectado que perdió su primer partido en la Liga.
Al final, lesionados y sanos del cuadro azulgrana, se reunieron en el centro de la pista para celebrar el 85-75. “Tenemos un equipo de guerreros”, presumió Rice. “Hemos hecho un partido muy serio. Estoy orgulloso de mis jugadores y de la solidez que han mostrado durante los 40 minutos. Quiero darles las gracias a todos”, añadió Bartzokas.
En partidos de la Liga Regular, el Palau sigue siendo territorio vedado para el Madrid. Con la de ayer, los blancos suman 10 derrotas en los últimos 11 cursos. El balance de clásicos en la era Laso (47 duelos) refleja 26 victorias madridistas y 21 para el Barça.
“Teníamos que haber venido con más ganas. Es tan simple como que el Barça quiere ganar el partido y nosotros no”, resumió Nocioni al descanso, justo tras el chaparrón azulgrana en el segundo cuarto (29-18) que acabó por romper el marcador.
Para entonces la estadística ya refrendaba el contundente dominio del Barça: 49-33, en el marcador; 61-25, en la valoración. En los primeros 20 minutos, Tomic, con 14 puntos (máximo anotador con 19 al final y 33 de valoración), sumaba tanto como los cinco interiores del Madrid juntos y los porcentajes de tiro retrataban en destemple del conjunto blanco. “No estamos haciendo nada”, sentenció Laso. Su equipo no encontró nunca el libro de instrucciones. Apenas hubo rastro del Madrid en Barcelona. El equipo más anotador de la Liga (95,6 puntos por partido en las cinco primeras jornadas) solo fue capaz de sumar 50 puntos en los primeros 30 minutos. “Me voy cabreado y disgustado. Para jugar contra grandes equipos hay que hacerlo mucho mejor”, analizó el técnico blanco.
Solo un arrebato de carácter mediado el último cuarto dignificó al Madrid. Del 74-55 cuando restaban 8m 29s se pasó al 76-68 a 4m del final. Un parcial de 2-13 cimentado con un abnegado quinteto (Draper, Carroll, Maciulis, Hunter y Ayón) que solo sirvió a los de Laso para maquillar guarismos. El intento de remontada se diluyó entre fallos en el tiro (28 de 65), pérdidas de balón (13) y el pique entre Nocioni y Rice que cerró la velada. El día 18, también en el Palau, se disputa otro clásico, esta vez de Euroliga.
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