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Granada y Sporting, ni pueden ni quieren

Partido de muy bajo perfil entre los dos últimos equipos de la Liga, saldado con un empate que no cura sus penurias

Rafael Pineda
Ponce se anticipa a Lillo.
Ponce se anticipa a Lillo.Pepe Torres (EFE)

Granada y Sporting demostraron las causas de sus penurias en la Liga. Ambos ofrecieron un partido desastroso, cuajado de carencias técnicas y físicas, propias de los dos últimos clasificados de la Liga. El Sporting tuvo una ocasión clamorosa en el minuto 93, pero Cop, de forma incomprensible, no acertó a batir a Ochoa en el área pequeña. Fue el último despropósito de un mal partido, con demasiados nervios, imprecisiones y pérdidas constantes de balón. El Granada, al menos, no encajó, pero sus limitaciones le hacen ser un claro candidato al descenso. Después de nueve partidos, sigue sin conocer la victoria. El Sporting, por su parte, rompió una racha negativa de cinco derrotas consecutivas. Un triste consuelo para un equipo al que le faltó valentía para ir a por un rival muy tocado, que juega finales en el mes de octubre y que es el resultado de una planificación desastrosa. El Sporting no fue capaz de aprovechar la debilidad de este Granada tan débil.

Alcaraz tiene una enorme tarea al frente del conjunto andaluz. Ensamblar a este equipo sin una pretemporada le costará una barbaridad. Quizás en busca de una nueva versión de un equipo débil y sin personalidad, Alcaraz se decidió a jugar con su 4-4-2 habitual, con un aire más atacante para buscar la primera victoria de la temporada. Enfrente estaba el Sporting, antepenúltimo, con una racha de cinco derrotas consecutivas a sus espaldas. Abelardo, también algo desesperado, le cambió mucho la cara a su equipo, que también jugó con dos delanteros.

Los buenos propósitos iniciales de ambos entrenadores no desembocaron en un partido divertido. Ni mucho menos. De nada sirve jugar con dos delanteros si no llegan balones a sus delanteros. En especial en el caso del Granada, lastrado por un doble pivote de escaso talento, el formado por Uche y Angban. El partido respondió al momento de ambos equipos y solo hubo un futbolista que quiso salirse de la mediocridad reninante. Fue Burgui, con argumentos para desbordar a Tito y realizar un tiro con cierto peligro que paró bien Ochoa. Perdido en su falta de talento, el Granada fue un alma en pena en una mala primera mitad. Tampoco se mostró demasiado el Sporting, aparentemente contento con el punto y con una defensa con un debutante, Juan Rodríguez, y jugadores poco habituales como Lora.

El segundo tiempo fue algo más movido. El Granada solo tuvo una ocasión. Un remate de Vezo en el minuto 50 que Cuéllar solventó con una gran parada. El Sporting tuvo dos opciones. Una de Castro que salvó Ochoa y la ya referida de Cop en el descuento. El resto fue incapacidad y pérdidas de balón, con el miedo por bandera en los dos equipos, demasiado pendientes del resultado, sin la mínima capacidad para disfrutar. Si no se produce un giro radical, a ambos les queda un calvario por delante.

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