La tarde de Sergi Roberto
Los centros del lateral y la efectividad de los delanteros certifican la victoria del Barcelona en El Molinón ante un combativo e inofensivo Sporting
A juzgar por el partido de Gijón, el Barça ha decidido esperar a Messi. Mientras tanto, procurará ganar los partidos para que cuando regrese el 10 el equipo pueda romper a jugar y recupere su mejor versión, la del trío Messi-Luis Suárez y Neymar. Ahora toca a los secundarios salvar jornadas de entretiempo como la del Molinón. La figura de ayer fue Sergi Roberto. Los estupendos centros del lateral derecho descuartizaron al Sporting y disimularon el discreto partido del Barça.
La efectividad azulgrana fue tremenda para desespero de Abelardo. El técnico cambió para intentar que su equipo se metiera en el partido cuando perdía por 0-2, momento en que tonteaba el Barça, y la expulsión de Lora le llevó a un martirio por las llegadas de Sergi Roberto y el saber estar de Neymar y Arda, que se reivindicaron al igual que Piqué, líder defensivo de un plantel que no hizo concesiones a un equipo muy chato como el Sporting.
Al Barça le costará jugar sin Messi. La ausencia del 10 tiene un impacto capital sobre los partidos porque afecta a su equipo, al rival y a las hinchadas, la propia y la contraria, como la del Molinón. La afición se creció, el Sporting se agrandó y el Barcelona se encogió, empequeñecido sin su santo y seña, expuesto por las rotaciones de inicio de la Liga, extrañado por un plan que pasaba por atacar sin Iniesta, con Arda como interior y Rafinha en el extremo, el puesto de partida de Messi.
Titubeó mucho el Barça y propició un encuentro muy abierto, un ir y venir más localizado en campo azulgrana que en el rojiblanco, terreno propicio para los héroes, futbolistas dispuestos a ganarse la gloria en un día, gente con remate como Cop o con el desborde de Burgui. Hubo un rato en que solo había ojos para el Sporting, agresivo con la pelota, descarado en el cuerpo a cuerpo, muy envalentonado por su afición y más confiado que nunca por la lesión de Messi.
Los azulgrana no controlaban el partido, Neymar quedó reducido por la zaga asturiana y no salía un centrocampista que armara el juego del Barcelona. No había continuidad ni ritmo, y menos fluidez y desequilibrio, tampoco explosividad o picos de juego, muy planos los barcelonistas y vivo el Sporting. La suerte de la contienda quedaba a expensas de quien marcara en el intercambio de golpes en el Molinón.
La expulsión de Lora
Ocurre que para marcar las diferencias, con o sin Messi, el Barça no necesita jugar bien desde que mutó su estilo, se entregó al tridente y validó que el contragolpe o las jugadas episódicas pueden tener el mismo valor que el juego de posesión y elaboración de los tiempos de Xavi. La contundencia quedó expresada en tres minutos, el tiempo que tardó en marcar dos goles, uno de Luis Suárez y el segundo de Rafinha, después de dos jugadas rápidas, propias de la calidad individual del Barça.
Al Barça le costará jugar sin Messi. La ausencia del 10 tiene un impacto capital porque afecta a su propio equipo, al rival y a las hinchadas
Nadie mejor que la pausa de Arda para acabar con el pim-pam-pum del Molinón. El turco tomó un balón perdido por el Sporting después de un saque de portería, y tocó para el desmarque del infalible Suárez, pícaro para sortear al portero y rematar a la red en la primera ocasión clara del Barcelona. Y, acto seguido, Neymar se vistió de Messi para profundizar para la llegada desde la derecha de Sergi Roberto y su centro lo cabeceó Rafinha. La tremenda pegada azulgrana fue descorazonadora para el Sporting.
Tampoco ayudó a mejorar el juego del Barça y el desconcierto arbitral de Del Cerro Grande. Los muchachos de Luis Enrique se fueron del partido de manera lamentable y el partido degeneró en un quiero y no puedo del Sporting. La dejadez barcelonista fue sorprendente en un equipo entrenado por un técnico tan exigente como Luis Enrique. Al técnico no le quedó más remedio que mediar y acudir al banquillo para atemperar la embestida de los chicos de Abelardo, que acabó por poner a dos delanteros para buscar las cosquillas del Barça. El encuentro se convirtió en un duelo del Sporting contra el coloso Piqué. El central contuvo a los asturianos mientras los azulgrana ni siquiera remataban a la portería de Cuéllar. No estaba Messi, había desaparecido Neymar y Luis Enrique cambió a Luis Suárez.
La expulsión de Lora acabó con las aspiraciones del Sporting. La entrada de Douglas, cedido gratis por los azulgrana, pareció más una rendición que un revulsivo, porque los goles cayeron sin remisión en el marco de Cuéllar. Segi Roberto apuró la línea de fondo y centró dos veces para que remataran Alcácer y después Neymar (0-3) y también Arda (0-4). La guinda la puso el brasileño en una jugada de Denis Suárez. Muchos goles para el fútbol del Barça, superior en cualquier caso al Sporting, poco afilado, sin la mitad de los delanteros que tiene Luis Enrique, por más que no sea lo mismo jugar con o sin Messi.
Luis Enrique afirma que no ve a un “lateral derecho mejor”
El adiós de Dani Alves no inquietó a Luis Enrique. Tenía a Sergi Roberto. A pesar de ser centrocampista, el nivel del catalán en el lateral derecho ya no sorprende a nadie. Ni siquiera a él. “Me estoy adaptando a los movimientos tanto en ataque como en defensa. Me da la oportunidad de jugar, que es lo que quiero. Y cada partido lo disfruto más”, afirmó el futbolista de Reus.
La primera vez que Luis Enrique probó a Sergi Roberto en el lateral fue en la pretemporada del año pasado contra el United. Y su debut oficial fue contra el Athletic en San Mamés. Ya acumula 19 partidos en el ala derecha (15 de titular). Y esta temporada presume de ser el máximo asistente del Barça: cuatro pases de gol.
“No veo un lateral derecho mejor que él. Al menos, para el Barça. Tenemos mucho la posesión y nos viene bien. Ofrece superioridad y conduce bien. Nos da recursos”, aseguró Luis Enrique.
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