Messi se rompe y será baja para tres semanas
El delantero sufre una rotura del aductor y se va del campo antes de tiempo, al igual que Sergio Busquets, con gripe
Parecía una noche normal en el césped del Camp Nou. Como es tradición, Messi no se esmeró en el calentamiento físico pero se lo pasó pipa cuando tocó balón y se lo repartió con sus compinches de línea, con Neymar y Luis Suárez. Filigrana del brasileño, rabona del uruguayo y controles que pinchaban la pelota del argentino. Diversión y talento que hacía las delicias de los aficionados. Después, el 10 chutó faltas —todas un pelo altas— y saludó al palco familiar con una gran sonrisa antes de ponerse la camiseta azulgrana. Jugó el primer tiempo con normalidad, pero en el segundo se torció el asunto: se lesionó y tuvo que marcharse al banquillo, como también le ocurriera a Busquets, con gripe.
Messi no se sintió cómodo en momento alguno. Aunque sí logró chutar desde fuera del área en la primera ocasión, sus tres siguientes disparos se estrellaron con las piernas de los rivales para expresar que el muro del Atlético era una realidad. Circulaba el Barça el balón de lado a lado sin encontrar la fisura y se empeñaban todos en buscar a Leo. Pero cuando recibía la pelota, varios rivales le encimaban y no pudo imponer su ley como tampoco lo hicieron Neymar y Luis Suárez. Por lo que cobraban más protagonismo Rakitic e Iniesta, que no sólo corrían de arriba abajo sin cesar sino que pedían el cuero.
Al empezar el segundo tiempo, Leo se tiró las manos a la pierna derecha y recordó que su pubalgia no es una cosa menor, por más que en los últimos encuentros jugara a un nivel excelente, desequilibrio puro frente al Celtic y también ante el Leganés. Al verlo, tanto Luis Enrique como su ayudante Unzue le preguntaron por el cambio, pero el 10 solicitó con la mano un poco de tiempo, lo suficiente para darse cuenta de que no podía correr. Se tiró al suelo, se desató las botas y fue sustituido por Arda Turan al tiempo que el Camp Nou le coreaba. “Leo está bien”, repetía estas semanas Luis Enrique a cada ocasión que le preguntaban, al tiempo que aseguraba su titularidad después de que le sentara por precaución ante el Alavés y el equipo se diera de bruces con la derrota. “Las molestias de Messi no remiten, las intentamos mimar, pero con este calendario es difícil”, corrigió anoche. Pero resulta que no era el pubis sino que el parte médico aclaró que sufrió una rotura del aductor, que a buen seguro le tendrá tres semanas parado. “Perder a Messi significa que pierde el fútbol y perdemos todos. El año pasado sufrió una lesión de mayor duración y el equipo estuvo bien. Con Leo somos más fuertes, pero sin él también somos fortísimos”, resolvió Luis Enrique.
Dolor y tristeza
“Sensacion de tristeza, lo único que queda es animarlo. Tocó una situación similar el año pasado y la pudo revertir”, dijo Luis Suarez. “Duele el empate jugando de local, pero duele perder al mejor jugador del mundo, un hombre tan importante para nosotros”, añadió el uruguayo. “Ya nos encontramos el año pasado sin Messi ocho semanas”, recordó el directivo del Barça, Jordi Mestre.
Tampoco acabó el partido Busquets, que estaba en medio de un proceso gripal. No se notó durante el partido, capataz del eje que juntaba las líneas y tiraba la presión con valentía hacia delante. Pero pasados los cinco minutos del segundo tiempo, André Gomes le chocó la mano para ocupar su lugar y para confirmar que es la opción preferida de Luis Enrique como mediocentro de urgencia. “Ha podido aguantar la primera parte, pero ya era imposible que siguiera. No hemos querido arriesgar porque en esas circunstancias uno no puede rendir”, explicó Luis Enrique. Y sin los dos jugadores que no tienen recambio natural en el equipo, el Barça concedió las tablas.
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