El Atlético de Simeone sin gol y sin pausa
Los empates ante dos recién ascendidos frenan al Atlético y reabren el debate sobre si el técnico debe arriesgar más en las alineaciones
La evolución del Atlético en el juego desde que Diego Pablo Simeone aterrizó hace cuatro años y medio ha sido más evidente en el apuntalamiento del estilo que en el incremento de registros. Los dos empates ante dos recién ascendidos en este inicio de campeonato han tenido un denominador común: Alavés y Leganés no dejaron al Atlético ser un equipo contragolpeador. El plan no es nuevo. Tampoco las dificultades de los jugadores de Simeone para rebasarlos. En Leganés no se vio un partido distinto de algunos del curso pasado con la diferencia de que la mayoría los sacó adelante gracias a Griezmann. La ansiedad y la falta de precisión tampoco fueron tan notorias. “No conseguimos goles, pero no es solo es, es crear ocasiones. En los tres cuartos de campo nos estás costando”, analiza Saúl. “No es solo falta de puntería, tenemos que tener más tranquilidad. Estamos muy bien defensivamente, no nos crean peligro, pero en la zona de arriba hay que estar más tranquilos y definir mejor. Necesitamos pensar, no tener que llegar arriba tan pronto, al final, con la calidad que tenemos nos va a salir”, insiste el volante.
Desde hace un par de temporadas, la gran mayoría de los contrarios no dejan interpretar al Atlético el papel de equipo dominado. En los dos partidos iniciales, la posesión del Atlético ha rebasado el 60%, un porcentaje y una frecuencia inusual en la era Simeone, que rememoró su discurso en Milán en Butarque con un matiz. Esta vez, cuando pronunció la palabra reflexionar la acotó al juego. “En estos dos partidos la suerte ha jugado al contrario. Tranquilidad, trabajo, pensar, como dije allá en Milán (tras la final de la Liga de Campeones perdida contra el Real Madrid en la tanda de penaltis)... Y trabajar. No queda otra”. Volvió a dejar el técnico rojiblanco la impresión de que en su cabeza ronda la sensación de que el equipo, él, o ambos necesitan una vuelca de tuerca para ganar determinados partidos.
Cuando Simeone decidió meter a Fernando Torres por Gameiro, Simeone configuró el mismo once inicial de la final de la Champions. Con los cuatro mediocentros, aunque Koke y Saúl jueguen por dentro y más avanzados. El cambio de Gabi, para dar salida a Carrasco es equiparable al de la final, cuando retiró a Augusto en el descanso para meter al belga.
Equilibrio o desequilibrio
En los cambios de los dos partidos de este arranque liguero, Simeone ha terminado con Koke y Saúl en el medio. Ha ido a por los tres puntos en las cargas finales sin Gabi y sin Tiago, en el Calderón, y sin el primero y sin Augusto, en Butarque para poder juntar en el campo a Gaitán y a Carrasco. De momento, de inicio no se ha atrevido a mezclar a los dos jugadores de banda más desequilibrantes que tiene. Contra el Alavés, ante la ausencia de Griezmann por sanción, el belga asaltó la titularidad. Contra el Leganés, ni uno ni otro figuró en el once.
En Butarque, el Atlético mostró su arraigada solidez defensiva y su capacidad para desempeñar una batalla física. Pero el escaso bagaje de crear solo tres ocasiones de gol volvió a dejar en el aire si ese paso adelante de jugar con jugadores más habilidosos ante rivales que se le cierran tanto es la parte que invita a reflexionar Simeone. Menos equilibrio, prescindiendo de dos de los cuatro mediocentros, pero más desequilibrio con el último pase de Gaitán o con el desborde de Carrasco.
Sin gol, con poco juego y sin el manto protector de los resultados, el vértigo de verse ya a cuatro puntos del Real Madrid propicio un discurso catastrofista en Antoinne Griezmann al término del partido en Butarque. “Hemos jugado muy mal, si seguimos así vamos a pelear por el descenso. Hay que espabilar, porque si no se nos va de las manos”, soltó en caliente el francés. En el pensamiento del vestuario y de Simeone estaba la necesidad de sumar seis puntos ante dos novatos de la categoría para facilitar con más tranquilidad el acoplamiento de los nuevos. Ahora, la presión será mayor para todos.
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