Así logró una ‘pole’ de locos Márquez en Brno, entre Rossi y Espargaró

En un trazado que le gusta, muy técnico, muy divertido, con una última chicane que tiene historia, y en el que el día anterior dejó una imagen para el recuerdo, la de una caída que no fue, porque es de goma, porque juega con la moto, además de correr y competir con ella, pero también un trazado que no encaja especialmente bien con su Honda, con la que solo ganó en el año de su debut, en 2013, volvió a deslumbrar. En ese escenario que se le resiste, se apuntó Marc Márquez la pole position (14.00, MovistarTV) cuando peor pintaban las cosas. Y van 63, por cierto. El mismo número de poles que tienen Rossi y Lorenzo.

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Después de un quinto puesto en Austria que hasta le supo a podio de tan mal como pintaban las cosas en un trazado tan crítico dada la mala aceleración de la Honda, el líder del Mundial necesitaba darse una alegría. Y echó el resto. Como había hecho en la última sesión libre del viernes, cuando en una vuelta de locos, arriesgando todo, como hace, dice, cuando tiene que dar más que el resto en circuitos que no le son propicios, acabó al frente de la tabla de tiempos.

Lo mismo ocurrió esta vez: era su último intento y llegó al final de aquel giro en disposición de firmar el récord de la pista, pero se encontró formando un trenecito con Rossi y Espargaró, así que, a la que tomó la curva 13 adelantó a Espargaró y se metió entre ambos. A la salida del último viraje rebasó a Rossi y aprovechó su rebufo para ganar unas milésimas que le darían aquella vuelta fantástica: 1m 54,586s. Una pole imperfecta, una pole de récord.

Para lograrla, además de todo su arrojo, ha necesitado de la colaboración de su equipo. Con él, Márquez ha dado con una puesta a punto que le permite pilotar de manera fluida y mucho más cómodo sobre su RC213V. Además, no para de producir la fábrica japonesa, que renunció desarrollar la moto de 2017 hasta que su piloto no esté totalmente satisfecho con la máquina de este curso, ardua tarea. De momento, el de Cervera no acusa tanto las aceleraciones en Brno, un circuito muy rápido, de curvas muy rápidas, pues, probadas las alas (bastante más grandes ahora), por fin se han decidido a ponerlas porque, por fin, tienen más efectos beneficiosos sobre el pilotaje que no al revés.

En la primera línea de la parrilla de salida de este domingo a Márquez le acompañarán Lorenzo, a poco más de dos décimas, no en vano había sido el hombre que había liderado la tabla de tiempos desde el inicio, el piloto que estaba llamado a llevarse la pole, suyo era el récord que batió Márquez, y Iannone, a más de seis. Rossi quedó sexto, a casi un segundo. Pero la carrera promete, pues nadie mejor que Márquez sabe que aunque haya rivales más lentos que él a una vuelta, esos mismos rivales, léase Rossi o Iannone, tienen mejor ritmo que él en cuanto empiezan a acumular giros a la pista. “Visto lo de hoy, no descarto luchar por la victoria”, advierte. La ventaja al frente de la clasificación es grande, pero echa cuentas y no le salen. “Como mínimo tengo que ganar dos carreras más”, decía el jueves. Nunca fue un piloto conservador. Y aunque está aprendiendo a jugar ese margen de puntos, no se acostumbra a pilotar con él.