Trofeo Santiago Bernabéu: El Real Madrid sigue sin remendarse

El Trofeo Bernabéu sirvió para poner sobre la mesa que el actual equipo de Zinedine Zidane se parece tanto al de la 2015-2016, que encontrar las diferencias —obviamente alguna cara nueva termina con la ilusión del pasatiempo imaginario—, puede llegar a ser una tarea especialmente complicada.

El encuentro ante el Stade de Reims conmemoraba el 60 aniversario de la primera Copa de Europa que ganaron los blancos, y en la que se enfrentaron al equipo francés, hoy en segunda división después de perder la categoría la temporada pasada. Y el partido, por momentos, tuvo mucho de revival —aquella final concluyó 4-3—, aunque con el carrusel de cambios tan típico de pretemporada bastó para ver un rato insuficiente a la que será la planta oficial del equipo debutará el domingo en Liga ante la Real Sociedad (20.15, Movistar Partidazo).

Al Madrid, como a casi todos los equipos dominantes, le cuesta ponerse en marcha. Mover la pelota, intercambiarla, no es un ejercicio que le permita engrasar con rapidez la máquina, algo pesada todavía. Solo Modric, por compás, y Asensio, por vitalidad, parecen escapar hasta el momento de esa dinámica inicial, que permitió, por ejemplo, que un equipo como el Stade de Reims, básico y sin demasiados recursos ofensivos, se marcase un contragolpe de manual para adelantarse con un lanzamiento cruzado desde fuera del área.

Pero cuando organizas una fiesta en casa lo único que no permites es que las fotos sean para otros, por lo que en dos saques de esquina casi consecutivos primero Nacho y después Sergio Ramos de cabeza dieron la vuelta al partido y reclamaron un foco que no volvió a centrarse en los franceses. Mucho menos cuando Morata hizo el tercero también de cabeza, desquitándose de toda una suerte de ocasión falladas que acumulaba como una sobre sus hombros.

Sin embargo, el Stade de Reims sorprendió de nuevo en el comienzo de la segunda mitad aprovechando un error en la defensa, y volvió a comprometer a una línea a la que le faltan todavía algunos capítulos para terminar de empastar. Antes de dar la vuelta por completo al equipo, James marcó el cuarto para el Madrid tras una buena combinación con Danilo y después, ya con varios jugadores el Castilla en el campo Mariano, uno de los canteranos más destacados este verano, marcó el tanto definitivo demostrando su voracidad.