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Iannone y Dovizioso devuelven la gloria a Ducati en el Red Bull Ring

La firma italiana se impone por potencia en Austria a la Yamaha de Lorenzo, tercero, y logra el primer doblete desde el 2006

Nadia Tronchoni
Iannone, con Dall'Igna en brazos, y todo el equipo Ducati.
Iannone, con Dall'Igna en brazos, y todo el equipo Ducati.CHRISTIAN BRUNA (EFE)

No había moto que se entendiera mejor con el velocísimo circuito de Red Bull en Spielberg que la Ducati. Apenas lo dibujan una decena de curvas. Hay mucha recta, mucha aceleración, el piloto toca lo justo el freno y pasa mucho tiempo con la maneta del gas accionada. Un paraíso para la Desmosedici, especialmente para esta moto con motor desmodrómico y aun así (por fin) fácil de pilotar, con una potencia desmedida, pero bien aplicada. Además de (algo clave en este escenario) unas alas aerodinámicas quizá poco estéticas pero muy prácticas para que la rueda delantera agarre bien al asfalto al primer golpe de gas y que tipos como Andrea Iannone puedan dejar marcas para un registro histórico, como esa vuelta rápida en 1m 24,561s que se apuntó en la vuelta 24 (de 28 en total) para lograr la primera victoria que se adjudica Ducati desde la marcha Casey Stoner, que venció por última vez vestido de rojo en Phillip Island el 2010.

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Hay que remontarse unos cuantos años más atrás para encontrar en los libros de registros a dos pilotos de la casa de Borgo Panigale en el primer y el segundo escalón del podio, como ocurrió este domingo en el Red Bull Ring merced a la brillante carrera, también, de Andrea Dovizioso, que junto a su compañero devolvió a Ducati la gloria diez años después. Una década ha pasado desde que Troy Bayliss y Loris Capirossi hicieran doblete en el Gran Premio de Valencia del 2006. Muchos cambios en la fábrica y en la moto para finalmente obtener los resultados con los que la estructura soñaba.

El doblete, además, tiene cara de italiano simpático, de pelo cano, cejudo y perfil muy técnico. Se llama Gigi Dall’Igna. Llegó de Aprilia hace dos años y revolucionó las maneras de trabajar en la empresa de Bolonia y la forma de pensar la moto. Él puso todos los ingredientes. Iannone y Dovizioso, en un circuito que encajaba perfectamente con su máquina, cocinaron en el Gran Premio de Austria el mejor de los platos. El sábado (con pole de Iannone y tercer puesto en la parrilla para Dovi) ya olía de maravilla. Este domingo se sentaron a la mesa y se lo zamparon con ganas. Que venían con hambre.

Fue con Dall’Igna con quien Iannone tuvo la última conversación antes de subirse a la moto, allí, en la vorágine de la formación de la parrilla. El rostro serio. Había tomado una decisión. Pero quería su aprobación. La temperatura había subido muchísimo en comparación con los últimos días, así que atreverse a calzar las gomas más blandas era algo arriesgado. Pero él confió en su instinto. Aunque el jefe le dijo que no le parecía lo más adecuado. Su elección le permitiría rodar algo más rápido que sus rivales (todos con la goma más dura atrás), aunque también podría caer el rendimiento del neumático trasero en los últimos giros si no se cuidaba mucho de no ser demasiado agresivo. Acertó. Lo demuestra su vuelta rápida, a cuatro giros del final, con la que puso a raya a su compañero Dovizioso.

La carrera del de Vasto fue magistral. Ralentizó el ritmo cuando lo consideró oportuno y apretó cuando se lo propuso. Su victoria se cimentaba en conservar neumático, no malgastar combustible y rematar la faena en los últimos giros. Lo bordó.

Iannone y Dovizioso en el Red Bull Ring.
Iannone y Dovizioso en el Red Bull Ring.JOE KLAMAR (AFP)

No hubo un momento en el Gran Premio de Austria en que las Ducati no mandaran en cabeza: ahora Iannone, ahora Dovizioso, ningún otro piloto tuvo opción de asomar por el frente. Tal era su superioridad en el trazado de Spielberg. Pareció que las Yamaha oficiales, llegada la ocasión, culminarían el golpe, atacarían y se harían con el mando. Pero no fue así. Porque nunca decayó Iannone. Porque a cada duda respondía alguna Ducati con un giro velocísimo. Además, el grupo, inicialmente generoso, con Márquez y Viñales haciendo piña, se rompió en cuanto Dovizioso se puso a rodar por debajo de 1m 25s. No lo resistió el de Honda, que acusó las fuertes aceleraciones del trazado.

Así se llegó a los minutos finales, con dos Ducati peleando por la primera plaza y dos Yamaha –siempre Lorenzo una pizca más rápido– por el tercer escalón del podio. Y en la misma curva, la ocho, en la que Dovizioso había adelantado a su compañero al inicio de la prueba para intentar escaparse (lo que no logró), le devolvió aquel el ataque a siete vueltas del final. Y enloqueció. Era su primer triunfo en MotoGP.

También Lorenzo subió al podio más contento que unas castañuelas después de dos de las peores carreras que se le recuerdan (en Alemania y Holanda) y como vencedor moral, pues ganó a sus rivales por el título: Rossi y Márquez, cuarto y quinto, respectivamente.

Márquez: “Tal y como se pone el campeonato no se podrá usar la calculadora”

N. TRONCHONI

A Marc Márquez, que se ha hecho mayor y en su madurez no ansía las victorias como antes, no le molesta reconocer que el viernes ya hubiera firmado el resultado del GP de Austria. Y eso que terminó quinto, por detrás de Lorenzo y Rossi. Pero podría haber sido peor, debe pensar, viendo dónde estaba el viernes, cómo podría haber acabado tras su caída el sábado y la posterior visita al hospital, y lo mal que se defendió su Honda en el trazado austriaco. “He salido agresivo, pero me he dado cuenta de que si seguía así había muchas opciones de acabar la carrera, otra vez, en la tercera curva. Después de un par de sustos, he decidido calmarme, recuperar el ritmo y defender la quinta posición, que era lo más realista”, explicó. Y asumió que el colchón de puntos que tiene al frente de la clasificación está para jornadas como esta, “aunque tal y como se pone el campeonato no se podrá sacar mucho la calculadora”, sentenció.

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Sobre la firma

Nadia Tronchoni
Redactora jefa de la sección de Deportes y experta en motociclismo. Ha estado en cinco Rally Dakar y le apasionan el fútbol y la política. Se inició en la radio y empezó a escribir en el diario La Razón. Es Licenciada en Periodismo por la Universidad de Valencia, Máster en Fútbol en la UV y Executive Master en Marketing Digital por el IEBS.

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