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El Leicester trata de guardar su tesoro

Las ofertas cercan al campeón de la Premier, que tras la marcha de Kanté intenta retener a Mahrez y puede perder a Steve Walsh, el responsable de los fichajes de desconocidos que hoy son ilustres

Ranieri se ejercita con su capitán Wes Morgan durante la concentración del Leicester en Stergersbach (Austria).
Ranieri se ejercita con su capitán Wes Morgan durante la concentración del Leicester en Stergersbach (Austria).R. JAEGER (AFP)

Empieza el curso hoy en Oxford con un amistoso ante la escuadra local de la tercera categoría inglesa, pero al Leicester se le acumulan los deberes. La gestión del éxito más insospechado conlleva defenderse del apetito ajeno y desmentir a quienes creen que, con un calendario más cargado y lejos del factor sorpresa, el vigente campeón de la Premier League puede palidecer. Por el camino ha perdido a una de sus piezas más codiciadas, quizás la columna sobre la que se sostuvo durante bastantes partidos de su reciente epopeya. N’Golo Kanté, el recuperador de balones en mediocampo más industrioso que se recuerda desde la reconversión de Makelele, firmó por el Chelsea a cambio de 30 millones de euros. Gran parte de los esfuerzos de la dirección del Leicester se enfocan durante este verano a impedir una sangría de bajas. No es tarea sencilla.

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La mirada se dirige ahora hacia Riyad Mahrez, elegido por los propios futbolistas como el mejor de todos ellos en el último campeonato. No hay pieza más codiciada, seguramente tampoco más cara en la Premier. El Leicester colige que si el año pasado el Manchester City pagó cerca de 70 millones de euros por Raheem Sterling, su mejor futbolista debería moverse sobre esa tarifa. El contrato del argelino no fija una cláusula de rescisión así que sería preciso entablar una negociación. Y el único motivo por el que por ahora se sienta el Leicester ante una mesa para hablar sobre Mahrez tiene que ver con su renovación.

El campeón de la Premier se mueve en un tope salarial por el que entiende, hasta la fecha, que un futbolista de su plantel no debe superar ingresos de 100.000 libras semanales (no muy lejos de los 6 millones de euros anuales). Esa es la cantidad que se le ofreció a Kanté y en la que se cerró la extensión de contrato del delantero Jamie Vardy, que obvió una oferta del Arsenal para seguir en el club que le ha lanzado al estrellato. “Es el rey de Leicester”, zanja Ranieri sobre su goleador. El técnico italiano y su ascendente sobre los mejores futbolistas del equipo es una baza que juega el club. Apunta el veterano estratega romano que aún hay que completar el trabajo, que Europa debe ver al mejor Leicester. Y en él debe estar Mahrez. “Confío en él y sé que quiere quedarse porque le veo disfrutar y reírse con nosotros”, advierte.

Una cita contra el Barça antes de Mourinho

El Leicester disputa hoy su primer partido amistoso ante el Oxford United (Teledeporte, 20.40 horas).

Luego le espera una realidad acorde a su nuevo estatus de campeón. El sábado 23 viajará a Glasgow para medirse al Celtic en partido correspondiente a la International Champions Cup, una competición que le llevará el día 31 hasta Los Ángeles para medirse al París Saint-Germain y el 3 de agosto a Estocolmo para cruzarse con el Barcelona.

El 7 de agosto le aguarda una cita en Wembley para medirse en la Community Shield, la Supercopa inglesa, a Jose Mourinho y su Manchester United en pos del segundo título de su historia. Y el día 13 comenzará la Premier en casa del recién ascendido Hull.

Mahrez ha pasado la última semana con el resto del grupo en Stegersbach, un recoleto rincón austriaco en el que el equipo ha empezado a integrar a las cuatro incorporaciones que ha cerrado por ahora. El meta Zieler llega del Hannover teutón por 3,5 millones de euros; el español Luis Hernández desde el Sporting con la carta de libertad; el francés Mendy, al que Ranieri dirigió en el Mónaco, arriba procedente del Niza por 15,5 millones de euros para tratar de llenar el espacio que deja Kanté. Y la guinda la pone hasta ahora el nigeriano Musa, que a cambio de 20 millones dejó el CSKA de Moscú en el que hasta la fecha es el mayor desembolso de la historia del Leicester.

Austria ha servido para afinar, trabajar y sonreír, sostiene Ranieri. Pero hasta allí han llegado no solo los ecos de un interés del Everton por el meta Kasper Schmeichel sino sobre todo un movimiento que se sustancia en estas últimas horas y que tiene un carácter crucial porque los inquilinos de Goodison Park, ahora dirigidos por Ronald Koeman y sostenidos por el millonario de origen iraní Farhad Moshiri, han seducido a Steve Walsh, el responsable del scouting del Leicester que reclutó cuando nadie había advertido su talento a Kanté y Mahrez, que jugaban en la segunda división francesa, o a Vardy, que con 25 años mostraba un carácter pendenciero en el quinto escalón del fútbol inglés.

Luis Hernandez (izq.), acude con Inler y Ulloa a un entrenamiento durante el retiro en Austria
Luis Hernandez (izq.), acude con Inler y Ulloa a un entrenamiento durante el retiro en AustriaR. J. (AFP)

Walsh, que ademas ejerce como técnico auxiliar de Ranieri, renovó su contrato hasta junio de 2018 nada más finalizar el pasado campeonato con una notable subida en su sueldo después de pasar por alto una oferta del Arsenal. Su marcha sería un golpe en la línea de flotación del Leicester. También obviamente la de Claudio Ranieri, que tiene una oferta de renovación sobre la mesa. Pero él no tiene dudas. “Soy feliz y me quiero quedar mucho tiempo. Pondré una cláusula por la que solo me tenga que ir a casa cuando mis pequeños tiburones estén descontentos”, apunta en un guiño a la prensa local, la misma que lo aplaudió y brindó con él tras su última comparecencia pública de la pasada campaña.

Porque ya se puede abrir la puerta para todos que si Ranieri sigue en Leicester permanecerá la esencia de un equipo inolvidable. “El mundo entero nos sigue mirando, pero nuestro objetivo ahora mismo para la temporada que va a empezar es salvar la categoría”, pregona el simpar técnico italiano.

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