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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

¿Y por qué no Clemente?

Todavía no hay nuevo seleccionador pero a los aspirantes ya los han molido a palos

Jugadores de España tras la derrota ante Italia.
Jugadores de España tras la derrota ante Italia.Kai Försterling (EFE)

Todavía no hay nuevo seleccionador y al nuevo seleccionador, que todavía no hay, ya le están moliendo a palos. Desde que se supo que Del Bosque dejaba el cargo comenzaron a surgir nombres. Se habló de Caparrós, Camacho, Lopetegui, Jémez, Valverde, Míchel, Marcelino… Los medios de comunicación se fueron haciendo eco de la aparición de cada supuesto candidato al mismo ritmo que las redes sociales ponían a cada supuesto candidato a caer de un burro, con la excepción de Jémez, que ha recibido un apoyo insólito tratándose de un entrenador que no ha evitado el descenso de su equipo. Será que parte del público valora su trayectoria en el Rayo, que ha jugado (y perdido) maravillosamente bien. Pero ocurre que Ángel María Villar, presidente de la federación desde antes de que usted naciera, tiene por costumbre elegir a un técnico que no esté ni medio comprometido con ningún equipo, una decisión que reduce la lista de aspirantes a tres, Caparrós, Camacho y Míchel, que son dos, Caparrós y Camacho, pues Villar con Míchel no se toma un café ni aunque pague Míchel, y que se reducirá en breve a uno, Camacho.

Pero sea quien sea el individuo que nos supla a todos en el mancomunado puesto de seleccionador, ese que no incluirá en la lista al jugador que creemos imprescindible, que no pondrá de titular al que, ¡por Dios!, cómo no va a ser titular este tío, que dejará tirar el penalti al que pensamos nosotros que jamás debe tirar un penalti, sea quien sea quien ocupe tan vigilado puesto, lo cierto es que trabajo tiene por delante. La trayectoria deportiva de España en la Eurocopa comenzó con un triunfo en el suspiro final ante la República Checa y siguió con otro, rotundo, poderoso y brillante ante Turquía, a la postre uno de los peores equipos del torneo. Pero llegó Croacia. Y Croacia se merendó a España e Italia se la acabó de cenar. Y cuando en un torneo así te encuentras a dos selecciones que son mejores que tú, lo digno es no buscar excusas, dar las buenas noches, apagar la luz y cerrar la puerta.

Eso respecto a lo deportivo, que a menudo tiene mucho que ver con el azar. Y luego está el otro aspecto, el de los intangibles, ese en el que tan bien sabía manejarse Del Bosque. Y ahí, la trayectoria del equipo comenzó con que entre las supuestas amistades de De Gea, portero del equipo que por supuesto no tiene que ser un ejemplo para nadie, figura un sujeto acusado de delitos de trata de seres humanos con fines de explotación sexual, agresión sexual, pornografía infantil, relativos a la prostitución, extorsión y contra la salud pública, además de blanqueo de capitales y contra Hacienda; y siguió con Pedro poniendo el grito en el cielo por su suplencia, sin especificar a qué compañero debía quitar Del Bosque para que jugara él, y acabó con el propio entrenador diciendo que Casillas había sido un santo con sus compañeros pero un malvado con eso que llaman el cuerpo técnico.

Así las cosas, y teniendo en cuenta que especialistas varios equiparan el fútbol de los equipos que ha dirigido Caparrós con el neandertal, y Camacho no ha conseguido comprar camisas que eviten que el sudor se empadrone en sus axilas, a uno, desde su patriotismo malasañero y con el fin de que las redes sociales acaben de estallar, y todos estemos divertidos y de acuerdo en la crítica, solo se le ocurre una solución. Se llama Javier Clemente. Lástima que ya tenga equipo: Libia. Pero con un hombre que asegura que lo único que se cree de los periódicos son las esquelas seguro que Villar llega rápido a un acuerdo.

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